El Proyecto Tren Maya ha implicado para el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) emplear temporalmente a 1,200 personas, de las cuáles, 10 por ciento son profesionales; además el instituto enterrará los 15 mil 585 bienes inmuebles hallados (como montículos y edificaciones prehispánicas), con una técnica recién aprobada por el Consejo de Arqueología: geomalla.
Así lo expresó el antropólogo Diego Prieto Hernández, director del INAH, en entrevista, quien la semana pasada indicó que en cinco tramos del Tren Maya identificaron 17 mil monumentos, entre edificios monumentales, restos óseos, almacenes de granos, sistemas agrícolas y cerámicas.
-¿Cuál fue la extensión del terreno sobre la que trabajó el INAH para la detección de vestigios?
-El derecho de vía tiene un ancho de 40 metros, nosotros nos enfocamos para la excavación de salvamento en esos 40 metros, para fines de validación de obra mediante prospección nos enfocamos en esa superficie porque es donde habrá eventualmente obra; pero el análisis Lidar (mapeo láser aerotransportado), la fotogrametría y las imágenes que obtenemos sí abarca un ancho mayor: entre 400 y 500 metros.
“Esas imágenes son muy útiles porque nos permiten encontrar accidentes en el terreno eliminando la capa vegetal y nos permiten ubicar y presuponer la existencia de estructuras complejas como caminos antiguos, plazas, construcciones habitacionales, pero también montículos y edificaciones de mayor magnitud, muchas de ellas de índole ritual. La investigación no se reduce al derecho de vía, pero el trabajo de excavación de salvamento sí”.
-¿Ya no abarcarán más áreas de estudio?
-Si nosotros a partir de estos estudios pudiéramos llegar a concluir la importancia de hacer trabajo arqueológico, de excavación, en algún área fuera del derecho de vía, lo tendríamos que presentar como una propuesta de investigación que suponga la gestión con los núcleos agrarios o con los propietarios o campesinos parcelarios que puedan acceder a que hagamos esas investigaciones, pero ahora lo que nos está ocupando la mayor atención es abrir cauce para que la obra pública se lleve a cabo.
-Los vestigios que serán sepultados de nuevo, ¿corren riesgo de conservación debido a la vibración del Tren Maya?
-El material mueble que vamos recuperando ya no tiene ese problema porque ya está fuera del área de obra y del transcurso de este sistema ferroviario, pero ciertamente cuando sabemos que se van a quedar algunas estructuras en el subsuelo, en algunos casos, tenemos la confianza de que no va a ocurrir nada porque son estructuras menores y con una profundidad suficiente para darnos cuenta de que no pueda tener afectaciones a consecuencia de esta vibración o de este carga que significa el terraplén, durmientes, rieles y el propio tren.
“Lo que estamos ensayando y ya lo analizó el Consejo de Arqueología es el mecanismo de la geomalla que consiste en una membrana que va a constituirse como una suerte de puente o tapa dura que no va a permitir que se puedan afectar los vestigios en el subsuelo. El coordinador de arqueología ya fue a ver cómo trabaja esta tecnología.
“Cuando hablamos de que hay vestigios que se quedarán subsumidos nos referimos a bienes inmuebles que como su nombre lo indica no son susceptibles a ser movidos. Los bienes muebles no los dejamos enterrados, lo que necesitamos es lavar, ordenar, clasificar, hacer el análisis de materiales y luego se decide qué destino puede tener algún depósito de material arqueológico, museo o cuál puede ser enterrado o reinhumado”.
-¿Cuántos empleos ha generado el Proyecto Tren Maya?
-Ha incorporado alrededor de 1200 trabajadores, el 10 por ciento son profesionales de la arqueología, geografía, antropología física, geomatas, algunos topógrafos, ingenieros.
-¿Ellos trabajan por proyecto?
-Entran como proyecto de salvamento arqueológico.
INAH EN AUSTERIDAD
En 2022, el Gobierno Federal considera una asignación de 62 mil 942 millones de pesos al Proyecto Tren Maya y de acuerdo con el Tercer Informe de Gobierno, entre enero y junio se ejerció el 35 por ciento del presupuesto, es decir, 12 mil 709 millones de pesos.
Diego Prieto señala que los recursos para las investigaciones arqueológicas que implica la construcción del Tren Maya proceden de las asignaciones federales. “Han salido en su mayoría a través de los consorcios encargados de cada tramo, pero también del Fonatur y son completamente auditables, el INAH trabaja siempre con un alto sentido de la austeridad y en la eficiencia en el uso de los recursos”.