«Hablamos sobre un sistema»: Anabel Hernández

Ha dado de qué hablar incluso antes de su publicación. Emma y las otras señoras del narco, el reciente libro de la periodista de investigación Anabel Hernández, se adentra en los bastidores del sistema criminal mexicano para relatar el rol que ocupan las mujeres.

En este volumen la escritora, quien ha investigado el fenómeno del narcotráfico más de 20 años, ha mencionado el nombre de por lo menos una decena de personalidades del entretenimiento, presuntamente asociados con importantes capos. Basada en testimonios de testigos y en documentos judiciales de México y Estados Unidos.

Apenas unos días después de su lanzamiento, la autora se encuentra en Guadalajara para presentar el resultado de su investigación en el marco de la Feria Internacional del Libro. Nos encontramos con ella horas previas a su presentación.

Una mujer vestida toda de negro sube por las escaleras. Pregunta si este es el tercer piso. Del ascensor sale la autora y un equipo de seguridad la acompaña. “Por protocolo” —dice uno de los escoltas— se efectuó un cateo antes de comenzar la conversación. La autora se disculpa, le parece exagerado.

Sabíamos que tu libro no iba a dejar indiferente a nadie. ¿Hay alguna de las reacciones que ha generado que te sorprenda de forma particular?
No estoy sorprendida. Era exactamente lo que había pensado que sucedería. Es normal, lo entiendo. Lo he visto con Emma Coronel, lo he visto con Guadalupe Sánchez López, (ambas parejas de El Chapo Guzmán). Es normal.

Creo que es una excelente oportunidad para esto que pienso plantear ahora, justamente en la presentación del libro de por qué hacer un libro de este tipo. Yo soy una periodista de investigación, me pregunto el porqué de los fenómenos y trato de encontrar las razones.

Así hice el libro de Los señores del narco, el de Los cómplices del presidente, La verdadera noche de Iguala… y a través de este método de investigación he podido encontrar diferentes verdades. Mi función es poner luz ante los ojos de la opinión pública; lo que hará con esas verdades, sólo la ciudadanía y la sociedad en su conjunto pueden decidirlo.

Mi obligación y mi derecho, en el marco de la libertad de expresión, de informar, pero sobre todo, el derecho de la gente a ser informada justifica y explica el origen de estas investigaciones.

¿Cambia tu perspectiva, de forma radical, la manera en que ves el fenómeno del narcotráfico en nuestro país, desde la perspectiva de las mujeres?
En México, debo decir que casi todas los autores que han tratado esta temática han sido hombres y desde una óptica muy masculina. Siempre poniendo a las mujeres como el objeto simplemente sexual, de adorno, y a los hombres como los grandes seductores, fuertes.

Este libro rompe con esos mitos totalmente. Incluso habla desde muy dentro de los cárteles de la droga por primera vez, un behind the scenes. Qué pasa cuando los hombres no están traficando. ¿Son así de fuertes, de violentos, súper seguros de sí mismos? ¿O no lo son?

Cualquiera que vea las páginas, que realmente se adentre al libro, se va a dar cuenta de que estos súper machos son unos hombres que, como característica general de casi todos los machos, son muy inseguros en casi todos los aspectos de sus vidas, incluyendo el aspecto sentimental o sexual, por qué no decirlo abiertamente.

Son hombres cuya inseguridad es la que los hace ser tan violentos, es la que los hace no casarse con mujeres que amen, comunes y corrientes. Necesitan trofeos, porque esos compensan sus inseguridades, personales y masculinas.

¿Cómo se había visto hasta ahora este contexto en nuestro país?

En México, nunca se ha tratado con seriedad este tema, me parece que hasta este momento la propia ley, las propias autoridades judiciales han menospreciado el papel de la mujer en estos núcleos del narcotráfico. Pero México está muy atrás de lo que ha pasado en otros países del mundo.

En Italia, como se sabe, está la estructura criminal organizada más antigua del planeta que es la mafia. La cosa nostra. Desde el 97, las estructuras judiciales en Italia están analizando este problema de las mujeres. Ellos mismos en un principio han detectado: habíamos menospreciado el papel, pensábamos que era un papel secundario.

Un papel no importante y sin embargo es crucial porque es ahí, en estas mujeres el apoyo psicosocial que necesitan estos hombres para seguir siendo criminales. Son su nutrimento. Estos hombres extirpan, succionan la vida que tienen de estas mujeres, de la aceptación de estas mujeres.

Esto son Emma y las otras señoras del narco, mujeres que se fueron con estos hombres porque eran criminales y al estar con ellos los legitiman, reproducen la especie criminal. Por eso El Chapo Guzmán, El Mayo Zambada y tantos otros narcotraficantes dejan hijos por todas partes porque no conocen los métodos anticonceptivos.

Porque necesitan dejar su semilla, su especie, porque necesitan garantizar la sucesión en el manejo de los carteles de la droga y estas mujeres son la incubadora de esa sucesión.

¿Por qué crees que llama tanto la atención la mención a Galilea Montijo?

Yo creo que hay mucha gente que no ha leído el libro. Yo creo que en esta no lectura, mucha gente o algunas intentan hacer una lectura simplista, minimalista del libro, lo cual es muy peligroso porque es hacer una lectura simplista, minimalista o amarillista del libro.

Es tratar de nueva cuenta de echar tierra, de hacer desaparecer, de no ver en realidad el cuestionamiento profundo de este libro, que no es en torno a una mujer, es en torno a un sistema que existe. Quien quiera leer el libro de manera simplista, se equivoca de libro. Que se busque otro.

Este libro es un análisis casi antropológico de lo que sucede ahí y es un cuestionamiento al rol de estas mujeres. Es el cuestionamiento a una serie de mujeres y hombres que están dentro de estos sitios.

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