Uno de los grandes defectos que tiene el cine de superhéroes desde que despertó un auge global es que al trasladar el cómic a la acción real, se ha buscado darle cierto tono realista con la intención de conectar más con las personificaciones que con las historias. En su constante búsqueda de tomarse en serio, si bien se le ha intentado dar cierto aire cómico a algunos filmes, naturalmente se ha inclinado una balanza hacia el drama a través de la fantasía que implica la figura de una persona con poderes extraordinarios.
Cuando James Gunn llevó a la pantalla grande a Los Guardianes de la Galaxia en el 2014, su gran acierto fue el de no tenerle miedo a apostar más por la comedia apelando más al espíritu infantil de los fanáticos de los superhéroes que a caer en un drama exagerado como habían caído algunos títulos del Universo Cinematográfico de Marvel, con las historias de Iron Man, Thor y Capitán América.
Esa mera decisión de darle un peso mayúsculo a lo estrafalario, de no tomarse tan en serio y, aún así, no perder de vista al universo al que pertenecía la historia de Los Guardianes de la Galaxia bastaron para reconciliar a los espectadores con la historia que hasta ahora sigue vigente. Un acto similar se ha realizado nuevamente con la segunda película de El Escuadrón Suicida, esta vez para el universo cinematográfico de DC.
Es cierto que en los últimos años el llamado Universo Extendido de DC, que comprende al conjunto de películas sobre los personajes de sus cómics que emulan la continuidad en la historia de las películas de Marvel, han mejorado con algunos títulos como Shazam! (2019), Aquaman (2018) o Mujer Maravilla (2017), lo cierto es que no han podido encontrar el tono que merecen las adaptaciones de las historietas que son mucho más complejas que las de Marvel.
De hecho, sin remontarnos hasta la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman, los títulos más logrados se han lanzado sin pertenecer a ese universo fílmico, basta recordar el reciente fenómeno de La Liga de la Justicia de Zack Snyder o Joker de Todd Phillips. A estos dos títulos se suma la secuela de El Escuadrón Suicida, en manos de James Gunn.
Y es que, para ser un filme sin trascendencia o conexión con otros títulos, el cineasta se desprende de la responsabilidad de caer en la banalidad de tomarse en serio a personajes que no se pueden tomar en serio a sí mismo, para usar toda la fantasía inverosímil en una película que está cargada de un humor hilarante, con personajes que fascinan por su descaro inmoral, violencia explícita como en las tiras cómicas y hasta con un discurso antipatriota que, dicho sea de paso, tampoco busca ser revolucionario. Eso sí, es un filme dedicado a los adultos fanáticos de las historietas.
Para esta historia se apoya en la interpretación de Harley Quinn se la que se ha apropiado magistralmente Margot Robbie, para ser la pieza fundamental sobre la que gira el humor negro del filme. Además cuenta con una serie de personajes burdos que tampoco tienen ningún propósito en la vida, pero que en el desarrollo de la historia lo encuentran a través de rasguñar alguna posibilidad de dignidad.
El filme cuenta la historia de un grupo de supervillanos que, siguiendo la premisa de la primera entrega, tienen la oportunidad de salir de la prisión más segura del mundo si cooperan con Amanda Waller (Viola Davis), la líder de la agencia secreta A.R.G.U.S., en misiones suicidas en favor del gobierno estadunidense.
La aventura en turno reúne un grupo denominado Task Force X, liderados por The Wire (Idris Elba). Fuertemente armados son enviados a la isla Corto Maltese, una jungla que parece unificar los rasgos más populares de los gobiernos latinoamericanos desde Cuba a Venezuela, repleta de enemigos. Pero en ese lugar aguarda un experimento alienígena, que pondrá en jaque a la misión.
Lo que nos ofrece esta aventura es un cúmulo de humor pesado, con divertidos diálogos que juegan con el material audiovisual desde la violencia explícita y con una gran cantidad de escenas de acción que mantienen al espectador, ya no sólo al filo de la butaca, sino también a la expectativa de esperar la nueva carcajada.
La competencia entre los personajes de Idris Elba y John Cena es la de dos niños compitiendo por el juguete más caro, y encanta. La participación de Joaquín Cosío gusta por la tropicalización de la metáfora del dictador militar y, sin duda, la que se lleva las mayores palmas es Harley Quinn con la inocente oscuridad que le da Margot Robbie.
Un filme para puro divertimento y no es que cambie la historia de las adaptaciones de las películas de DC, pero sin duda le da una oportunidad de tener mayores alternativas para salir de los grandes tropiezos que han tenido. El filme fue lanzado en formato Blu-Ray y DVD el pasado 10 de diciembre.
DATO: Crónica Escenario, Warner Bros. Home Entertainment y Cinecolor Home Entertainment tienen para nuestros lectores cinco ejemplares de su lanzamiento en formato casero a los primeros cinco en ponerse en mandar sus datos con nuestro editor ulises.castaneda.alvarez@gmail.com.