Sacan una sonrisa a los rostros de los olvidados

Boleros, limpiaparabrisas, franeleros, vendedores y personas en situación de calle reciben un festejo inesperado.

Cárdenas

Todos sabemos que están ahí, en cada esquina, en cada parque, pero esta sociedad camina demasiado rápido para escuchar sus lamentos, para dedicarles un aliento. Son los rostros curtidos por la soledad y el abandono. Los rostros de los olvidados.

Por unas horas, esas miradas que esconden el peso del desamparo, del dolor, del revés que te puede dar la vida y del que nadie está a salvo, reflejaron felicidad y esperanza gracias a la iniciativa de un grupo de personas altruistas que les ofrecieron un festejo inesperado.

“El objetivo se logró, que era crear empatía”, aseguró el empresario, humanista, Juan Carlos Guzmán Correa, quien encabezó al grupo de altruistas que unieron esfuerzos para darles un momento de alegría y concordia a esas personas que suelen ser invisibles a los ojos de la sociedad y las autoridades.

Boleros, limpiaparabrisas, franeleros, vendedores y personas en situación de calle. Poco a poco fueron llegando al sitio de reunión, la lavadora Correa.

Guzmán Correa conoce bien esos rostros. Lleva años escuchando a esas almas sin rumbo. “Simplemente fue genial departir el pan y la sal con seres humanos que son exactamente iguales que tú, que yo, que ustedes, que nosotros y que todos”, expresó.

Agradecen la cortesía

Don Pedro, quien ejerce el oficio de bolero en el parque central de Cárdenas para sostener a su familia, no esperaba este festejo. Por ello, resaltó y agradeció esta acción realizada en beneficio de todos ellos.

“Pocos son los que nos voltean a ver y nos llaman para celebrarnos. La verdad, estamos felices de estar acá por invitación del licenciado y pasar un rato agradable”, expresó don Pedro.

Guzmán Correa manifestó su gratitud para todos aquellos que formaron parte de este esfuerzo conjunto. “Mi agradecimiento especial para José Jonguitud Gallardo “Pestaña Show”, quien me apoyó para invitar personalmente a muchos de los asistentes”, añadió Guzmán Correa.

Olvidado por su familia, Don José tiene que pedir limosna para sobrevivir. Duerme donde le vence el cansancio. El escritor y periodista Gilbert Keith Chesterton, más conocido como G. K. Chesterton, (1874-1936), había afirmado que «la Navidad no encaja en absoluto con el mundo moderno». Y tal vez es así.

Sin embargo, para otros esta fecha sigue siendo la posibilidad –o, por lo menos, la pretensión– de un regalo inesperado para la humanidad. Volverán a casa con la mirada cargada de esperanza y el corazón gozoso.

“Compartimos un tiempo de calidad y de armonía. Hubo comida y pequeños pero significativos regalitos,
y detalles de todo corazón”

Juan Carlos Guzmán Correa
Ciudadano

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