Trópico, ¿para qué me diste
las manos llenas de color?
Todo lo que yo toque
se llenará de sol.
En las tardes sutiles de otras tierras
pasaré con mis ruidos de vidrio tornasol.
“Arde en Tabasco la vida de tal suerte, que la muerte vive por morir hendida, de un gran hachazo de vida que da, sin querer, la suerte”, reza un fragmento del poema: “Cuatro cantos a mi tierra” del poeta, museógrafo y político, Carlos Pellicer Cámara, a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador describe como el creador de la conciencia poética y social de Tabasco. “Nadie como él le ha cantado tanto a nuestra naturaleza y a nuestro”, dice el mandatario.
Pero no es el único; el ahora secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández define al Poeta de América como una fuente de inspiración para la reconciliación y la unión de nuestro pueblo.
La vida del maestro Pellicer comenzó en San Juan Bautista, lo que hoy se conoce como Villahermosa, un 16 de enero de 1897. Falleció el 17 de febrero de 1977; días antes escribiría: “Hay días en que me quedo mirando la vida, con ganas de no seguir viéndola. Cansado ya de tantas descripciones, De tanta fruta agusanada, De tanta luz inútil”.
Hoy a 125 años de su natalicio, el pueblo y gobierno honran su memoria del ilustre poeta hijo de doña Deifilia Cámara Ramos y Carlos Pellicer Marchena. La pequeña familia vio con grandes esperanzas la llegada de aquel niño. El padre se dedicó por muchos años al negocio farmacéutico, y la madre, ama de casa e imparable mujer, se encargó de que el primogenito supiera leer y escribir desde temprana edad.
Sus primeras encomiendas
Carlos Pellicer fue secretario privado del primer Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos, lo que le permitió participar en la gran campaña de alfabetización emprendida en 1920.
Años después, fue profesor de poesía moderna, literatura e historia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Además de director del Departamento de Bellas Artes.
Vida política
En 1976 fue senador electo por Tabasco, postulado por el Partido Comunista Mexicano.
El poeta colaboró en las revistas Falange, Ulises y Contemporáneos. Fue cofundador de la revista San-Ev-Ank (1918) y de un nuevo ateneo de la juventud (1919).
Fundó en agosto de 1921, junto con Vicente Lombardo Toledano, Diego Rivera, José Clemente Orozco y Xavier Guerrero, el Grupo Solidario del Movimiento Obrero.
Organizó los museos: Museo Arqueológico Parque de La Venta (en Tabasco), la Casa Museo Frida Kahlo y el Museo Anahuacalli (donde se exhibe la colección de piezas prehispánicas de la colección de Diego Rivera).
El tabasqueño ganó en 1964 el Premio Nacional de Literatura. Su obra poética está contenida en varios volúmenes.
En 1976 Carlos Pellicer fue elegido como senador de Tabasco con el PRI. “Nunca ejercí la política como profesión, y por eso quedé muy sorprendido cuando el nuevo gobierno me hizo el honor de ofrecerme la candidatura para senador por Tabasco. Acepté porque pienso que estaré en mejor posición para luchar por la causa de los campesinos”, declaró en 1976 al periodista Elías Chávez.
Fue en esa travesía política cuando el poeta se encontró con Andrés Manuel López Obrador. El hoy mandatario cursaba la licenciatura en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Fue una relación espléndida, creo que tuvo mucho que ver con mi formación profesional y política. Yo terminé la carrera y como pasante en la universidad lo acompañé en su campaña como candidato a senador de Tabasco”, le dijo López Obrador a Roberto Ponce en febrero del 2018.
La política de Pellicer siempre fue abiertamente socialista y su actividad subversiva a la hegemonía lo llevó en repetidas ocasiones a la cárcel. “He sido político desde muy joven –le dijo a Chávez–: desde que participé en la campaña del maestro José Vasconcelos para la Presidencia de la República. Esa fue la primera vez que estuve una temporada en Lecumberri”
Según cuenta el escritor y periodista Jorge Zepeda en su libro «Los Suspirantes 2018», López Obrador conoció a Pellicer en la región sureste del país de la que ambos son originarios.
«Con un grupo de compañeros comenzó a frecuentar la casa del poeta Carlos Pellicer, quien los impresionaba con un vozarrón y sus invectivas para que se pusieran a leer», explica Zepeda.
A diferencia de los escritores de la época en la que hablaban en un lenguaje metafísico Pellicer dedicó sus letras, en su mayoría, a los paisajes, a la naturaleza, a la exuberancia de la tierra que lo vio nacer, por esto no se considera un poeta nacionalista, sino más bien un poeta que reconoce la naturaleza y a través de su pluma llena los ojos de colores del trópico, la selva, los ríos y el sol.
Algunos de sus libros poéticos son Colores en el mar y otros poemas, Camino, Hora de junio, Recinto y otras imágenes, Hexágonos, Subordinaciones, Sonetos, y Con palabras y fuego.
Su obra literaria es vasta, pero también algo que le debemos, es la creación del Parque Museo La Venta en Villahermosa, Tabasco, ya que él rescató muchas de las piezas que ahora son exhibidas en este parque. Pellicer Cámara consolidó este parque como una herencia de Tabasco para el mundo y para miles de visitantes nacionales e internacionales lo han constatado.
El 16 de febrero de 1977, a los ochenta años, falleció el Poeta de América; sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México, por acuerdo del Presidente José López Portillo.
Al dejar el alma
Agua crepuscular, agua sedienta,
se te van como sílabas los pájaros tardíos.
Meciéndose en los álamos el viento te descuentan
la dicha de tus ojos bebiéndose en los míos.
Alié mi pensamiento a tus goces sombríos
y gusté la dulzura de tus palabras lentas.
Tú alargaste crepúsculos en mis manos sedientas:
yo devolveré en el pan tus trágicos estíos.
Mis manos quedarán húmedas de tu seno.
De mis obstinaciones te quedará el veneno,
flotante flor de angustia que bautizó el destino.
De nuestros dos silencios ha de brotar un día
el agua luminosa que dé un azul divino
al fondo de cipreses de tu alma y de la mía.