En el inicio, hacia 2019, preferimos ser ciegos y optamos por no ver lo que se nos venía encima con el nuevo coronavirus; ahora, a la salida de la pandemia (al menos eso se espera que sea) no podemos ver con precisión en los datos porque estos llegan con retraso.
Luego de 22 días de un mes de enero con omicrón, se perfila por fin con certeza el tamaño de la muerte diaria, son un aproximado de 250 decesos al día, cifra que podrá elevarse en la semana que iniciará, pero que seguramente no rebasará por mucho las 300 muertes diarias.
Lo anterior es un panorama similar al de las últimas crestas de las oleadas Covid, particularmente la de octubre.
La gran diferencia, como han marcado insistentemente las autoridades sanitarias, es que el porcentaje de infectados que terminan muertos es mucho menor; en efecto, es así, pero lo increíblemente numeroso del contagio provoca una cifra fatal alta.
Es factible que durante la semana próxima se acumulen mil muertes más cada día. Lo que falta saber es cuánto más durará la oleada omicrón.