En Tabasco no hay facciones, camarillas ni grupos en el poder, asevera el secretario de Gobierno, Guillermo Arturo del Rivero, al pronunciar discurso oficial.
El gobernador Carlos Manuel Merino Campos, flanqueado de autoridades militares, presidentes municipales, diputados locales y funcionarios estatales, encabezó este miércoles el 109 aniversario de la Marcha de la Lealtad, con la que pueblo y gobierno de Tabasco evocaron la gesta protagonizada en 1913 por cadetes del Colegio de Militar en custodia del presidente Francisco I. Madero.
Al frente de un nutrido contingente que partió del parque Manuel Mestre, frente a la Quinta Grijalva, el mandatario lideró la simbólica caminata que tomó un tramo de Paseo Tabasco rumbo a la avenida 27 de Febrero, con destino al malecón Carlos A. Madrazo, justo al pie del monumento erigido en honor del “Caballero de la Lealtad”, José María Pino Suárez.
Al pronunciar el discurso oficial en la ceremonia cívica efectuada tras el recorrido que rescata el compromiso de todas las autoridades con sus instituciones, el secretario de Gobierno, Guillermo Arturo del Rivero León, dimensionó el valor de la lealtad como signo del desarrollo de un Estado democrático y la justicia social de la cual adolecimos por tanto tiempo.
Afirmó que en Tabasco se siguen los preceptos dictados por el gobernador Carlos Manuel Merino de “actuar pronto, leal, honorablemente y con pasión creadora” en el servicio público, por lo que rechazó que existan facciones, camarillas o grupos en el poder- Aquí “todos somos leales hoy más que ayer”, aseveró.
Del Rivero León dijo que así como en su momento Madero, respaldado de jóvenes cadetes, dio la cara para enfrentar la conspiración, “esta mañana los tabasqueños marchamos con firme convicción y plena consciencia de que transitamos de forma pacífica hacia la transformación profunda de nuestra nación”.
“Nosotros tenemos la obligación de avivar la llama de la lealtad y ser corresponsables con el pueblo de México: así como somos leales a nuestras instituciones y a nuestro presidente, también estamos obligados como personas servidoras públicas, a ser leales con el pueblo”, enfatizó el responsable de la política interna estatal.
Sin embargo, advirtió: “No queremos que esa lealtad que pregonamos se convierta en la Decena Trágica de hace un siglo… no más repeticiones innecesarias, dicho en palabra de Pino Suárez: contra el error y la injusticia, alertas, montar la guardia austera y formidable del honor y el deber ante las puertas”.
Durante su reseña histórica, el secretario de Gobierno recordó que un día como hoy, pero de hace 109 años, ante el inicio de una rebelión armada y un eminente golpe de Estado, Madero –a sabiendas de la inestabilidad provocada por la sublevación y la traición de quienes buscaban derrocarlo– se reunió con los cadetes para informarles de la rebelión.
En un acto de honor y valentía, los jóvenes estudiantes, vestidos con sus uniformes de gala, acompañaron en columna de honor al ‘Apóstol de la Democracia’, quien inició su trayecto del castillo de Chapultepec a Palacio Nacional, donde asechaban los insurrectos, relató.
Refirió que el mensaje enviado fue contundente, tanto que trascendió hasta nuestros tiempos: los leales sobreponiéndose a los infidentes desleales, y aunque el desenlace fue funesto, la enseñanza fue ejemplar.
Guillermo del Rivero mencionó que en este hecho histórico, enmarcado en el desarrollo del periodo llamado Decena Trágica –renombrado como “Quincena Trágica” por los días que duró, según diversos historiadores–, emergió la figura de José María Pino Suárez, nuestro “Caballero de la Lealtad”, quien fue asesinado junto a Madero por los traidores.
Pino Suárez, en esa época vicepresidente de México, recordó, nunca claudicó y acompañó siempre y hasta el final a Francisco I. Madero.
“No cabe duda que Tabasco es cuna de mujeres y hombres honorables, de mentes revolucionarias, pues además del ‘Hijo predilecto de Tenosique’, hoy destacan por su lealtad con el pueblo de México, tabasqueños que protagonizan la transformación del país”, puntualizó.