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Drayke Hardman, un niño que apenas tenía 12 años de edad, decidió quitarse la vida tras ser víctima del bullying que sufrió por más de un año por parte de un compañero de clases en Tooele, Utah.
Los padres del menor, Samie y Andrew Hardman, declararon en una entrevista que pensaron que habían hecho todo lo posible para ayudar a su hijo y la escuela había suspendido a ese compañero de clase anteriormente.
Relataron que Drayke era maltratado física y verbalmente por su agresor e incluso apenas el lunes 7 de febrero llegó a casa con un moretón en el ojo tras haber recibido un golpe, pero decidió mentirle a sus padres para no preocuparlos.
«Este niño conocía el amor, todos los días de su vida, él era nuestro mundo, mi mundo, el mundo de su padre (…) Conocer a Drayke era amarlo, su personalidad ingeniosa y esos ojos azules de bebé conquistaron al mundo», expresaron los padres en una carta.
Lamentablemente, la mañana del pasado jueves 10 de febrero una de las hermanas de Drayke encontró al niño sin vida y entre gritos avisó a su papá de lo que había ocurrido.
Por ello, los Hardman dijeron que están compartiendo su historia durante su tiempo de pérdida y angustia para que otras familias puedan enseñar a los niños a ser más amables y evitar que estas situaciones se sigan presentando.
“Los niños serán el tipo de niños que harán lo que quieran, hasta que sepan que no está bien. Creo que de ahí vienen esas conversaciones difíciles”, dijo Samie.
