“Hay Dr. Macossay para rato”

ENTREVISTA

Desde que inició la pandemia, el reconocido médico internista Jesús Ruiz Macossay, enfrentó la COVID-19 a través de sus pacientes, a quienes ayudó a sanar. En noviembre, él contrajo la enfermedad e inició quizá la batalla más dura de su vida, que hoy narra rodeado del amor de su familia

Villahermosa

“Te amo papá, cerramos este episodio para comenzar otro, se acabó el momento más difícil de nuestras vidas. Celebro tu llegada y agradezco a todas y cada una de las personas que oraron conmigo por él, que lo cuidaron, que lo atendieron y que hicieron que estuviera con nosotros de regreso. Hay Macossay para rato”.

Con esta publicación en su cuenta personal de Facebook, el doctor Jesús Ruiz Quiñones puso fin a casi tres meses de angustia que padeció su familia, cuando uno de sus miembros, el reconocido médico internista Jesús Ruiz Macossay, enfrentó una batalla entre la vida y la muerte a causa de la COVID-19.

Esta vez no le tocó a Ruiz Macossay, mentor de varias generaciones de profesionistas y en servicio constante, atender a un enfermo, sino serlo, y encarar con determinación el padecimiento que llegó hace dos años a México y que muchas veces enfrentó con éxito a través de sus pacientes, a quienes les ayudó a recuperar la salud.

A finales de noviembre, Ruiz Macossay tuvo que ser ingresado a un hospital de la capital del estado. Tenía síntomas de COVID-19 y fue intubado, pero debido a que el problema se agravaba, hubo necesidad de trasladarlo a la Ciudad de México.

Su hija, que también es doctora, lo llevó a su domicilio luego que dejara el instituto médico. Ella acondicionó todo lo que tendría un hospital para brindarle los mejores cuidados durante su convalecencia.

El pasado 27 de febrero, regresó a Tabasco. El prestigiado médico, ya está en casa, luego de ganar esta dura batalla que lo tuvo postrado en cama. Gracias a la fe que nunca perdió, al apoyo de su familia y del equipo médico que lo atendió, logró salir vencedor.

Tiene el ánimo de atender nuevamente a sus pacientes, de seguir luchando por preservar la salud y la vida de los tabasqueños, como lo ha hecho a lo largo de su trayectoria profesional.

En su residencia aún se percibe la alegría por su regreso; en medio de este momento tan íntimo, recibió a Novedades de Tabasco para platicarnos su experiencia.

¿Cómo inició todo?

Me enfermé a fines de noviembre, seguramente me contagió algún enfermo. Fue el 26 de noviembre cuando me comencé a sentir mal. Mi hijo estaba fuera porque tenía un evento médico, pero cuando le comenté lo que sucedía, se tuvo que regresar.

Como el problema se seguía agravando los especialistas me sedaron y decidieron intubarme. Luego el 12 de diciembre la situación empeoró, así que optaron por trasladarme al Instituto Nacional de Nutrición, donde permanecí hasta el 2 de enero.

Curiosamente llegué al Instituto Nacional de Nutrición el 12 de diciembre, es todo lo que me platican, justo cuando estaba la tronadera por la celebración de la virgen.

¿Qué experiencia le deja esta enfermedad?

En principio, pues, hay que entender que cuando te tienen que intubar los médicos toman la decisión, porque es necesario. Yo no dije nada, cuando me comentaron que era necesario ese procedimiento. Yo he trabajado mucho en terapia intensiva, y he visto que cuando se requiere intubar a un paciente, estos se resisten.

¿Qué cree usted que contribuyó para ganarle la batalla a la COVID-19?

Además de la fe, yo creo que la oportunidad de manejo porque en el momento que hubo necesidad de hospitalizarme me hospitalicé, se utilizaron los medicamentos necesarios, y el conocimiento de los médicos. Gracias a Dios aquí estamos.

¿Es cierto que esta enfermedad hace más sensible a la persona que la ha padecido?

Yo creo que al menos te hace reflexionar en muchas cosas, no sé si te hace más humanista, porque uno es imperfecto como humano, pero te hace entender muchas cosas; yo ya las entendía, pero no las había sufrido. Cuando tú la sufres no nada más las entiendes, sino que ahora las comprendes.

¿Para la ciencia médica sigue siendo un padecimiento difícil?

Para todo el mundo.

¿Cómo ve al sistema de salud tabasqueño?

Como todo sistema de salud nacional y del mundo, pues este tipo de enfermedades nos desnudan. Al menos en Tabasco el gobierno estatal ha brindado todo el apoyo a las instituciones.

¿Cuál sería su mensaje a todos?

Hay que cuidarnos, esta enfermedad no respeta, yo estaba vacunado. A mí me dio la variante Delta, de la más agresiva, pero a Dios gracias que no me mató. Tenemos que seguir utilizando cubrebocas, la limpieza de las manos y nutrirse bien.

¿Listo para regresar a la actividad médica?

Ahorita todo lo voy hacer de manera virtual, a todos mis pacientes así les doy consulta, incluso también de esa forma intervengo en las reuniones del hospital Juan Graham Casasús, donde trabajo, mientras continúo en recuperación.

DR. JESÚS RUIZ MACOSAY

  • 65 años cumplidos
  • Originario de la ranchería Corozal, Centro
  • Egresado de la carrera de medicina la UJAT
  • Hizo su especialidad de Medicina Interna en la Ciudad de México
  • Es miembro de la Sociedad Mexicana de Medicina Interna
  • Fue reconocido en Querétaro como máster de medicina interna

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