Hombres, la mayoría de la tercera edad provenientes de colonias pobres de Centro, revisan minuciosamente las verduras, frutas y legumbres. Pero no se trata de un supermercado o una tienda departamental, sino el basurero de la Central de Abasto, donde diariamente son depositadas entre 10 y 15 toneladas de merma.
“Ahorramos y nos salva de morir de hambre, porque aquí sale para comer o obtener recursos, porque toda la fruta y perecederos están en buenas condiciones», comenta Jacobo Méndez, persona de la tercera edad, quien desde las 7 de la mañana llegó a la Central para recolectar las mejores frutas y verduras que, por toneladas, se tiran en los múltiples naves; y que aumenta en esta temporada de calor.
Desde muy temprano el basurero de la Central de Abasto se llena de personas que acuden a escoger alimentos que puedan estar en buen estado y así poder llevar algo a sus hogares.
Otros más seguramente lo venderán en triciclo por las calles para obtener unos cuantos pesos.