Pierde Tabasco más de un millón de hectáreas de selva tropical

22 de abril Día de la Tierra

Un estudio sobre degradación de suelos realizado en la entidad, arrojó el resultado por las últimas 5 décadas, ante el impulso a la ganadería, desarrollo agrícola y el crecimiento de la mancha urbana en los 17 municipios

Villahermosa

La deforestación ha dejado una enorme herida sobre el territorio tabasqueño. En pleno siglo XXI, aún es evidente que la deforestación es un fenómeno que no se detiene, sino sigue avanzando.

En la zona de la Sierra, particularmente rumbo al municipio de Tacotalpa, se pueden apreciar desde la carretera enormes predios, donde sus propietarios realizan el derribo de cientos de árboles maderables.

Un encargado del rancho, explica a Novedades de Tabasco, que la instrucción del propietario fue derribar árboles para ampliar los potreros para la siembra de palma de aceite.

Y es que, la entidad es uno de los casos más dramáticos de degradación ambiental en México, donde las políticas públicas alentaron el desmonte de bosques y selvas para transformarlos en tierras agrícolas y de pastoreo para el ganado; como consecuencia de ello, hoy la población tabasqueña está en un alto nivel de vulnerabilidad frente a la crisis del clima, denunció la organización ambientalista Greenpeace.

Empero, el investigador del Colegio de Posgraduados David Palma, en un estudio sobre degradación de suelos realizado en Tabasco, reveló que, en 1940, la cobertura de selva tropical representaba 49 por ciento de la superficie del estado, sin embargo, para 1990 se había reducido a sólo 8 por ciento, del cual únicamente la mitad correspondía a selvas primarias.

Lo anterior, significó que, durante las últimas cinco décadas, el estado perdió más de un millón de hectáreas de selva tropical por el impulso a la ganadería, el desarrollo agrícola y el crecimiento de la mancha urbana en los 17 municipios.

“El objetivo era convertir a este estado en un emporio agrícola que nunca llegó a ver la luz, tal como se había planteado en un principio”, dijo.

Según el estudio, esta tendencia continúa hasta la actualidad, y tan sólo se conserva una muestra representativa de los ecosistemas naturales en 4 por ciento del estado: de alrededor de 100 mil hectáreas (ha) que corresponden a zonas de la sierra de los municipios de Huimanguillo, Teapa, Tacotalpa, Macuspana y Tenosique, quedan 45 mil ha de selvas y acahuales, 40 mil ha de manglares, 10 mil ha de tintales y 5 mil ha de encinares.

“Desde mediados del siglo pasado, Tabasco replicó los modelos de desarrollo diseñados para otras condiciones sociales, económicas y ambientales, lo que ocasionó cambios drásticos en el paisaje, cuyos efectos son más patentes ahora en un escenario de cambio climático donde ya están impactado la vida y seguridad de los tabasqueños”, agregó.

Por ello, considera que la entidad debería ser considerado un ejemplo de las consecuencias que puede tener la implementación de políticas ambientales y agropecuarias sin análisis, sin planeación y con objetivos que se contradicen entre sí, como actualmente lo hace la política forestal.

Problema añejo

La deforestación en Tabasco ha sido imparable: hasta 2015, quedaba tan sólo 3 por ciento de su vegetación original, con una tasa de pérdida de 2.7 hectáreas por hora durante los pasados 50 años, según se asienta en el Programa Especial de Desarrollo Forestal 2018-2014 del gobierno estatal en manos de Novedades de Tabasco.

Pese a esos indicadores, la tendencia siguió y entre 2018 y 2019 desaparecieron 23 mil hectáreas de cobertura forestal.

Asimismo, el documento de la Estrategia de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Tabasco, detalla que en 1940 se reportó una cobertura forestal de un millón 210 mil hectáreas, 49.1 por ciento de la superficie del estado; en 1970, estos ecosistemas ocupaban apenas 314 mil 921 hectáreas, 12.8 por ciento de la superficie estatal.

La construcción de grandes infraestructuras hidráulicas en la cuenca del Grijalva y el deterioro ambiental en la parte alta de la cuenca del río Usumacinta, así como nuevas vías de comunicación, la urbanización y el crecimiento de comunidades en zonas de riesgo, perturbaron profundamente la integridad de los ecosistemas naturales, refiere.

La cobertura de selvas se redujo drásticamente con el aumento de la ganadería y la actividad forestal, que durante los últimos 40 años estuvo bajo la sombra de esta actividad, así como de las plantaciones agrícolas industriales de cacao, coco, caña de azúcar, café, plátano, pimienta, achiote y una producción de maíz de subsistencia, indica el Programa Especial de Desarrollo Forestal de Tabasco.

A nivel nacional, el año pasado el país perdió 321.000 hectáreas de bosque, debido al aumento de terrenos para monocultivos y ganadería, el turismo e incendios forestales.

Entre los territorios más afectados están aquellos que tienen extensas regiones cubiertas de bosques tropicales, principalmente la rica zona del sureste de México, una especie de cuerno de la abundancia de recursos naturales: Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Tabasco. En esa zona se han perdido más de 81.000 hectáreas de bosque. Entre los principales motores de la deforestación están los monocultivos y el turismo, que además afecta las enormes reservas acuíferas, explica Sergio Madrid, director ejecutivo del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, A.C.

Programa Sembrando Vida mitiga efectos

Con la plantación de 41 millones 427 mil 857 nuevos árboles maderables y frutales principalmente, Tabasco alcanzó las 123 mil hectáreas del programa Sembrando Vida, una cifra de reforestación sin precedentes en el estado que ayuda a mitigar los efectos de la pérdida de áreas forestales en las últimas décadas.

En Tabasco, el Programa Sembrando Vida, de la Secretaría de Bienestar, ha dado empleo a 56 mil 979 sembradoras y sembradores de mil 659 localidades en 17 municipios, quienes forman parte de los más de 400 mil campesinas y campesinos que llevan a cabo la reforestación más importante de las últimas décadas en el estado y en el país.

Los cultivos más relevantes de árboles maderables en esta entidad son, en materia forestal: macuilis, cedro, caoba, tinto, tatuán; en frutales: plátano, guanábana, limón, cuajinicuil, chalahuite y coco; los agroindustriales: cacao, achiote, café arábico, hule y pataste, y las especias: pimienta, canela, árbol de canela y chicle.

De esta forma, Sembrando Vida no sólo genera empleo y arraigo a la tierra, sino también la igualdad con una creciente participación de mujeres en el programa y que, en Tabasco, llega a 21 mil 402 sembradoras (37.56%) frente a 35 mil 577 sembradores (62.44%), entre quienes se encuentran 326 (0.57%) de población indígena.

RECUENTO

  • 1940, la cobertura de selva tropical en Tabasco representaba 49% de la superficie del estado.
  • 1990 se redujo a sólo 8%
  • 1 millón de hectáreas de selva tropical perdió Tabasco durante las últimas cinco décadas, por el impulso a la ganadería, el desarrollo agrícola y el crecimiento de la mancha urbana en los 17 municipios de la entidad.

¿Qué es la deforestación?

La deforestación es la pérdida de bosques y selvas debido al impacto de actividades humanas o causas naturales.

Fuentes: Colpos, Greenpeace, Programa Especial de Desarrollo Forestal 2018-2014 del gobierno estatal

En la zona serrana del estado, se han derribado árboles para ampliar los potreros y sembrar palma de aceite

Miles de árboles maderables han sido exterminados en la región

En Yucatán, Campeche, Quintana Roo y Tabasco se han perdido más de 81.000 hectáreas de bosque

El programa Sembrando Vida impulsa la reforestación

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