Con un llamado a los adolescentes y padres de familia para que aprovechen las ventajas de las redes sociales, este miércoles el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) ofreció el conversatorio “Las redes sociales y su impacto en los adolescentes”, a cargo de la especialista Reyna Victoria Sánchez Hernández.
La coordinadora del Fondo para el Bienestar y Avances de las Mujeres (FOBAM) del IEM aseguró que la tecnología y las redes sociales ya se han convertido parte de la vida cotidiana de las personas, por lo que se deben aprovechar sus grandes ventajas y evitar llegar a límites extremos, que inclusive pueden llegar a ilícitos graves.
Pidió a madres y padres de familia poner especial atención en sus hijos adolescentes, y pedirles tener cuidado en lo que ven en las redes sociales, educarlos en los instrumentos virtuales, establecer límites y explicarles sobre el uso adecuado de ellas, pues son de gran utilidad, pero también su uso conlleva riesgos.
La psicóloga egresada de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) explicó que las redes sociales, en el mundo virtual, son sitios y aplicaciones que operan en niveles diversos –profesional, laborales, de relaciones–, pero siempre permitiendo el intercambio de información entre personas y/o empresas.
Destacó que la utilidad de las redes sociales se mostró durante los dos años de pandemia por Covid-19, pues muchos estudiantes en el mundo continuaron con sus clases en línea, las empresas siguieron produciendo con sus empleados trabajando desde casa, o se incrementó el comercio digital haciendo compras desde los hogares.
Detalló que los adolescentes crean identidades en línea con otros jóvenes de su edad, basadas en gustos o creencias similares, construyen vínculos sociales mediante la identificación de personalidades idénticas, y se comunican con otros adolescentes en un número indeterminado de temas que les apasionan o que practican continuamente.
Sin embargo, Sánchez Hernández también advirtió que existen numerosos peligros de las redes sociales en los adolescentes, pues pueden producir sentimientos de infelicidad ante la felicidad de otros, se dan manifestaciones de suicidio, crean intimidaciones y chantajes, y corren el riesgo de compartir asuntos personales como fotos o datos íntimos.
Además, prosiguió, se puede alterar el patrón del sueño por pasar muchas horas en ellas, se dan concepciones poco realistas sobre otras personas, se fomenta la distracción, se hacen comparaciones sociales, se llega a fortalecer el Bullying y otro tipo de agresiones digitales, y se incrementan la ansiedad y la depresión en los adolescentes.
Subrayó que madres o padres de familia, tutores o cuidadores oficiales pueden ayudar a sus hijos adolescentes estableciéndoles límites para su uso, tanto de tiempo como de contenido; revisarles –con su autorización y explicarles los motivos– sus redes sociales para saber qué sitios visitan y con qué frecuencia lo hacen.
Dijo que se les debe explicar el uso adecuado de las redes sociales y la información compartida, y hablar cotidianamente con ellos para decirles que son más los beneficios de su uso que las desventajas.
Agregó que las redes también pueden causar estrés, ansiedad, anorexia, desórdenes de personalidad y autoestima baja, bulimia y esquizofrenia.
En su charla, la coordinadora del FOBAM del instituto explicó el significado de la Ley Olimpia, que se presentó en el Congreso local hace algunas semanas, y que es un conjunto de reformas legislativas dirigidas a reconocer la ciberviolencia y sancionar los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales.
Mencionó que los objetivos de estas reformas son concientizar sobre derechos sexuales y violencia digital a través de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia; y proteger el derecho a la intimidad personal, así como el ejercicio libre y protegido de los derechos sexuales para salvaguardar la integridad de las personas.
Agregó que también la Ley Olimpia reconoce y sanciona el ciberacoso como un delito, ya que genera violencia sexual a través de internet.