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Por: Dr. Elías Córdova Sastré
A inicios del presente siglo el parlamento europeo y el consejo de la unión europea, definen lo que se conoce como marco de referencia europea para las competencias claves para el aprendizaje permanente.
Una competencia es la combinación de habilidades, conocimientos y actitudes que permiten a una persona desempeñarse en un campo educativo o laboral adecuadamente, se es competente cuando se tiene confianza de saber actuar bien en una situación determinada; y dentro de sus ocho competencias claves enunciadas por el parlamento europeo, hay una que se conoce como competencia digital, esta, no es más que la capacidad que se tiene en el uso de tecnologías para obtener, evaluar, almacenar, producir, presentar e intercambiar información, comunicarse y participar en redes de colaboración a través de internet.
No podemos negar que el uso del internet nos ha acercado el conocimiento, nos ha reducido fronteras, nos ha agilizado el acceso a la información, entre muchas más ventajas; esto debería reflejarse en mayor cantidad y calidad de contenidos y en mejores publicaciones en general.
En tiempos de solo televisión y revistas (antes de la llegada del internet) había una queja sobre el material de lectura y los programas de televisión (novelas, revistas sobre información de artistas, etc.), la queja era sobre lo que se solía leer o ver, pero en la actualidad, solo hemos cambiado las novelas por las llamadas series y las revistas de medios por las redes sociales. Por mucho, las nuevas series son novelas disfrazadas como tal y ahora incluso, hay novelas taquilleras ya conocidas convertidas o transformadas en series.
Por otro lado, las redes sociales son las nuevas revistas de acceso a contenidos de información sobre artistas o contenidos que no tienen nada que ver con educación, de ahí que sigamos leyendo de alguna manera, revistas con contenidos que divulgan la vida de los artistas o las demás personas.
Según las estadísticas del último reporte sobre el uso de internet en México, el 74% de la población tenemos acceso a internet a través de algún dispositivo y la población entre 16 y 64 años pasamos en promedio 8 hrs y 55 minutos del día conectados a internet desde cualquier equipo (casi la mitad del tiempo que pasamos despiertos, tomando en cuenta que dormimos alrededor de 8 hrs); el teléfono móvil fue el dispositivo más usado por un 95.1% de internautas; el 60.3% usa el internet para visitar redes sociales.
Los números que reflejan esos reportes son alentadores, sobre todo para quienes venden telefonía móvil, pantallas, ordenadores, tiendas en línea, o para quienes se enriquecen con el manejo y venta de datos como Google, Twitter, Facebook, etc., pero muy desalentadores si lo que queremos es un México más competente, menos inculto, ya que esos datos igual reflejan que de esas casi 9 horas que estamos viendo una pantalla, la mayor parte del tiempo es de manera ociosa viendo videos, escuchando música o buscando información irrelevante, por decirlo de forma muy general.
De forma particular la competencia digital o el ser competente en materia digital va más allá de sólo saber usar un celular inteligente o usar internet, es además de saber analizar, evaluar y seleccionar la información, reconocer su confiabilidad y relevancia, es saber buscar en los diferentes buscadores que existen para poder crear contenidos y poderlos compartir, y es precisamente en este punto donde pretendo buscar la atención de los lectores, ya que según los datos que se comparten del último reporte ya mencionado sobre el uso del internet en México, pasamos mucho tiempo viendo lo que los demás hacen, comentan, publican o realizan; somos un conjunto de datos valiosos para las empresas ya que solo somos usuarios del internet pero no generadores de contenidos.
La brecha digital es un reto que enfrentar a la brevedad, esta se produce cuando no se eliminan las barreras que impiden el acceso de todas las personas a la cultura y la educación, además de producirse por las dificultades de acceso a la tecnología, aumenta cuando las personas no poseen la formación y la competencia digital suficiente para hacer un uso adecuado de ellas. La brecha digital refleja y profundiza otro tipo de desigualdades socioeconómicas, acrecentadas cuanto menor es el nivel de estudios o mayor es la edad de los usuarios, incluso por el lugar en el que se vive, por las plataformas tecnológicas elegidas para acceder a la Red, considerando, por tanto, el acceso a las tecnologías y su uso provechoso como un nuevo indicador de desigualdad.
Necesitamos hablar más sobre competencias, necesitamos conocer estas ocho competencias claves, sobre todo necesitamos formar y desarrollar la competencia digital en el sentido estricto descrito líneas arriba ya que estamos totalmente inmersos en una era digital y nos estamos quedando atrás con respecto al avance que tienen otros países.
Si bien la pandemia hizo que nos volcáramos en el uso de aulas virtuales y que usáramos más de la cuenta el internet, igual sacó a relucir las carencias en la llamada brecha digital a la que hago referencia en el sentido de evidenciar en primer lugar el nulo trabajo que la mayoría de las escuelas tenían en materia digital, no tenían siquiera una idea de cómo estar vinculadas a aulas virtuales, no tenían idea de los costos de implementar una estrategia así ni de la falta de capacitación de todo su personal, por lo que se enfrentaron de golpe a una situación que tuvieron que subsanar de una u otra forma y en el camino; carente por parte de la mayoría de los docentes, en parte por falta de capacitación, pero en parte igual por no ir más allá de forma personal y buscar desarrollar estas competencias ya que son de uso diario, en el uso de recursos educativos digitales que les permitiera enfrentar de mejor forma esta pandemia y el reto de la educación en línea. Pero no solo en la parte educativa se presenta esta brecha, igual pasó en las empresas, en los sistemas de salud y en varias áreas.
La pandemia nos ayudó a darnos cuenta de todas las ventajas de contar con internet ya que, al estar confinados las compras en línea, el tiempo de ver redes sociales, videos, películas etc., se disparó, pero no así en la cantidad de contenidos publicados por nosotros; debemos aprovechar el momento de habernos dado cuenta de todas las ventajas de usar internet, el momento de que nos hayan evidenciado en esta carencia de competencias digitales. El tener acceso a internet, el usar una computadora, una tableta o un celular, el entrar a los diferentes buscadores, el navegar por las diferentes redes sociales, el sólo publicar videos de lo que hacemos en el día a día, lugares que visitamos, donde comemos, etc., no nos hace competentes digitales, sino sabemos analizar la información, almacenar la información, usar todas las herramientas que nos ofrece la llama ofimática, contar con nuestro propio entorno personal de aprendizaje, realizar infografías, elaborar documentos en PDF, contar con un blog o página personal, subir contenidos en los que estemos colaborando con nuestros pares o sirvan de ayuda para algún usuario, entonces nos falta desarrollar estas carencias y buscar obtenerlas para poder superar esta brecha para poder ayudarnos a nosotros y al mismo tiempo ayudar a México a ser un país más competitivo.
Debemos dejar de ver tantas novelas (series) y leer menos sobre la vida de las personas (revistas de medios), reconocer a las personas que valen la pena seguir para no incrementar los seguidores de los que ahora se conocen como influencers o youtubers, etc. que no necesariamente influyen de manera positiva o brindan información o contenidos que contribuyan a la educación del ser humano.
Debemos saber ser críticos de la información para no dejarnos llevar por cualquier noticia o primera información que nos llegue a nuestras redes o leamos en cualquier portal, ya que nos volvemos partícipes de la divulgación de noticias falsas por no saber hacer un buen juicio de lo que estamos leyendo y verificar la información; parte del crecimiento de las llamadas fakenews es precisamente esta carencia que tenemos de no saber filtrar la información que nos llega, no es casualidad que las estadísticas arrojen que el 70% de los latinos no sabemos reconocer una noticia falsa y que México sea el principal país donde se produce esta tipo de noticia, la cual crece más cuando se acerca una época electoral. Mucho del problema en materia de salud con el COVID y el crecimiento de los antivacunas, tiene que ver precisamente con estas noticias falsas que se siguen divulgando. Debemos reconocer nuestras fallas en materia digital, dejar de ser analfabetos digitales para poder ser verdaderos competentes digitales y poder reducir esta llamada brecha digital.
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