Cuidemos nuestro planeta

Las más de 8 millones de toneladas de piezas de plástico que llegan cada año a los océanos equivalen al peso de 800 veces la Torre Eiffel, o al peso de 14.285 aviones Airbus A380 y ocupan el equivalente de 34 veces la isla de Manhattan, según datos de Greenpeace. Estos residuos son canalizados por las corrientes marinas y han formado concentraciones o islas de plástico de dimensiones enormes, la más grande de ellas se encuentra en el Pacífico Norte (entre la costa de California y Hawái) y es conocida como el “Gran Parche de Basura del Pacífico” (GPGP, por sus siglas en inglés, Great Pacific Garbage Patch). Tiene más de un millón de kilómetros cuadrados, lo que supera la superficie de España, Francia, Alemania juntas. Aunque la del pacífico es la isla de basura más grande, no es la única, ya que encontramos una más en el Pacífico, 2 en el Atlántico y otra en el Índico. El Mediterráneo está considerado la 6ª zona de mayor acumulación de residuos plásticos. Alberga sólo el 1% de las aguas del mundo, sin embargo, concentra el 7% de los microplásticos (partículas de menos de 5 milímetros de diámetro) del planeta.

De todos los desechos, un tercio de ellos termina en suelos o masas de agua dulce. Se estima que la contaminación terrestre por microplásticos es de 4 a 23 veces más alta que la marina. Un de ejemplo de esto es la contaminación que causan las fibras textiles, al ser retenidas en los lodos de las aguas residuales que, además se utilizan frecuentemente como fertilizantes, lo que se traduce en toneladas de microplásticos depositadas en nuestros suelos. Pero, además de estar presentes en océanos y en la tierra, los microplásticos entran en los seres vivos a través del aire que respiramos y por los alimentos y las bebidas que tomamos. El reciente estudio, “Naturaleza sin plástico: evaluación de la ingestión humana de plásticos presentes en la naturaleza”), basado en un estudio solicitado por WWF y realizado por la Universidad de Newcastle, sugiere que las personas estamos consumiendo alrededor de 2.000 pequeñas piezas de plástico cada semana, aproximadamente 21 gramos al mes, poco más de 250 gramos al año. Esto es el equivalente al peso de una tarjeta de crédito a la semana. El estudio señala que los efectos específicos de la ingestión de microplásicos en la salud humana aún no se conocen con exactitud.

Impacto en México

En nuestro país habitan 6 de las 7 especies de tortugas marinas que existen en el mundo, todas ellas enlistadas en una categoría de riesgo siendo estas especies altamente vulnerables a la contaminación por plásticos. Estudios demuestran que 1 de cada 3 tortugas muere a causa de este problema y que el punto de inflexión se encuentra cuando las tortugas consumen más de 14 piezas plásticas, ahí los contaminantes tóxicos aumentan la tasa de mortalidad hasta el 50% de la población en las tortugas. Otras especies amenazadas y emblemáticas del turismo mexicano son el Tiburón Ballena que se encuentran expuestas a la contaminación debido a sus métodos de alimentación por filtración, algunos aditivos plásticos como el Polibromodifenil éter (PBDE) ha sido identificado en muestras de piel de esta especie en el golfo de California. Además es necesario tener en cuenta que a nivel mundial provoca la muerte de más de 100,000 mamíferos marinos al año y por lo tanto afecta a las 45 especies mexicanas.

El reciclaje promete pero no concreta

Lamentablemente, la mayor parte del reciclaje se basa en un sistema informal de recolección de los residuos, que vulnera los derechos básicos de quienes se dedican a esta actividad. De acuerdo a un estudio de Greenpeace, en México el 67.3% de la actividad de reciclaje se apoya en este sector informal, mientras que la recolección en centros formales de acopio solo corresponde a 0.5%. Pese a la promesa del reciclaje existen empaques, envases y embalajes que nunca serán reciclados pese a contener la etiqueta, esto se debe a que para muchos de ellos no existe el mercado adecuado, es decir no se pagan precios competitivos, y por ende no son aceptados en los centros de acopio ni recolectados por las personas dedicadas a la pepena. Algunos envases como PET de multicapa o serigrafiados, de colores exóticos (no transparentes), no son aceptados en la mayoría de los centros de acopio y lo mismo ocurre con envases que contienen tapas de silicón, aluminio o etiquetas metalizadas. La mayoría de las bolsas o empaques de alimentos que tienen impresas las figuras de la marca y diferentes colores contienen mezclas de materiales que tienen un proceso de reciclado diferente, por lo cual su probabilidad de reciclaje es casi nula.

Llamado y cambio de paradigma

Tanto la ciudadanía y el gobierno, deben actuar de manera mancomunada para cambiar este paradigma de lo desechable. Se debe abogar por la menor dependencia de los plásticos de un solo uso y apostar por productos y sistemas de distribución libres de empaque, como la venta a granel, la reutilización de envases, el relleno, los sistemas de depósito y retorno, así como esquemas que permiten a los consumidores llevar sus propios recipientes, como su termo para servirse el café, y otras opciones que favorezcan la reusabilidad de forma segura. Solo de esta forma podremos construir un nuevo modelo de consumo y satisfacción de necesidades sin que ello nos cueste el planeta.

(caja de datos) Consejos para reducir el consumo

Aunque cada vez existe más concienciación, lo cierto es que siguen existiendo en el mercado muchos productos de este material que es urgente reducir el consumo. A continuación de mostramos algunos consejos:

No utilices botellas de agua de plástico. Puedes comprar botellas de acero inoxidable que conserven el agua y que sean reutilizables.

Vete a la compra con bolsas reutilizables. No pidas bolsas en el supermercado, lleva tus bolsas desde casa y utilízalas varias veces.

Elige productos que estén envasados con cartón o vidrio. Por ejemplo, si compras una bebida elije botellas de cristal o si compra detergente para el lavavajillas elige una caja de cartón.

Utiliza utensilios de cocina de madera. Evita los que están hechos de plástico y elige acero inoxidable o madera.

Sustituye los pañales de tu bebé. Un pañal de bebé puede tardar unos 400 años en descomponerse, por lo que esencial sustituirlo con un pañal de tela que puedes lavar y reutilizar varias veces.

Utiliza cerillas y no mecheros. Los mecheros no son biodegradables y permanecen en la naturaleza durante años. Utiliza cerillas o un mechero recargable, siempre y cuando sea absolutamente necesario utilizar un mechero.

Cambia la forma de conservar la comida. Tendemos a utilizar tuppers de plástico o film de plástico para guardar la comida en la nevera, puedes sustituir los tuppers de plástico por los de vidrio y evitar el uso del film transparente.

Evita las maquinillas de afeitar desechables. Utiliza máquinas de afeitar eléctricas u otros utensilios que sean reutilizables.

cifras:

150 millones de toneladas de residuos se considera que cada año acaban en el mar
1 millón de toneladas de plástico equivale a retirar 1 millón de automóviles de la carretera
500 años en descomponerse puede tardar una botella de plástico
104 millones de toneladas métricas adicionales de plástico contaminarán nuestros ecosistemas para el 2030 si no se genera un cambio drástico en cómo se aborda este problema.

Acerca de Jorge Cupido

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