Auspiciada por el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM), este viernes la psicóloga Yasmín Adriana Vázquez Ortiz impartió la conferencia sobre “Conductas que constituyen el acoso y hostigamiento sexual”.
La experta explicó que el hostigamiento sexual está íntimamente relacionado con el ejercicio del poder, en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar.
Alertó que esta conducta se expresa a través de manifestaciones verbales, físicas o ambas, y están relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva.
En el ejercicio de sensibilización en torno a esta temática, Vázquez Ortiz añadió que el acoso sexual es otra forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.
Durante su ponencia transmitida a través de las plataformas digitales de Facebook Live y Zoom, en aras de advertir este tipo de situaciones, la especialista identificó las similitudes que existen entre el acoso y el hostigamiento.
Ambas, dijo, “son conductas de carácter lascivo que llegan a vivir muchas personas (de cualquier edad, género), principalmente mujeres, y suele llevarse a cabo de hombres a mujeres, pero también puede suscitarse entre personas del mismo sexo y de mujeres hacia los hombres.
Aseveró que comúnmente ocurren en espacios laborales del sector público, pero también en empresas, e instituciones académicas o sociales.
La conferencista informó que de acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo, alrededor del 7.5 por ciento de las mujeres mexicanas de 15 años o más, ha padecido actos de hostigamiento o acoso sexual a lo largo de su vida laboral.
En tanto que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe advierte que los diagnósticos existentes sobre esta problemática ponen de relieve que la mayoría de quienes son víctimas de este tipo de prácticas “son mujeres y no levantan denuncia alguna”.
Sentenció que ambas conductas son actos de discriminación por sus efectos y consecuencias importantes en el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres, como “en la dignidad y libertad de las personas que las padecen, y en el derecho a vivir una vida libre de violencia”.
La psicóloga exhortó a todas aquellas mujeres que son víctima de este tipo de conductas a hacer uso de su voz y exigir que sean vean respetados nuestros derechos, presentando las denuncias correspondientes ante las instancias competentes, porque “nadie tiene derecho a obligar a alguien a vivir una sexualidad que no es de su agrado”.