Emilio

Columna: Prospectiva

Por: Emilio de Ygartua M.

SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE

*La UE se rearma ante las amenazas de Rusia

* Nuevas sanciones contra la Rusia invasora

* ¿Es posible la victoria de Ucrania?

*Colombia: política electoral con ballenato y cumbia incluidas

¿El rifle que todos deseamos?

La resaca por los lamentables eventos ocurridos en Búfalo y en Texas, suma otra razón para la preocupación. La semana pasada, en Tulsa, Oklahoma, un hombre armado provocó la muerte de su doctor y de cinco personas más en un hospital. Es cierto, este no es un crimen de odio, sí una muestra más de los nefandos efectos de la laxitud provocada por la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, donde siguen muriendo personas inocentes víctimas de las armas que los republicanos, aliados con la Asociación Nacional del Rifle (ANR), se niegan a regular.

La tibia voz de Joe Biden no alcanza para lograr ya no una modificación a la Segunda Enmienda, al menos la regulación de las armas de asalto que han sido la pieza principal en estas masacres. Frente a estos hechos de sangre, se oye más fuerte y convincente la voz de Donald Trump que recomienda “armar a los buenos”. En Ohio, “se entregarán armas a los maestros y se les capacitará en su uso”. Lo que viene, sin duda, es un retorno a los tiempos del “Viejo Oeste”.

España es uno de los países más beneficiados con la venta de armas a Estados Unidos en razón de la laxitud en su ingreso y en la venta. Un artículo de Miguel González, publicado en “El País” (2 junio 2022), señala que “las ventas en los últimos diez años de rifles, carabinas, escopetas, cañones para armas de fuego, vainas y cartuchos a esa nación sumaron 138 millones de euros”. No obstante, estos beneficios económicos, se escuchan voces al interior que piden contemplar un embargo de armas de España a Estados Unidos. ¿Prosperará esta propuesta o, como en el vecino del norte, se privilegiará el ingreso y se hará a un lado lo ético?

En este mismo artículo se aportan datos que suman a los que la semana pasada en este mismo espacio presentamos. “Aunque EU no está en guerra, más de 17 mil personas han muerto por armas de fuego en lo que va del 2022; entre ellos, casi 650 menores, sin contar a los heridos. El número de tiroteos masivos (con cuatro o más heridos sin contar al autor) supera los 200 en sólo cinco meses”.

No es posible que sigan negando lo innegable. Es inconcebible que en consultas ciudadanas sigan siendo mayoría las que piensan que los derechos otorgados por la Segunda Enmienda son inamovibles. Los datos son abrumadores, contundentes. La cifra de muertos por armas de fuego ronda los 40 mil anuales, con una media de 110 diarios, y una tasa superior a 10 por cada 10 mil habitantes; “entre 5 y 20 veces por encima de la de los países europeos”, destaca Miguel González en este artículo.

Él mismo comenta algo que es irrefutable: “Si un país africano ofreciera estos datos es probable que la Unión Europea se hubiera planteado hace tiempo la posibilidad de someterlo a un embargo en la venta de armas. El código de conducta sobre exportaciones de material de defensa, aprobado por la UE en 1998, e incorporado ya a la legislación española, incluye entre los criterios a tener en cuenta a la hora de aprobar este tipo de operaciones el riesgo de que `agraven las tensiones o los conflictos existentes en el país destino final´, y también la posibilidad de que puedan acabar en manos de elementos terroristas”. Cualquier similitud con lo que está ocurriendo en el vecino del norte, desde luego, no es mera coincidencia.

Al momento, por cierto, no hemos escuchado una reacción de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), sobre lo que está ocurriendo en Estados Unidos, sin duda, porque es un organismo plegado a los parámetros y decisiones nacidas en Washington. En sus normativas, esta organización insta a evitar la venta de armas pequeñas y ligeras a aquellos países con riesgo de “una acumulación excesiva y desestabilizadora”,

Usted o yo, estimada y estimado lector, podríamos discrepar de la consideración cada vez mayor de que las matanzas como las de Búfalo, Texas o Tulsa, por mencionar únicamente a las tres últimas, como una evidente manifestación externa de una tensión racista latente y una forma de terrorismo. Al momento, se estima que en manos de ciudadanos estadounidenses hay 390 millones de armas de fuego, más de una por habitante. ¿No es este un inobjetable escenario de “acumulación excesiva” de armas letales? El ¡Ya basta! No sirve de nada. Lamentablemente, como ya señalé, la debilidad del actual mandatario, el escenario electoral y la tendencia mundial a impulsar una carrera armamentista, se constituyen en obstáculo infranqueable para poner un alto a la venta indiscriminada de armas.

Así las cosas, la polarización política, el fundamentalismo religioso y racial, son un caldo de cultivo preocupante en la nación que insiste en seguir jugando el papel de juez internacional.  El que decide quien sí y quién no. “Ver la paja en el ojo ajeno, y no la viga en el propio”. Pobre Estados Unidos, tan lejos de Dios y tan cerca del Infierno.

La Unión Europea se rearma

La guerra entre Rusia y Ucrania, derivada de la invasión de la primera, ya rebasa los tres meses con un saldo elevado de pérdidas de vidas humanas de las dos partes, de la destrucción de un muy alto porcentaje de las zonas urbanas de la nación invadida, y enormes pérdidas económicas producto de un conflicto que parece no tener fin ya que día con día, el invasor amplía sus apetencias por controlar mayor superficie imponiendo sus condiciones militares y políticas, ya que ahora plantea celebrar consultas entre la población de las zonas controladas para legitimar su presencia.

El riesgo de que esta guerra escale es cada día mayor, sobre todo porque Occidente, liderado por Estados Unidos, a cuyo gobierno parece que no le incomoda una guerra larga en Europa Oriental, no obstante los riesgos que ello conlleva. Biden ha decidido reforzar a Ucrania al enviarle misiles de precisión de mayor alcance. Este nuevo armamento dificultará a Rusia consolidar sus posiciones y avanzar. ¿Hay una lectura de una posible victoria de la nación invadida? Zelensky ha manifestado en los últimos días que esta posibilidad no es inviable, no obstante el escenario de destrucción que impera en su país.

Alemania, nación cuya alianza energética con Rusia es inocultable, ha dado un giro de 180º en su postura frente al conflicto en Ucrania, donde había procurado tomar distancia para no lastimar una relación histórica entre la socialdemocracia, que hoy gobierna bajo la égida de Olaf Scholz, y Moscú. Muestra de esa postura fue la resistencia del gobierno teutón a la propuesta de Bruselas de imponer un boicot al gas y combustibles rusos. ¿Qué hizo cambiar esta postura? Uno de sus aliados importantes, el Partido Verde, cambio su postura histórica de neutralidad y contraria al armamentismo.

En razón de lo anterior, Alemania ha prometido a Ucrania entregarle un sistema antiaéreo que se supone capaz de proteger una sociedad entera de ataques rusos. ¿Ve Alemania también posibilidades de una victoria ucraniana? Creo que más bien lo que mueve a los gobiernos de Estados Unidos y Alemania a dar estos pasos es la intención de generar en Rusia una percepción de que no dejarán sola a la nación invadida y que, si persiste en su intención de ampliar su escenario de guerra, debe tomar en cuenta que la segunda nación ha dado un giro histórico al aprobar su mayor operación de rearme desde la II Guerra Mundial.

Este hecho debe ser considerado como un triunfo del flamante canciller Scholz porque deriva de un acuerdo con la oposición (especialmente con la Democracia Cristiana que recién dejó el poder) que permitió modificar la Constitución y desbloquear un fondo de 100 mil millones de euros que permitirá destinar a defensa el 2% del PIB.

En este mismo tenor ha dado un paso importante la Unión Europea que ha pactado un rearme conjunto ante la amenaza rusa, lo que da pie a que los Veintisiete integrantes de la misma puedan reforzar a corto plazo las capacidades industriales de defensa mediante compras de material compartidas y voluntarias.

Como señala Guillermo Abril (“El País”, 31 mayo 2022), “corren tiempos bélicos y comienza a resonar de fondo el martilleo metálico de las fábricas de armas en la Unión Europea. Luego de cerrar un veto parcial al petróleo y gas ruso, los Veintisiete han alcanzado un acuerdo para dar un impulso conjunto a su capacidad de defensa mermadas tras años de digestión de la Guerra Fría, y aún más debilitadas por el último reflujo de la caída del telón de acero: la invasión rusa a Ucrania”.

Se suma a este escenario de unión y fuerza, el resultado de un referéndum realizado en Dinamarca que, por abrumadora mayoría, ha dejado atrás la neutralidad histórica y ha decidido dar un paso al interior de la OTAN sumándose al desarme acordado por la UE. Llegará acompañada de Suecia y Finlandia que han solicitado lo mismo en una evidente reacción a las estrategias geopolíticas de Moscú que, desde luego, involucran a los tres países.

¿Cuál ha sido la reacción de Moscú a este periplo? Luego de todas estas acciones disuasorias que llegan de Occidente, sumadas a las sanciones económicas, al cierre parcial de las ventas de gas y petróleo, Putin alerta y advierte del riesgo que conllevan estos apoyos a Ucrania que pueden derivar, dijo enfático, “en una confrontación directa”.

Los tambores de guerra suenan con mayor fuerza. Cabe preguntarse si Washington y sus aliados le están apostando a esta estrategia armamentista para enfrentar una crisis económica como ya ocurrió con la primera y la segunda guerras mundiales. Si es así, la apuesta es muy arriesgada ya que el armamento atómico que hoy existe no era un factor en aquellos conflictos hasta que la Segunda Guerra llegó a su fin con el mortífero y devastador ataque nuclear de EU a Japón en agosto de 1945.

Política electoral colombiana con todo y ballenato y cumbia

El domingo 19 de junio se realizará la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. El resultado de la primera vuelta llegó con una sorpresa por la derrota del candidato oficialista Fico Gutiérrez quien contaba con el apoyo oficial del nefando gobierno de Iván Duque, heredero del uribismo que fue claramente derrotado.

Llegan a esta segunda vuelta Gustavo Petro, hombre de izquierda que recibió el apoyo del 40% de los electores. Su oponente será el llamado “Trump tropical”, Rodolfo Hernández, un populista que no hizo campaña formal si no en las redes sociales. Sus propuestas están plagadas de contradicciones. Su mensaje en contra de la corrupción y a favor de la austeridad ha permeado en la gente. Pico Gutiérrez ha pedido votar por él, en una clara estrategia para impedir la victoria de que quien es la mejor alternativa.

Desde luego preocupa a Petro que la sumatoria de los votos a favor de Hernández y los de Pico, sumen más del 50%. Le preocupa más, desde luego, la campaña negra orquestada por Duque que señala a Gustavo como “un peligro para la nación”. Quien conoce de esas campañas, desde México ha criticado esas campañas. El gobierno de Duque lo ha acusado de intromisión. La derecha tiene los mismos métodos aquí en Bogotá. En dos semanas se escuchará la voz del pueblo en las urnas como aquí ocurrió el 1º de julio del 2018.

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