Más de un millar de personas han muerto este miércoles en un terremoto de magnitud 6,1 en la escala Richter en Afganistán. Según el último balance de las autoridades afganas, al menos 1.000 personas han fallecido por efecto del seísmo, con epicentro en el sudeste del país centroasiático. El temblor de tierra se produjo a la 1.30 de la madrugada, hora local (dos horas menos en la España peninsular) a unos 44 kilómetros de la ciudad de Jost, y a una profundidad de 51 kilómetros, de acuerdo a la información recogida por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El Departamento de Información y Cultura de Paktika, la provincia donde se ha registrado el mayor número de víctimas, ha cifrado en al menos 1.500 las personas heridas por el seísmo. Zabiullah Mujahid, el portavoz del Emirato Islámico, en el poder desde el pasado 15 de agosto, ha manifestado que el gabinete de emergencia se ha reunido para discutir la asistencia a las personas afectadas por el terremoto.
Horas antes, el líder supremo de los talibanes, el mulá Hibatullah Akhundzada, había cifrado en cerca de 300 los muertos, en un mensaje en el que además trasladó sus condolencias a las víctimas del seísmo. El líder de los talibanes ha destacado que las autoridades “adoptarán todas las medidas necesarias para evacuar a los mártires y transportar y atender a los heridos”, así como para “dar una ayuda inmediata a las personas afectadas”.
“Pedimos igualmente a la comunidad internacional, las organizaciones caritativas y todas las organizaciones humanitarias que ayuden al pueblo de Afganistán a hacer frente a esta gran tragedia”, ha zanjado Akhundzada en su comunicado, publicado por el portavoz Muyahid. Salahuddin Ayubi, portavoz del Ministerio de Interior, ha manifestado que la cifra de víctimas podría crecer, ya que algunas de las aldeas están en áreas remotas en las montañas y llevará algún tiempo recolectar detalles.
Muchas organizaciones humanitarias ya trabajan sobre el terreno en coordinación con las autoridades talibanes para rescatar a los supervivientes de la catástrofe, según ha informado en un comunicado la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
La mayoría de las víctimas se han registrado en la provincia afgana de Paktika, donde al menos un centenar de personas han muerto y otras 250 han resultado heridas, según el responsable del Ministerio de Desastres Naturales, Mohammad Nassim Haqqani. Otras 25 personas han fallecido en la provincia de Jost, cerca de la frontera con Pakistán, y cinco más en Nangarhar, mientras siguen los trabajos de rescate.
Imágenes compartidas en redes sociales muestran numerosas casas destruidas y cuerpos sobre telas o alfombras. El Gobierno de los talibanes ha comenzado ya las labores de rescate con el envío de asistencia, helicópteros y suministros médicos. Sin embargo, las fuertes lluvias y el viento que azotan la zona no permitieron que varios de los helicópteros aterrizaran esta tarde.
Los medios de comunicación de Pakistán han informado de que un seísmo leve ha sacudido la capital, Islamabad, y otras partes del país. Al menos una persona ha muerto en este país al derrumbarse el techo de su casa, según informó Taimoor Ali, portavoz de la Autoridad de Gestión de Desastres de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa.
Kabul pide ayuda
“Pedimos a las agencias de ayuda que proporcionen asistencia inmediata a las víctimas del terremoto para evitar un desastre humano”, ha afirmado el portavoz del Gobierno afgano, Bilal Karimi, en un tuit. El desastre se produce al tiempo que Afganistán se enfrenta a una grave crisis económica, casi un año después de que los talibanes tomaron el poder, tras la retirada de las fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos. En respuesta a la llegada al Gobierno de los talibanes, muchas naciones impusieron sanciones en el sector bancario de Afganistán y recortaron miles de millones de dólares de ayuda para el desarrollo.
La ayuda humanitaria ha continuado, sin embargo, con organismos internacionales, como las Naciones Unidas, en funcionamiento. La oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA) dijo que Afganistán había pedido a las agencias humanitarias que ayudaran con labores de rescate y se enviaron equipos a la zona afectada por el terremoto.
Afganistán tiene una larga historia de seísmos, muchos en las zonas montañosas de la región del Hindu Kush, fronteriza con Pakistán. Si se confirma la cifra de muertos, el terremoto de esta madrugada sería uno de los más mortíferos en las dos últimas décadas. En marzo de 2002, un fuerte doble seísmo, precisamente en el Hindu Kush, causó la muerte de 1.100 personas.
En 2015, un seísmo de magnitud 7,7 en la misma zona causó más de un centenar de muertos en Afganistán y casi 300 fallecidos en Pakistán, país en el que hubo más de 2.000 heridos y más de 36.000 casas quedaron dañados o destruidas.