Al continuar con su serie de círculos de reflexión, el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) presentó este jueves la capacitación “Violencia de Género”, a cargo de la colaboradora del Departamento de Violencia de Género y Aborto Seguro de la Secretaría de Salud, María de los Ángeles Lara Pérez.
La psicóloga por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT) subtituló su capacitación “Violencia ejercida contra mí misma. El autocuidado de salud en la mujer”, en la que abordó distintos temas en la materia, sobre todo por la violencia generalizada que se vive en estos días, especialmente contra el género femenino.
Definió a la violencia de género como todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, incluyendo amenazas o coacción a la privación arbitraria de la libertad, tanto las que se producen en la vida pública o privada.
Ofreció detalles de las distintas etapas de la mujer. “Una niña para vivir necesita un hogar, familia, alimentación, educación, atención médica, amor, vestimenta, protección, higiene, respeto y juego. Podría enfermarse de varicela, gripa, temperatura, diarrea e infecciones estomacales, y tener descuidos como piojos, caries, lastimarse o quemarse”, describió.
Dijo que la adolescente requiere de hogar, familia, alimentación, educación, atención médica, amor, vestimenta, protección, higiene, respeto, orientación, diversión, espacio propio y consejos. Agregó que se puede enfermar de alergias, gripa, temperatura, infecciones, dolor, anorexia, bulimia, infecciones de transmisión sexual y adicciones, y corre el riesgo de tener un embarazo no deseado.
Lara Pérez señaló que en su etapa de mujer madura, necesita de un hogar, una familia, alimentación, educación, atención médica, amor, vestimenta, protección, higiene, respeto, ser escuchada, trabajo, diversión, espacio personal y orientación.
Mencionó que se puede enfermar de gastritis, colitis, anemia, diabetes, migraña, alergias, osteoporosis, cáncer de mama o cervico-uterino, hemorroides, varices, obesidad, estrés, hipertensión, depresión, infecciones de transmisión sexual, pérdidas de vista o cabello, colesterol, triglicéridos, tifoidea, ácido úrico o tener un embarazo no deseado.
La servidora pública por 33 años, mostró cómo se realiza violencia contra sí misma una mujer (por acción): dormir poco, tener insomnio, desvelarse o desmañanarse; no darse el tiempo para bañarse; comer mal o deshoras en pocas o demasiadas cantidades; sobrecargarse de responsabilidades en el hogar, o tener 2 o 3 jornadas de trabajo.
Explicó que también se hace por omisión, como dejar de ir al médico para checarse, dejar de ir a reuniones familiares o con los amigos, no hacer ejercicio o deporte, continuar con su arreglo personal, interrumpir las cosas que les gusta hacer, dejar de estudiar o trabajar, y no buscar cosas placenteras para su cuerpo.
Aconsejó el autocuidado y la protección en las mujeres, porque siempre deben ser el centro de las cosas, amarse es cuidarse, dejar de juzgar su cuerpo, decirse palabras cariñosas, tener noción de la existencia y la respiración, hacerse sus chequeos médicos, alejarse de las relaciones tóxicas, no renunciar a sus sueños, arreglarse y ponerse la ropa que le gusta, y hacer lo que le gusta hacer, como bailar, ir al cine o salir con amigos.
“Cómo lo haremos, haciendo un compromiso con nosotras mismas. Decir me acepto y me entrego a mí, prometo serme fiel en lo próspero y en lo adverso, en mi salud y en mi enfermedad, y amarme y respetarme todos los días de mi vida. Decir con toda la fuerza y todos los ánimos ¡Sí acepto!”, definió en el círculo de reflexión.
Quien se ha especializado y cursado con numerosas capacitaciones en desarrollo humano, recomendó a las mujeres cuidarse a sí mismas y no dejar de acudir a las instancias precisas cuando reciban malos tratos o estén sufriendo algún tipo de violencia. “Lo primero es querernos a nosotras mismas”, puntualizó.