Tras el aumento de casos de COVID-19 que se han reportado en México y el mundo, durante las últimas semanas, las autoridades sanitarias han hecho un llamado a los pobladores para continuar con las medidas de higiene como el uso de cubrebocas.
El subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, informó en semanas pasadas que el alza de contagios se debe a la propagación de las subvariantes BA.4 y BA.5 de ómicron, y dijo que “hay noticias que no son agradables, pero también hay alentadoras”, pues “se espera una enfermedad mayormente leve”, detalló.
Pero, ¿te has preguntado cómo actúan estas subvariantes en nuestro cuerpo y qué es lo que pasa cuando el virus lo recorre? De acuerdo con un reportaje de BBC News Brasil, esto le sucede a tu cuerpo cuando el virus entra en él.
Día 0: Infección
La historia da inicio cuando tenemos contacto con alguna persona que tiene COVID, sea o no asintomática. Si habla, tose o estornuda, puede liberar pequeñas gotas de saliva que transportan el virus.
La cantidad de virus varía de un individuo a otro. “Algunos tienen una carga baja, 10 mil copias virales por mililitro de saliva”, dijo el virólogo José Eduardo Levi, coordinador de investigación y desarrollo de los Laboratorios Dasa a BBC.
Estas pequeñas gotas infectadas pueden quedar sobre nuestra cara, o permanecer suspendidas en el ambiente durante minutos o incluso horas, en el segundo caso, podríamos inhalar las partículas que ahí se encuentran y contraer la infección.
A partir de ahí, comienza la ruta común de cualquier virus: invadir la célula dentro de nuestro cuerpo y utilizar toda la maquinaria biológica para reproducirse.
“En esta replicación produce de 100 a mil nuevos virus en una sola célula”, dijo Levi al portal.
Días 1, 2 y 3: Incubación
Luego de que el SARS-CoV-2 invade nuestro organismo, la siguiente etapa consiste en liberar miles de copias en célula invadida y avanzar en nuestro cuerpo, comienzan a trabajar en la superficie de la cara, y finalmente, llegan a los pulmones. Durante estos días, la presencia del virus no genera ningún síntoma.
“Y hemos notado en los últimos meses que el tiempo de incubación de las nuevas variantes ha disminuido”, señaló el virólogo Anderson F. Brito, investigador científico del brasileño Instituto Todos pela Saúde para el reportaje de la BBC.
La incubación de la variante alfa duró un promedio de cinco a seis días, según un informe de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido.
No obstante, con la aparición de las nuevas variantes y sus respectivos sublinajes, el periodo de incubación y la aparición de síntomas se ha reducido cada vez más.
Días 4 a 14: aparición y evolución de los síntomas
Después de que el virus avanza a través de las vías respiratorias superiores, logra llamar la atención de nuestro sistema inmunológico, que inicia un contraataque.
La primera línea de defensa involucra células como neutrófilos, monocitos y células NK (asesinas naturales en sus siglas en inglés), como se detalla en un artículo publicado en 2021 por dos investigadores del Hospital Universitario de Zhejiang en China.
Posteriormente, ayudan otras unidades inmunitarias, como los linfocitos T, que coordinan una respuesta más organizada a la invasión viral, y los linfocitos B, que liberan anticuerpos.
Y en este punto es cuando los síntomas se dan en algunas personas, precisamente por la reacción inmunológica como secreción nasal, la tos, la fiebre y dolor de garganta, que son el reflejo del cuerpo para intentar eliminar el virus del organismo.
Pero, ¿Cuánto tiempo persisten las molestias? Este período puede variar considerablemente.
“Depende mucho de cada individuo. Hay gente con pocos síntomas que, después de cuatro o cinco días, ya está recuperada. Con otros el mismo cuadro de síntomas demora más en pasar”, señala la infectóloga y viróloga Nancy Bellei , profesora de la Universidad Federal de São Paulo a BBC News.
“En general, la tendencia es que los peores síntomas, como dolor de garganta y fiebre, duren alrededor de tres días”, estima la especialista. “Después de este período, es normal que las manifestaciones más leves, como secreción nasal y tos, persistan entre siete y diez días”.
Durante este periodo es importante permanecer aislado, así como descansar y mantenerse bien hidratado para asegurar una buena recuperación.
“Si después de 72 horas del inicio de los síntomas tienes dificultad para respirar o la fiebre persiste, debes buscar atención médica”, sugirió Bellei.
Día 15 en adelante: resolución de la infección (o inicio de síntomas duraderos)
Luego de hasta dos semanas desde el contacto con el COVID-19, el sistema inmunológico “gana la batalla” e interrumpe su proceso de replicación y destrucción de las células. Esta victoria puede facilitarse gracias a las vacunas.
No obstante, en algunos casos, el virus consigue ganar mucho terreno, puede llegar a órganos vitales y genera un cuadro inflamatorio muy grave, el cual incrementa el riesgo de hospitalización y hasta la muerte.
Además, en algunos de los pacientes que se han recuperado bien, existe un riesgo de presentar el llamado COVID largo, que son síntomas que pueden durar por meses.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. estiman que hasta el 13.3 por ciento de las personas con COVID tienen síntomas de larga duración durante un mes o más.
Por otra parte, más del 30 por ciento de los pacientes con COVID que fueron hospitalizados siguen teniendo algún malestar, que van desde cansancio y dificultad para respirar hasta ansiedad y dolor en las articulaciones, aún después de seis meses.
Cabe señalar que las fechas presentadas son solo estimaciones promedio, basadas en información publicada en estudios científicos y revisadas por agencias de salud nacionales e internacionales; sin embargo, este periodo puede variar en algunos casos.