Columna

Por: Trixia Valle

“La híper protección de la niñez y juventud”

Es increíble ver cómo el mundo, en las cosas más simples se puede tornar violento, agresivo, volátil, impulsivo y grosero y más cuando se trata de los hijos cuervitos y los padres se convierten en Zopilotes.

A ¿qué me refiero? Bueno, para nadie es sorpresa que la generación actual ha perdido en mucho sus valores y actitudes de empatía hacia los demás. Sin embargo, los cuervitos nacen con padres y son esos padres quienes forman los cuervitos.

A esos padres les llamó Zopilotes por dos razones: la primera es porque los andan sobrevolando, sobreprotegiendo y sobreconsintiendo y serían capaces de matar a alguien que les dijera cualquier cosa a sus hijos o los corrigiera, pues ellos les dicen lo increíblemente maravillosos que son, se enojan si no les dan todas las medallas de la escuela (las merezcan o no) y les inflan el ego a niveles alarmantes hasta volverlos cuervitos.

Así me sucedió en el aeropuerto de Cancún, cuando una “tribu” familiar con aspecto americano, venían dispersos en las escaleras eléctricas y los niños sin supervisión. Yo me subí con las maletas carry-on con mi hijo de 7 años y al llegar al final, estos “cuervitos” de 10 y 12 años se quedaron ahí parados en el borde de la escalera, sin darse cuenta de que estaban obstruyendo el paso, por lo que mi hijo cayó en el pasillo con su maleta al frenar y todos estuvimos a punto de caer por las escaleras. Pudieron haber causado un grave accidente por su imprudencia. Yo les dije: “niños no se pueden quedar ahí, tienen que caminar.”

El padre estuvo de acuerdo y los regañó. Ayudó a mi hijo pequeño a levantarse y seguimos caminando. Sobra decir que los cuervitos no fueron capaces de disculparse…

Bueno ya ni modo… pero unos metros adelante me alcanza mamá zopilota para decirme, lo que yo pensé sería una disculpa por hacer caer a mi hijo y no, para mi sorpresa empieza a gritar: “you are so rude, they are only kids”. (Eres muy grosera, solo son niños) Y lo repite varias veces, mientras que yo la ignoré pues no iba a discutir con mi hijo, ahí en medio y después del gran susto.

Me fui y punto. Alex y yo seguimos avanzando. Y en el camino pensé… a ver son preadolescentes de 10 y 12 años, no son niños, y si a estas alturas no tienen conciencia de su prójimo y cómo pueden afectarlo, no nos extrañe que por ignorancia tantos “cuervitos centennial” hagan bullying a quien se le ponga en frente, como  sucedió en Querétaro con los jóvenes que quemaron vivo a su compañero y dijeron: “es que no sabíamos”… ajá! ¿Quién a los 14 años no sabe que el alcohol se prende e incendia algo? ¡Por favor! Son solo pretextos para evitar hacerse responsables… pero ¿quién los educó así? Unos papás Zopilotes, pues los Cuervitos no se hacen solos.

Por ello es necesario sumarnos al +1 y cada uno de nosotros “ser la diferencia”: ser lo que queremos que el mundo sea para nosotros y que los cuervitos hijos y los padres Zopilotes dejen de estar de moda ¡ya!

Esto comienza teniendo conocimiento de nosotros mismos y de nuestros hijos, buscando siempre la bondad, que es la madre de los valores. Si eres solamente respetuoso, puedes volverte frío e indiferente; más respetuoso + bondadoso = gentil, amable, atento, empatico y tantas cosas más. Otro ejemplo es al ser brutalmente honestos nos puede llevar a decir verdades crueles que hieran; más si eres honesto + bondadoso = te conviertes en prudente que sabe que algunas cosas como “estás muy gorda” deben evitarse porque hieren a los demás.

¿Seguimos así o le paramos?

En mi “Método de 8 valores para la crianza efectiva”, Editorial Urano, encontrarás una completa guía para conocer la fórmula de la personalidad de tus hijos y qué valor de acuerdo a la edad es básico para formar, sale a la venta en septiembre y estaré dando presentaciones en todo México y Centroamérica, agenda la tuya.

Estaré en la FIL Guadalajara el 30 de noviembre y será un gusto verte ahí.

¡Seamos en +1 que cambie el mundo!

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