Por: Emilio de Ygartua M.
*Una gira exitosa a Washington
*Nuevas rutas para enfrentar una nueva crisis
La polarización que vive el país promueve escenarios en los cuales resulta imposible generar opiniones ya no imparciales, al menos equilibradas. Lo anterior deriva de la lectura que hice el miércoles de la semana pasada de la columna de Raymundo Riva Palacio, publicada en “El Financiero”, en la que califica como un desastre la visita de Andrés Manuel López Obrador a Washington. Para él no hubo nada positivo. Biden se burló del tabasqueño y lo que éste propuso no tuvo ningún peso en una gira que para el columnista no se debió llevar a cabo.¿Para qué fue a Washington? Es la pregunta que hace que, sinceramente, me parece improcedente.
Desde luego, Riva Palacio, abierto opositor, cotidiano opositor de la 4T, tiene todo el derecho para pensar y escribir lo que mejor considere, pero resulta preocupante que, como él, otros columnistas, también abiertamente opuestos, o los que en las redes sociales critican los sentados del presidente, destaquen temas que nos desvían de la importancia de un encuentro entre dos mandatarios, vecinos, con problemas similares, y que dependen, no se puede negar, uno del otro en estos tiempos de crisis que está a punto de generar una recesión.
Algunos de nuestros lectores habrán leído las historietas de Rius, el extraordinario caricaturista que con gran sentido académico nos ilustró en las tres últimas décadas del siglo pasado. “Los supermachos”, y luego, “Los agachados”, eran lecturas obligadas para entender un escenario nacional caracterizado por la hegemonía de un solo partido cuya ideología permeaba desde la escuela, pasaba por la casa y hasta por los templos de diferentes denominaciones religiosas. Eran los tiempos de un mundo unidimensional que nos obligaba, o intentaba obligarnos, a pensar a todos igual.
Pero el mundo cambió, el PRI perdió en el dos mil y aunque regresó al poder doce años después, fue nuevamente derrotado por un movimiento político que obtuvo una mayoría indiscutible de votos; ganó no sólo por el hartazgo, sobre todo, porque presentó a la ciudadanía un proyecto de nación diferente; propuso una transformación, un cambio de régimen.
A cuatro años de distancia de ese triunfo en las urnas, el ganador de la contienda sigue concitando el apoyo de la mayoría de la población, si bien es cierto que existen faltantes en materia de seguridad, y que en lo económico no se ha podido madurar una alianza sólida entre el sector público y el privado que se queja, no sin razón,se queja de que las reglas son variables y que no hay certeza plena en el camino, pese a estos dos y otros temas en los que se ha quedado a deber, hay avances que la narrativa opositora se niega a aceptar.
Nuevas rutas para enfrentar una nueva crisis mundial
Lo innegable es que estamos viviendo una coyuntura compleja. La crisis económica derivada de la pandemia ha escalado a causa de la invasión rusa a Ucrania. La inflación ha llegado a niveles no vistos en décadas. En México el índice se acerca al 8% y en Estados Unidos llegó a 9.1%, la más alta desde 1981. Los bancos centrales están incrementando las tasas de interés, una estrategia monetarista que quizá no pueda contener el avance de los precios, pero que sí nos ponen cerca de una fase recesiva que terminaría por oscurecer el panorama global.
Europa está viviendo un escenario en extremo complejo, no solo por la cercanía de una guerra que no tiene para cuando acabar, también, porque de ella ha derivado una crisis económica con graves efectos políticos en algunos países. Putin no quita el dedo del renglón e insiste en que tarde o temprano concluirá la ocupación de Ucrania que se defiende como gato boca arriba merced a los apoyos recibidos de Occidente luego de que la OTAN, que pronto tendrá a Suecia y a Finlandia como nuevos socios, acordó fortalecer sus propios pertrechos militares y seguir ayudando a Ucrania. Vivimos una nueva guerra fría que, en un descuido, puede llevarnos a una tercera guerra mundial.
El viejo continente vive los efectos de una crisis energética derivada de su parsimonia antes las evidencias de que “poner todos los huevos en una sola canasta” (el gas y el petróleo ruso) era un auténtico suicidio. Rusia, que ha sabido sacar provecho de la coyuntura, se pitorrea de las sanciones impuestos por Occidente,ahora amenaza con cerrarles la llave del gasoducto lo que ha provocado, además del pánico general, que el Euro se deprecie a niveles nunca vistos. Por primera vez desde 2002, el dólar es más caro que la moneda comunitaria. Los efectos en el costo de las importaciones no se harán esperar.
Desde que nació la moneda comunitaria en 1999 se ubicó por encima del dólar. En este complejo entorno mundial, la visita del presidente López Obrador a Estados Unidos debe verse no como un signo de reparación de la ausencia de México a la Cumbre de las Américas, o como un espacio para los reproches mutuos derivados de una relación siempre compleja. Hay una relación productiva, de respeto mutuo. En noviembre próximo están en México el presidente de los EU el primer ministro de Canadá para evaluar los avances del T-MEC que, es un sentir general, está lejos de arrojar los resultados que se esperaban. Los tres países tienen que poner manos a la obra. China, aunque no lo acepte Biden, está ganando terreno en el suministro de mercancías. López Obrador insistió en ello e instó a su homólogo a producir más para no depender de otros mercados.
Sí, la reunión AMLO-Biden deja muchas dudas. ¿Se concretarán las propuestas hechas por el mandatario mexicano? Esta es una interrogante que solo el tiempo contestará. Lo importante es que se dio la reunión. Se hicieron propuestas en temas urgentes como migración e inversión en infraestructura. No me late mucho el que le subsidiamos las gasolinas a los gringos, tampoco que les facilitemos los gasoductos que deberían centrarse en atender nuestras necesidades internas.Importante que se haga realidad la oferta de 44 mil millones de dólares para invertir desde este momento y hasta el fin del sexenio. Que no sea una más de las llamadas a misa que no se concretan.
Lo que me parece muy importante es el exhorto del tabasqueño a que el presidente Biden siga impulsando una reforma migratoria atorada desde hace décadas. Una reforma de fondo. Ayuda su promesa de ampliar el número de visas para trabajadores que viene del sur, pero ayudaría mucho más que dar cauce real a los acuerdos orientados a apoyar económicamente al sur mexicano y a Centroamérica, conscientes de que la mejor forma de atemperar los flujos migratorios es creando oportunidades de desarrollo en esa región.
La reunión con Kamala Harris, la vicepresidenta de los EU fue fructífera porque se reiteraron temas por ellos tratados en diferentes momentos. López Obrador no perdió la oportunidad de destacar la buena relación con la exsenadora. Es obvio que se siente cómodo con ella, lo que parece recíproco. La ponderó y destacó sus virtudes que, muchos reconocemos pero que han estado ocultas en los últimos tiempos.
¿Una corcholata del lado gringo? Con la vista puesta en el 2024, sabiendo que las encuestas no son favorables para que Biden se presente para un segundo período, López Obrador puso sobre la mesa las virtudes de la segunda de abordo. El 64% de los demócratas encuestados piensan que Biden no deben postularse para un segundo período.
Ojalá la vicepresidenta se ponga las pilas y demuestre que tiene los arrestos necesarios para contender contra los republicanos dentro de dos años y medio. ¿Contra Donald Trump?No perdamos de vista que el Congreso está yendo a fondo en la investigación sobre la participación del expresidente en la asonada del 6 de enero de 2021, a dos semanas del cambio de gobierno. Lo que hasta ahora se sabe, es que el neoyorquino hizo todo lo ilegalmente necesario para revertir un resultado que no le era favorable, resultado que sigue sin aceptar.
Todo parece indicar que los demócratas y algunos republicanos no quieren ver a Trump en las boletas y buscan darle un revés al trumpismo con todo lo que ello conlleva: xenofobia, racismo, anti aborto y terrorismo apuntalado en un derecho a la portación de armas que no están dispuestos a revertir. Biden, hoy más centrado en lo externo que en lo interno, deberá realizar un análisis a fondo para encontrar las estrategias que impidan la debacle electoral que se presciente para el próximo noviembre y, sobre todo, establecer una estrategia que permita al abanderado demócrata ganar las elecciones en noviembre del 24. Él, con todo respeto, no garantiza ese triunfo.
Luis Echeverría: luces y sombras
En enero pasado, Luis Echeverría Álvarezcumplió un siglo de vida. El expresidente más longevo de la historia. Ningún exmandatario mexicano había llegado a esa edad. Desde luego, este dato no será nunca el más relevante en la biografía de quien fuera jefe del Ejecutivo Federal de 1970 a 1976. Nacido en el Distrito Federal en 1922, egresado de la carrera de Derecho de la UNAM (Escuela Nacional de Jurisprudencia, 1946), LEA, como se le conoció como candidato del PRI a la presidencia de la República, fue un político con luces y sombras. Hoy, debido a su fallecimiento, hemos escuchado y leído comentarios divergentes sobre él.
Estos claroscuros deben ser el cristal a través del cual debemos recuperar su biografía, que no puede limitarse a su parte oscura: el Movimiento del 68 o el jueves de Corpus, caracterizados por la represión que ahogó las expresiones de jóvenes opuestos a un régimen autoritario, el de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), y el suyo propio, que inicio con una propuesta de apertura democrática que oxigenó el denso clima derivado del colapso del sistema político mexicano el 2 de octubre del 68, pero que muy pronto, el 10 de junio de 1971, fue clausurado con un nuevo acto represivo.
La biografía de Luis Echeverría ilustra a un burócrata de la política que se trazó una ruta hacia el poder pasando por encima de todas las reglas del juego establecidas en un momento en el que el PRI ponía el control político en las manos del mandatario en turno quien establecía las reglas y definía los tiempos en los que deberían ser pronunciadas las “palabras mayores”, como las definió, en su libro homónimo, el escritos Luis Spota.
Echeverría había escalado poco a poco los peldaños para llegar a la cúspide de la pirámide del poder. Como militante del tricolor (desde 1946) tuvo su mejor momento al ocupar el cargo de secretario particular de Rodolfo Sánchez Taboada, influyente dirigente nacional del CEN del PRI al que podemos considerar como su “padrino político”. Echeverría nunca ocupó un cargo de elección popular.
Transitó a la administración pública como Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación donde hizo carrera. En 1958 fue nombrado subsecretario de esa dependencia siendo el titular el poblano Gustavo Díaz Ordaz. En 1963, al ser nominado éste como candidato del PRI a la presidencia de la República, Echeverría se convirtió en el titular de esa dependencia, ratificado en el cargo en el gobierno de quien también fuera Senador por el estado de Puebla.
Como responsable de la política interior del país atendió puntualmente las indicaciones de su jefe de ejercer ferrero control de los grupos que desde principios del sexenio manifestaban su inconformidad por el modelo autoritario que impuso Díaz Ordaz. Movimientos organizados por los ferrocarrileros, maestros y médicos fueron reprimidos, llevando a la cárcel a sus principales dirigentes. Era evidente el agotamiento del llamado “Milagro Mexicano”, derivado del modelo de desarrollo estabilizador permitió el crecimiento del PIB y elevó el ingreso per cápita de los mexicanos. Ese agotamiento es una de las muchas causas que explican el estallido del movimiento estudiantil de 1968 y la fractura del sistema político mexicano.
Movimiento Estudiantil de 1968: Influencias internas y externas
El movimiento estudiantil tiene notorias influencias externas como la revuelta estudiantil en Francia; el movimiento hippie en Estados Unidos en contra de la Guerra de Vietnam, y hasta la “primavera de Praga” sofocada por los tanques soviéticos, todo ello en ese año: 1968. El mundo vivía una clara transición hacia una posmodernidad en medio de una Guerra Fría que mantenía dividido al planeta en dos grandes bloques. El mundo unidimensional ya no tenía cabida en la prospectiva de los jóvenes del planeta.
El enfrentamiento entre EU y la URSS no estuvo ausente en México, tampoco la influencia de movimientos políticos y sociales de gran envergadura, como la Revolución Cubana (1959), que permitió la instauración en la Isla de un régimen socialista acrecentando las tensiones entre el Este y el Oeste debido a la “Crisis de los Misiles”(octubre de 1962), la invasión a Playa Girón (1963), la expulsión de Cuba de la OEA y el bloqueo económico a la Isla que pervive hasta nuestros días.
Al interior de nuestro país, esos eventos exógenos, todos estos ingredientes, generaron un caldo de cultivo que alentó la rebelión a partir de junio de 1968, en un escenario de preparativos de los Juegos Olímpicos que deberían ser inaugurados el 12 de octubre de ese año. México había invertido mucho, apostado más a un evento que lo colocaría en la óptica mundial como un país moderno, capaz de organizar un evento de esa importancia.
Diez días antes de esta apertura, el 2 de octubre, cuando todo parecía indicar que el Comité Nacional de Huelga (CNH) haría una pausa, la Plaza de las Tres Cultural en Tlatelolco, se convirtió en un escenario dantesco a causa de una operación militar que enlutó al país, que lo evidenció como una nación totalmente opuesta a lo que se quería mostrar.
Octavio Paz, nuestro Nobel de Literatura, en su obra “El laberinto de la soledad”, describe ese evento como parte de un calendario cosmogónico heredado de nuestros pueblos originales, un sacrificio que evidenciaba nuestras recurrencias históricas. La verdad, no había, no hay justificación para una respuesta de ese tipo ante las demandas de un sector de la población que pedía cambios que, por cierto, fueron posibles gracias a esta lucha que no fue estéril. La reforma política de 1977 es, sin duda, consecuencia de este movimiento y los cambios, algunos lentos, a favor de la democracia también se deben a ese momento tan importante para el país.
Ese estallido social se dio en un contexto en el que tres aspirantes a la presidencia de la República luchaban día a día para ser merecedores del designio que vendría del Tlatoani en turno. Sin duda, Luis Echeverría tuvo más audacia, una falta total de ética, diría yo, lo que le permitió ganar la carrera a Alfonso Corona del Rosal (jefe del Departamento del Distrito Federal) y a Emilio Martínez Manatou (secretario de la Presidencia).El resto de sus días, Luis Echeverría vivió bajo la sombra de su papel en esa terrible tragedia nacional, remasterizada en menor dimensión, pero con la misma significancia, en junio de 1971.
No podemos dejar de señalar que su gobierno implementó una estrategia de auténtico “terrorismo de Estado”, una “guerra sucia” orientada a aniquilar a personas y movimientos disidentes a su gobierno. Por todo lo anterior, Echeverría se convirtió en el primer expresidente mexicano en recibir dos órdenes de aprehensión por presunto genocidio, cumplir prisión domiciliaria y, finalmente, en 2009, ser absuelto de toda responsabilidad, decisión judicial que a nadie satisfizo.
Esos oscuros son características de su“estilo personal de gobernar”descrito por don Daniel Cosío Villegas en su tetralogía: El sistema político mexicano, El estilo personal de gobernar, La sucesión presidencial, y La sucesión presidencial: desenlace y perspectivas (todas ellas publicadas por el editorial Joaquín Mortiz)
En los claros, que los hubo,por ello, no podemos negarle un reconocimiento por sus herencias institucionales, entre ellas, el desarrollo de puertos marítimos como Puerto Madero y Lázaro Cárdenas; creación del INFONAVIT, del Instituto Mexicano de Comercio Exterior. A su gobierno se debe el desarrollo de Cancún, proyecto en el que jugó un papel estelar el entonces gobernador del territorio de Quintana Roo, el tabasqueño David Gustavo Gutiérrez Ruiz. Su política exterior también tuvo aspectos relevantes en un momento en el que crecía el armamentismo y las tensiones entre los dos actores principales del mundo bipolar que caracterizó la Guerra Fría entre 1945 y 1990.
Atento aviso: Prospectiva tomará dos semanas de vacaciones. Si Dios lo permite regresaremos a este espacio el lunes 8 de agosto. Cuídense mucho y atiendan las indicaciones de las autoridades.