¿Qué puedes hacer con dinero? En Arabia Saudí puede ser cualquier cosa. Y si quieres una ciudad futurista de espejos en mitad del desierto, la puedes tener. Es, concretamente, el proyecto que está llevando bajo el nombre The Line, que tras muchos rumores y planificaciones, ya tiene un proyecto definitivo. Diseñada por NEOM, empresa propiedad del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, el objetivo es crear una ciudad completamente eficiente e inteligente en mitad del desierto. El proyecto, que se presentaba en 2021 con un presupuesto inicial de 500.000 millones de dólares, muestra ahora cómo se verá dentro de unos años, más o menos en 2030, The Line esté operativa. Eso si encuentran financiación para atraer fondos con los que crear esta ciudad del futuro. Como ya lo fue la idea de EPCOT hace unas décadas.
El proyecto
The Line es un edificio, pero también una ciudad. Estará dividida en módulos donde los habitantes podrán encontrar a menos de cinco minutos caminando todas sus necesidades básicas. No hará falta transporte, pues desde servicio médico a entretenimiento formarán parte de los módulos habitacionales. Su altura de 500 metros superará la del Empire State y su longitud será de 170 kilómetros. Correrán a través de tres tipos de región: costa, montaña y valle. De acuerdo a la información dada, instrumentos de inteligencia artificial transportarán a la gente que quiera salir de sus módulos y podrán recorrer la ciudad de un extremo a otro en tan sólo 20 minutos.
Funcionará con energía renovable
Uno de los principales retos de las grandes ciudades es el cambio climático. Sus efectos ya se están dejando notar en algunas zonas del mundo, ya sea por la subida del nivel del mar o los fenómenos meteorológicos, cada vez más extremos (olas de calor, diluvios…). Esta precisamente es una de las principales preocupaciones de NEOM. Diversificara los negocios basados en el petróleo de la región antes de 2030 y los sistemas de agua serán también 100 % eficientes. No contará con coches de combustión en su interior, ya que estará pensada para contar con transporte público eficiente similar al Hyperloop capaz de recorrer la ciudad en 20 minutos de extremo a extremo y estará diseñada para que sus habitantes tengan todo lo que necesitan a 5 minutos a su alrededor. Y también para que no vean los elementos menos estéticos. Las líneas de transporte, así como las vías para los coches autónomos estos sí están permitidos y estarán situadas bajo tierra.
Con capacidad para 9 millones de habitantes probablemente ricos, muy ricos, el diseño de la ciudad estará pensado de forma vertical. De esta manera, viviendas, oficinas, colegios, parques, lugares de ocio o todo lo que pueda necesitarse para el día a día estará en tramo de 500 metros desde el suelo hacia arriba. ¿Cómo gestionarán la falta de luz en las zonas más bajas? Esa es una gran pregunta que no tiene aún respuesta. Si bien es cierto que los habitantes de la región están altamente acostumbrados a estar en zonas a cubierto y con aire acondicionado para evitar el calor permanente, quizá este punto sea un problema para atraer a los nuevos habitantes de la ciudad del futuro. Una que promete una climatización perfecta dentro de sus instalaciones -aunque sean «exteriores»- con un sistema de refrigeración eficiente y renovable. Dotada de agricultura vertical, un estadio, puerto deportivo en el Mar Rojo y, por supuesto, aeropuerto de conexión, The Line será una ciudad completa.
Muros cubiertos de espejos
Es uno de sus aspectos más llamativos desde el exterior. Si las dimensiones interiores de la construcción Saudí no te parecían suficientemente locas, esto es aún más. Los 170 kilómetros que recorrerán la ciudad vertical estarán cubiertos de millones de espejos. Solo visibles desde el exterior, el objetivo, según el equipo de diseño, es mimetizarse con el entorno. Y, al menos en los render, lo consiguen. Sin embargo, y dejando a un lado la intensiva limpieza y mantenimiento que tendrá que tener esta estructura, quedan algunas preguntas en el aire. La idea de poner espejos en una zona en la que las que el sol está prácticamente asegurado y la temperatura superan los 45 grados en verano, no parece ser demasiado sensata. Al menos para los que están fuera de la estructura. Si bien es cierto que no hay mucho peligro de incendio en mitad de un desierto, sí que puede ser un problema para algunas especies animales. Las aves, que cruzan con algunos flujos migratorios la zona, pueden verse afectadas por el efecto óptico que The Line tenga sobre ellas.
En conclusión a pesar de que los primeros módulos podrían empezar a ser ocupados para esta fecha, la ciudad no estaría terminada hasta dentro de 50 años. Por lo tanto, y a pesar de que se anuncie como la ciudad que va a revolucionar el planeta, todavía queda mucho para verla hecha realidad