A priori, Creed III debía ser un proyecto que levantara las pasiones de los fans de la saga. Michael B. Jordan, tras debutar como Adonis Creed (hijo de Apollo) en el exitoso reboot de la franquicia de Rocky, va a ponerse por primera vez detrás de las cámaras para una nueva entrega, y MGM ha fijado su estreno (luego de un ligero retraso) para el 3 de marzo de 2023. Sin embargo, en Creed III no estará Sylvester Stallone. Por primera vez en la historia de la longeva franquicia. Stallone dijo haber “renunciado” a aparecer en Creed III ante el rumbo que tomaba la historia, pero que apoyaba totalmente el proyecto. Hoy sabemos que, por mucho que lo apoye, hay sentimientos más complejos en juego.
El pasado 16 de julio Stallone (que escribió el guion de la primera Rocky en el 76 y llegó a dirigir cuatro películas de la saga) publicó en Instagram un hostil mensaje dirigido al “productor parasitario y sin talento de Rocky y Creed”. Se refería a Irwin Winkler, que ha estado tras todas las películas de Rocky y Creed uniéndosele a partir de la primera Creed sus dos hijos, David y Charlie. “Si no fuera por Winkler habría habido al menos otros tres Rocky, y eso habría sido maravilloso. Francamente son los peores seres humanos que he conocido en la industria”, continuó Stallone, dando a entender que el reboot de Creed oficiado en 2015 había atentado contra su deseo de que Rocky siguiera siendo protagonista.
Al día siguiente Stallone, más calmado, dijo “Me gustaría que me devolvieran al menos lo que queda de mis derechos antes de que pasen a sus hijos, creo que sería un gesto justo”. Posteriormente las publicaciones fueron borradas, pero un reciente giro de los acontecimientos ha motivado que la ira de Stallone vuelva a estallar. Y es que esta semana supimos que MGM preparaba un nuevo spin-off de Rocky, por título Drago. Lo iba a escribir Robert Lawton sin que trascendiera quién lo protagonizaría, aunque partiendo de Creed II la situación se decantaba por Dolph Lundgren y Florian Monteanu. Lundgren, como Ivan Drago, se enfrentó a Stallone en Rocky IV.
Monteanu, su hijo Viktor, se enfrentó a Creed queriendo restaurar el honor familiar. La idea de que ahora ambos vayan a tener su propia película no parece alegrar a Stallone, que lo ha interpretado como una forma chapucera de seguir exprimiendo la franquicia y un nuevo desplante hacia él por parte de los Winkler. “Otro rompecorazones… acabo de enterarme de esto. ¡Una vez más, el patético productor de 94 años y sus egoístas e inútiles hijos están volviendo a exprimir hasta los huesos a otro maravilloso personaje! En serio, ¿cómo se ven las comadrejas en el espejo?”, escribe en Instagram adjuntando la noticia.
“Lo siento por los fans, me disculpo a los fans porque nunca quise que Rocky fuera explotado para esta vergüenza”, añade, pero se apresura a aclarar: “no siento otra cosa que respeto por mi amigo Dolph Lundgren”. Evidentemente ese “productor de 94 años” es Winkler, que aún no ha reaccionado a los repetidos ataques de Stallone. Todo apunta a que la salida de Sly de su queridísima franquicia ha sido de todo menos pacífica, viéndose de pronto con que no tenía capacidad alguna para frenar el progreso de Rocky ni su diversificación en varios spin-offs. Está por ver si la pataleta se queda aquí, o Stallone trata de iniciar algún tipo de boicot.