Las piezas, dos “contorsionistas” en piedras circulares, fueron ubicados por medio de un reporte anónimo, se encontraban en poder de particulares en la capital del estado
Villahermosa
Además de representarlos en esculturas tridimensionales, la civilización olmeca, en su fase tardía (900-400 a.C.), ejecutó relieves de “contorsionistas” en piedras circulares. Dos de estos monumentos que, en realidad, son retratos de gobernantes locales, al parecer proceden del municipio de Tenosique, fueron recuperados por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en un domicilio de Villahermosa, Tabasco.
El director del Centro INAH Tabasco, Carlos Arturo Giordano Sánchez Verín, comenta que la ubicación de este par de esculturas se debe a un reporte realizado por el investigador del Centro de Estudios Mayas, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tomás Pérez Suárez, quien fue informado de la existencia de las mismas en junio de 2019.
Los relieves, elaborados en roca caliza y con diámetro aproximado de 1.40 metros, guardan una iconografía similar: en la parte superior y rodeada por fauces celestes, destaca una diadema formada por cuatro mazorcas, y al centro, un espejo con la llamada “cruz olmeca” (glifo que marca los atavíos de la élite y se asocia con la figura del jaguar); en los costados se observan huellas de pisadas; al frente, los brazos cruzados y, en la parte media de la escena, el rostro del que sobresale la “boca gruñona”, que alude al rugir del jaguar.
A POMONÁ
Previo ingreso de las fichas correspondientes al Sistema Único de Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos del INAH, se planea el traslado de ambos monumentos (cada uno de 700 kilogramos) de Villahermosa al Museo de Sitio de la Zona Arqueológica de Pomoná, en Tenosique, el cual resguarda la mayor colección de este tipo de relieves.
Por su parte, el arqueólogo Tomás Pérez Suárez explica que estos monumentos proceden de la región del Medio Usumacinta, ubicada entre la desembocadura del río Chacamax al Usumacinta y la desembocadura del río San Pedro a ese mismo afluente.
Entre los relieves conocidos del horizonte olmeca tardío (todos procedentes de excavaciones informales), cuando La Venta surgió como centro rector del área nuclear de esta civilización, cinco de ellos representan figuras de “contorsionistas”, uno de los cuales procede de Balancán y está expuesto en el Museo Regional de Antropología, en Villahermosa; otro más, del Ejido Emiliano Zapata, y se halla en el Museo de Sitio de Pomoná; y tres, de Tenosique, considerando el registrado en el 2000 y estos dos últimos.
La recuperación de los relieves olmecas, por parte del INAH, es un ejemplo más del cumplimiento de sus tareas primordiales, entre las que se encuentra la protección legal del patrimonio cultural de México, además de que hace un reconocimiento a la ciudadanía que valora y vigila este legado que es de la nación, lo que permite preservarlo para el conocimiento y disfrute de las generaciones venideras.
CAMPAÑA
- La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INAH, tiene activo el registro voluntario de piezas, en el marco de las acciones de la campaña #MiPatrimonioNoSeVende.
- Tiene, entre otros objetivos, generar conciencia de que no se trata de objetos o artículos de lujo, sino de testimonio de la identidad y la memoria de los pueblos originarios de México.
Las piezas recuperadas son retratos de gobernantes locales, al parecer proceden del municipio de Tenosique