Emilio

Columna: Enfoque médico

Por: Elías Córdova Sastré

Hablando de encuestas, y otros datos

Hay que reconocer en primer lugar el cambio tan importante que se ha implementado en relación a la encuesta nacional de salud y nutrición (ENSANUT), debido a que antes de este gobierno se hacían cada 6 años (prácticamente al inicio y al final de cada administración) y actualmente se determinó hacerla cada año, esto sin duda nos arrojará datos valiosos y elementos que permitirán hacer cambios que impacten en la población en materia de salud y nutrición. Viendo los resultados, podemos comentar que algunos temas de las columnas ya emitidas tienen relación con los resultados de dicha encuesta que iremos puntualizando.

La ENSANUT nos permite ver ciertas áreas de oportunidad, como el hecho de que poco más de la mitad de la población acude a servicios de salud particulares (54%), incluso un buen porcentaje de los derechohabientes tanto de IMSS como de ISSSTE, buscan atención en medio privado; para quienes laboramos en el ámbito privado nos permite enfocarnos en ello para seguir brindando una atención de calidad, eficaz y eficiente, y para quienes laboran en dichas instituciones de salud al igual es una forma de ver las áreas de oportunidad hacia el interior de sus servicios y mejorar o corregir lo que estén haciendo mal; esto lo podemos relacionar con lo comentado en otras columnas cuando hablamos del Sistema de Salud y de la certificación de instituciones de salud; un hospital certificado brinda por el sólo hecho de contar con esa certificación mayor seguridad en la atención que uno que no lo esté.

Otro dato y que personalmente me impacta por lo que representa y refleja, es el llamado “nivel de inseguridad alimentaria”, un indicador que mide precisamente la falta de alimentos o el acceso en todo momento a comida suficiente para tener una vida activa y sana, algo asociado a estabilidad, suficiencia y variedad en alimentos; este indicador se mide en leve, moderado o severo, y en estos años se ha visto incrementado según las encuestas en las variantes moderada (subió 3 puntos porcentuales) y severa (subió 2.3 puntos porcentuales), estas métricas o puntos se miden en relación a la disminución de alimentos que habitualmente se consumen, el omitir algún tiempo de comida o haber dejado de comer en todo un día debido a la falta de ingresos o recursos para adquirir alimento; actualmente el índice de inseguridad alimentaria nacional es de 60.8% (subió 3.6 puntos porcentuales del período 2020-2021), esto es, que dos terceras partes de la población en México sufren algún grado de inseguridad alimentaria, lo cual paradójicamente es mayor en población rural que en urbana y digo paradójicamente por que al menos en nuestro estado se suelen dar de forma natural muchos frutos y algunas verduras sin tanto problema.

En esta ocasión y que fue tema igual de columna hace unas semanas, se midió por primera vez la “inseguridad del agua”, el cual es un indicador que mide el acceso, y beneficio de contar con agua confiable, asequible y segura, llamando fuerte la atención que en algunas regiones como el Estado de México, casi llega a una cuarta parte (23.9%) en relación al porcentaje de inseguridad del agua. Ya habíamos comentado en una columna el valor de este vital líquido y como hemos ido perdiendo su acceso y es por ello muy importante que sea un punto de medición en esta nuevas ediciones de ENSANUT. En la misma columna sobre al agua hablamos sobre el consumo de bebidas azucaradas, es impactante el dato en relación a que en la población de 1 a 4 años se reportó un consumo de bebidas azucaradas del 87% y 53% de botanas, y para la población de 5 a 11 años sube a 92 % en bebidas azucaradas, esto va muy de la mano con los índices de obesidad que tenemos y que ya comentamos su relación en dicha columna. Esta prevalencia de obesidad en adolescentes de 12 a 19 años ya es visible en casi la mitad de ellos (42.9%), algo que resulta compatible con la cantidad de adolescentes que consumen bebidas azucaradas (91.7%). En población de 20 años o más esta prevalencia de obesidad sube hasta un 72.4%. Casi el 70% de la población no sabe o no responde cuantas calorías debe consumir una persona con características similares a uno, considerando edad y sexo.

Algo que se ha estado comentando fuertemente en muchos foros, sobre todo foros médicos, o en medios impresos y redes sociales, es la importancia en el cumplimiento de los esquemas de vacunación, y es que en los últimos años estos porcentajes han ido disminuyendo fuertemente, como es el hecho de que sólo el 27.5% de los niñ@s de un año tuvieron esquema de vacunación completo; pero algo que resalta es que la ENSANUT no lo esconde e igual hace un análisis sobre los motivos que han llevado a este descenso, dejan ver que tienen la medición puntual del problema que no es local sino internacional ya que en 94 de 204 países y territorios estudiados ha disminuido y que en parte es por interrupción del servicio, desabasto de insumos y biológicos necesarios para su operación. Sin duda habrá que hacer estrategias que permitan reforzar estos índices ya que el riesgo de contar con bajos porcentajes de vacunación es una bomba de tiempo por lo que implica un brote de cualquiera de estas enfermedades.

Otro dato relevante y que enciende las alarmas en esta encuesta, es la violencia que se está generando en los hogares ya que la cifra revela que un 51.3%, poco más de la mitad de los niños y niñas menores de 5 años están siendo disciplinados con algún método de violencia física o psicológica. Seguramente veremos más adelante algún programa federal que tenga que ver con la prevención de esta violencia.

En esta encuesta se habla igual sobre el tema de otra columna titulada “los primeros mil días”, y se analizan algunos aspectos comentados en ella, como el embarazo en adolescentes, ya que la encuesta arroja el resultado del 19.5% de adolescentes de 12 a 19 años que han iniciado vida sexual activa y poco más de una tercera parte (36%) de las mismas reportó haber estado embarazada alguna vez. Se evalúa igual el porcentaje de lactancia materna exclusiva el cual mejoró al incrementar de 28.6% al 35.9%. El porcentaje de cesáreas sigue estando elevado, casi a la mitad de mujeres embarazadas (48.2) se les practica cesárea un indicador muy por arriba de los indices mundiales. Menos de una cuarta parte (21.4%)  de las mujeres de 20 años o más se realizaron Papanicolaou para la detección de cáncer cervicouterino y 15.6% se realizó una exploración clínica de senos; estas proporciones son menores a las ENSANUT 2012 y 2018; en este sentido debemos alarmarnos y enfocarnos en estos números debido al impacto que podría tener en un futuro mediato.

Hablamos igual en una columna sobre la depresión, algo que incluye tristeza, ansiedad, falta de energía y trastornos del sueño y que afecta negativamente la vida de quien la padece. El 16.1% de los adultos de más de 20 años presentó sintomatología depresiva de moderada a severa, mientras que en adolescente esta cifra es de casi el 14%.

Como en todo lo que representa números, una forma de verlos es con la realidad que se nos presenta y comentar sobre impacto y posibles soluciones, además del problema de pandemia que estamos atravesando, pero otra es verlos con dolo y saña y atacar el sistema sin punto de análisis, es como ver el vaso medio lleno o  medio vacío, cuestiones de enfoque. Mucho por hacer y debatir en este sentido, e igual mucho por contribuir desde nuestras trincheras en relación a las diferentes formas en que podemos sumar e impactar en estos otros datos.

En frase atribuida a Winston Churchill: “sólo creo en las estadísticas que yo mismo he manipulado”.

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