Diversas publicaciones aseguran que desde cerca de la medianoche del 23 y durante todo el 24 de agosto, Fiesta de San Bartolomé Apóstol también conocida como el Día de San Bartolo, el diablo ronda especialmente suelto por el mundo, causando daños y percances. ¿Qué hay de cierto en esto?
Publicaciones en redes sociales, difundidas también por medios de comunicación de distintos países de América, apuntan a que una tradición recomienda tener especial cuidado cada 24 de agosto, pues “el diablo anda suelto”.
Así, se recomienda no usar cerillos o fósforos, para evitar un incendio, o tener cuidado en la manipulación de cuchillos o armas de fuego, para evitar una tragedia.
Incluso algunos previenen sobre ingresar a ríos, lagos o al mar, pues el demonio podría ahogarlos.
Al respecto, el P. José de Jesús Aguilar, subdirector de Radio y Televisión de la Arquidiócesis Primada de México, precisó que se trata de “una superstición”, pues “esto es totalmente falso”.
“El demonio no está suelto únicamente ese día, sino que el demonio está suelto todos los días del año”, precisó.
Para explicar esto, el sacerdote mexicano animó a leer la Primera Carta de San Pedro, que en su capítulo 5, versículo 8, dice: “Sean sobrios y estén vigilantes porque su enemigo, el diablo, ronda como león rugiente buscando a quién devorar. Résistanle firmes en la fe”.
El P. Aguilar indicó que este pasaje bíblico “nos dice que hay que estar atentos todo el tiempo, porque el demonio siempre va a hacer todo lo posible, a través de tentaciones y otras estrategias, para que nos alejemos de Dios, para que no cumplamos los Mandamientos y nos perdamos para siempre”.
El sacerdote recordó que el 24 de agosto la Iglesia Católica “festeja a San Bartolomé Apóstol”, quien fue “un hombre que fue elegido por Cristo, que fue testigo de sus obras, de sus dichos, que fue enviado a predicar y que predicó valientemente hasta el martirio”.
“Por no renegar de su fe, y por defenderla ante los herejes, ante los no cristianos, este hombre fue martirizado en una forma brutal: Lo desollaron vivo, es decir, le fueron levantando toda la piel mientras él estaba vivo, pero dando testimonio de su fe en Nuestro Señor Jesucristo”, señaló.
San Bartolomé y el diablo
Al explicar la relación entre San Bartolomé Apóstol y el diablo, el P. José de Jesús Aguilar recordó que en algunas pinturas representan al santo “con un diablito al que tiene encadenado”.
El sacerdote mexicano recordó que una antigua tradición recuerda cómo San Bartolomé expulsó al demonio de toda una región en Armenia e incluso exorcizó a la hija de un rey, que estaba poseída por un espíritu inmundo.
Finalmente, el santo apóstol sería martirizado un 24 de agosto, día en el que la Iglesia Católica celebra su fiesta.
Para algunos, explicó el P. Aguilar, esto significaba que “el demonio estaba haciendo de las suyas para que Bartolomé muriera. Y, por lo tanto, el 24 de agosto el demonio estaba suelto”
Una leyenda peruana
El P. Aguilar se refirió también a una leyenda que se ha extendido desde el norte del Perú a lugares tan distantes como el propio México.
La leyenda, difundida por medios de comunicación en México, presenta a San Bartolomé como “dueño” de una región en el valle de Chicama, en la costa norte del Perú. El diablo, envidioso lo desafió a una carrera cerca del monte Gasñape.
Con la ayuda de Dios, San Bartolomé pudo saltar sobre el río Chicama y le ganó la competencia al diablo, que cayó y se ahogó.
El sacerdote mexicano señaló que estos lugares quedan “en Perú” y no “en Armenia ni en otros lugares”.
“Es una tradición piadosa, una leyendita bonita, pero nada que tenga que ver con lo que nos menciona el Evangelio sobre este personaje que no hacía apuestas o competencias, sino que su interés era predicar el Evangelio”, destacó.
La verdadera lucha de San Bartolomé con el diablo, subrayó el P. Aguilar, “no consistía en hacer brincos o saltos, sino sobre todo en llevar el Evangelio a todo lugar, para que la gente no se dejara llevar por el demonio y se salvará siguiendo a Nuestro Señor Jesucristo”.
Habla un exorcista
El P. Francisco Torres Ruiz, sacerdote de la diócesis de Plasencia (España) y encargado del ministerio del exorcismo, coincidió en que la creencia que el diablo «anda suelto» el 24 de agosto no es más que «superstición y superchería».
«No hay ningún fundamento para determinar que ciertas noches del año el diablo tenga una acción más fuerte», señaló, indicando que ese tipo de creencias están más relacionadas con «el folklore, la cultura popular», pero «no deja de tener una base puramente supersticiosa».
El sacerdote español advirtió que «el peligro de la superstición está en que puede llevarnos a una obsesión mental de que esto ocurre porque se ha hecho aquello, o porque no se hizo bien lo otro, y entonces hay personas que caen en esa obsesión y les perjudica más psicológicamente que otra cosa».
«Ni la noche del 24 de agosto, ni la del 24 de junio, ninguna, el diablo anda más suelto que otra», reiteró.
«El diablo desde que se reveló contra Dios hace una guerra contra Él y, hasta el final de los tiempos, trae guerra tentando y confundiendo a todos los hijos de Adán, independientemente del día del año que sea».
El exorcista español indicó también que este tipo de supersticiones hacen «más mal que bien a gente con fe débil y con una fe poco recta en la creencia en el único Dios verdadero».