Por:Dr. Elías Córdova Sastré
Aprendizaje en línea, aprendizaje permanente
Nunca antes hemos estado tan cerca del concepto de aprendizaje permanente y a lo largo de la vida como en este época en la que nos ha tocado vivir el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC). La globalización ha permitido no solo la apertura de capitales y flujo de dinero, sino la democratización de la educación al colocarla a tan solo un click, asistimos pues, a la democratización (tener acceso a información variada sin necesidad de acudir a bibliotecas, libros o revistas impresas) y ubicuidad (tener acceso a través de teléfonos inteligentes) del conocimiento, lo que permite que estemos donde estemos consigamos la información que necesitamos, y si bien hay mucha información no relevante y noticias falsas en lo que conocemos como “infoxicación” y “fake news” respectivamente, esto es algo que quienes abogamos por las TIC sabemos de antemano, pero igual compartimos la idea de que se requieren formar competencias digitales precisamente para poder discernir y saber filtrar lo que vale de lo que no, conocer buscadores, aplicaciones y herramientas que nos permitan hacer esta labor, en primer lugar de saber buscar la información, en segundo de rehacerla o saber diseñarla, y en tercero de saber publicarla.
Hay actualmente un movimiento mundial dirigido por la organización de Naciones Unidas especializada en educación (UNESCO) quien dirige y coordina la llamada Agenda de Educación 2030 que precisamente es parte del movimiento que hemos mencionado en columnas anteriores sobre la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en especifico del ODS-4, cuya finalidad es este acceso al aprendizaje permanente.
Hoy sabemos que más del 80% de los conocimientos, valores y actitudes que desarrolla una persona a lo largo de su vida son aprendizajes informales (en la familia, comunidad o centro de trabajo, con pares, en la participación social, a través de medios de información de internet, etc), por que todos formamos parte de este aprendizaje y porque una ciudadanía educada es más que una ciudadanía escolarizada. Es por ello imperante que formemos y nos eduquemos en este campo digital y desarrollemos este tipo de competencias.
En el mundo poco más de dos terceras partes de la población tiene un teléfono inteligente, en México el 96.8% de los usuarios de internet lo hacen a través de dispositivos móviles, lo que representa un nicho de oportunidad en todos los sentidos.
Las TIC permiten nuevas formas de gestión del conocimiento y del aprendizaje, lo cual condujo a que en México en el 2004 un grupo de ocho universidades lanzaran un Espacio Común de Educación Superior (ECOES), grupo al cual se fueron sumando más universidades y actualmente se agrupan en un Consorcio Espacio Común de la Educación Superior a Distancia (ECOESAD). Este grupo o ECOESAD aprovecha y utiliza de manera intensiva las ventajas tecnológicas que aporta el desarrollo de las TIC basadas precisamente en la filosofía del aprendizaje permanente y a lo largo de la vida.
Actualmente ECOESAD oferta programas académicos desde el nivel bachillerato, licenciatura y posgrado y lo hace totalmente en línea o en modalidad a distancia. Este modelo permite una gestión interinstitucional flexible, y compartida para los procesos académicos y administrativos, y un aprendizaje autogestivo, participativo, colaborativo, anticipatorio, creativo, contextualizado y significativo, y la ventaja para los estudiantes es precisamente la ubicuidad (conectarse desde cualquier lugar en cualquier momento) y el costo (en la mayoría gratuitos o de muy bajo costo). ECOESAD ofrece bachillerato, diplomados, talleres, licenciaturas, posgrados, maestrías, y doctorados, en casi cerca de 20 instituciones públicas dentro de las que se encuentra la Universidad de Guadalajara, la del Estado de México, Veracruz, Guanajuato, Querétaro, Chiapas, Nuevo León, entre otras más.
Por otro lado, en el 2008, la Secretaría de Educación Pública (SEP) comienza los trabajos para crear una universidad abierta y a distancia y desarrolla su propia plataforma educativa; en el 2009 se lanza la primer convocatoria del entonces Programa de Educación Superior Abierta y a Distancia (ESAD) que deriva en que el 20 de enero de 2012 se creara oficialmente y por decreto presidencial la Universidad Abierta y a Distancia de México (UnADM), hoy una institución educativa de la SEP que abarca tres áreas de competencias: Ciencias de la salud, biológica y ambientales (con 8 licenciaturas); Ciencias sociales y administrativas (con 10 licenciaturas) y ciencias exactas, ingeniería y tecnología (con 6 licenciaturas), además de 19 programas técnico universitario y 3 posgrados o maestrías; con la ventaja de ser totalmente a distancia o 100% modalidad en línea, desde el trámite de ingreso, el examen para su ingreso, y el proceso de estudio, además de ser completamente gratuita y egresar con título y cédula expedida precisamente por la SEP, sin costo alguno.
Se inscriben alrededor de 70 mil aspirantes y son aceptados alrededor de 27 mil, se cuenta con más de 110 mil estudiantes activos (0.9% menor de 21 años, 28.98% 21 a 30 años, 39%, 31 a 40 años, 22.93%, 41 a 50 años, 7.09%, 51 a 60 años, 1.02%, 61 a 70 años y 0.07% más de 70 años) y un equipo de 3 mil docentes en línea en todo el país.
Tan solo en estas dos ofertas educativas que hemos comentado, existe una oportunidad única para este aprendizaje permanente que ofrece la educación en línea. Es por ello que se requiere el acceso a las TIC, la conectividad o acceso a internet y el formar competencias digitales ya que esto facilita que se llegue a todas las regiones. El reto es precisamente la formación de competencias digitales ya que para este aprendizaje permanente en línea se requiere de habilidades y destrezas que faciliten la inclusión a esta modalidad, la habilidad para saber buscar y filtrar información, la habilidad para usar herramientas de diseño, procesadores de texto, generación de documentos u ofimática, la habilidad para generar y subir contenidos a la red, la habilidad para interactuar con pares, entre muchas cosas más.
Es por ello que debemos fomentar y divulgar estos conceptos para darlos a conocer y que más jóvenes o adultos que busquen este aprendizaje permanente, se sumen a esta gran oportunidad de estudiar desde casa, lugar de trabajo, zona de esparcimiento, etc. Si se está en los medios sociales y no se está aprendiendo, o no se esta haciendo redes, se esta perdiendo una oportunidad única. Estos años de pandemia nos dejaron la lección de la falta de conocimiento, destrezas y habilidades digitales, de la falta de estas competencias digitales tanto de alumnos como de docentes; tenemos el reto por delante de favorecer esta inclusión digital.
Las universidades por otro lado, tienen el reto de ser más abiertas, de abrir estos campos digitales, de favorecer esta transformación al mundo globalizado y digitalizado, de elevar el nivel de competitividad digital interna, de automatizar sus procesos internos y externos, de nivelar las competencias educativas y administrativas de sus docentes, de fomentar la investigación e incrementar sus publicaciones. En este nuevo concepto educativo no hay tiempo para estudiar y tiempo para trabajar, sino una sola linea del tiempo de aprendizaje permanente. Se debe evaluar el impacto costo-efectivo de estas nuevas modalidades que sin duda deben ser benéficas para las instituciones ya que se puede abarcar más con menos al sistematizar estos procesos educativos en educación a distancia; la opción que da este modelo permite vincularse fácilmente con las empresas y debe ser otro entorno a explorar bajo esta modalidad.
Como punto final es importante que quienes nos vayamos involucrando en este uso y formación de competencias digitales, desarrollemos nuestro propio entorno personal de aprendizaje (PLE por sus siglas en inglés) y creemos toda una red que facilite a otros usuarios este aprendizaje permanente en cada una de las ramas o profesiones en las que somos expertos o hemos adquirido nuestras competencias.
En palabras de A. Einstein: “Aprende de ayer, vive para hoy, ten esperanza en el mañana. Lo importante es no dejar de cuestionar. La curiosidad tiene sus propios motivos para existir”.