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El Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) llevó a cabo este miércoles el círculo de reflexión sobre la “Cultura de la Violencia contra la Mujer”, mismo que tuvo como ponente a la especialista y facilitadora del organismo, Ana Ysabel Ramón de la Cruz.
Durante su charla al funcionariado público de las áreas y unidades de género, la conferencista señaló que de acuerdo con las Naciones Unidas, la violencia contra la población femenil es toda aquella que resulte o pueda tener como consecuencia daño físico, sexual y psicológico, e incluye amenazas, coacción o la privación arbitraria de la libertad.
Aseveró que la cultura de la violencia tiene sus orígenes en los estereotipos, en una educación patriarcal, en un sistema que invisibiliza a la mujer como ser humano y la denigra constantemente; es decir, la abusa en sus derechos y la excluye de la justicia.
Tras advertir que en México el 63% de las mujeres de 15 años o más ha sufrido algún tipo de violencia, Ramón de la Cruz atribuyó esta situación a los estereotipos o concepciones preconcebidas que hacen suponer cómo deben comportarse las mujeres y los hombres.
En la actividad de sensibilización transmitida a través de la plataforma digital Zoom y Facebook Live, la especialista lamentó que la violencia contra la mujer –especialmente la ejercida por su pareja– constituye un grave problema de salud pública y una violación de sus derechos humanos.
Informó que según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud, una de cada 3 mujeres en el mundo han sufrido en algún momento de su vida de violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros.
La ponente tabasqueña alertó que la mayor parte de las veces el agresor es la pareja. “En todo el mundo casi un tercio de las mujeres de 15 a 49 años que han estado en una relación informan haber sufrido de algún tipo de violencia física o sexual por parte de su pareja”, ventiló.
La experta condenó los efectos de la violencia en la población femenil, ya que puede ocasionar daños no sólo en la salud física de la persona, sino también en el plano mental, sexual y reproductivo.
Al afirmar que ninguna forma de violencia contra las mujeres y las niñas puede ser tolerada, Ana Ysabel Ramón recomendó que el camino a seguir para revertir esta situación de vulnerabilidad es seguir generando conciencia colectiva contra el patriarcado, el machismo, la misoginia y la indiferencia.
También, sugirió, inculcar a los niños y niñas, desde pequeños, la importancia de compartir las labores de la casa y cuidados, y promover una cultura de respeto y tolerancia, que inicie desde el hogar, siga en la vida pública y pase por lo digital, evitando compartir memes, chistes o mensajes que ridiculicen a las mujeres.
