Emilio

Columna: ENFOQUE MÉDICO

Por: Dr. Elías Córdova Sastré

TEMPORADA DE INFLUENZA O GRIPE ESTACIONAL

La gripe estacional es causada por los virus de la influenza, los cuales pueden permanecer y manifestarse todo el año, pero es durante los meses de invierno cuando la actividad de la influenza alcanza su punto máximo; el impacto en relación a infecciones, hospitalizaciones y muertes provocados por la influenza varía de una temporada a otra. La pandemia de COVID ha hecho que la temporada de influenza se vuelva menos predecible, posiblemente por las medidas sanitarias ejercidas (distanciamiento, uso de cubrebocas y uso de gel, entre otras); el contagio de esta enfermedad es similar a la del COVID por lo que las medidas implementadas durante esta pandemia, contribuyen a la presencia o no de los cuadros. El riesgo al igual que con la pandemia de COVID es mayor para personas vulnerables como embarazadas, personas con enfermedades cardiovasculares, con diabetes, obesidad, enfermedades pulmonares, etc.

A finales de los años cuarenta, la OMS reconoció la importancia de la influenza e inició un esfuerzo de coordinación mundial para estudiar, controlar, pero sobre todo para vigilar los cuadros, brotes y temporadas de influenza, lo cual condujo al Programa Global de Influenza (GIP) que derivó en 1952 en lo que hoy es el Sistema Mundial de Vigilancia y Respuesta a la Influenza (GISRS), un sistema que fomenta la seguridad y la confianza a nivel mundial a través de una colaboración que permite el intercambio de datos basados en el compromiso de los Estados miembros con un modelo de salud pública mundial. Su misión es precisamente proteger a las personas de la amenaza de la influenza, ya que un problema global requiere de una solución global. GISRS actualmente cuenta a nivel mundial con 148 Centros Nacionales de Influenza, a través de estos centros se analiza y documenta la situación que guarda la influenza de forma semanal, para ello se utilizan dos sistemas llamados FluNet y FluID, dos plataformas globales donde los países que tienen un centro de datos de influenza, suben y comparten datos epidemiológicos en relación a la influenza; el reporte de los datos se presenta en varios formatos incluyendo tablas, mapas y gráficos y se puede consultar por cualquier usuario al hacer click en estas plataformas mencionadas.

Luego de la pandemia de influenza del 2009, el GISRS adoptó el llamado Marco de Preparación para la Influenza (Marco PIP), el cual entró en vigor en 2011, aceptado por unanimidad por la 64ª Asamblea Mundial de la OMS. Este 2022 el GISRS cumple 70 años de funcionamiento, donde aún se guardan los recuerdos del impacto devastador de la Influenza de 1918 que provocó 50 millones de muertes. Aunque GISRS se creó para abordar la influenza, durante esta pandemia igual ha realizado vigilancia de los brotes de COVID y ha hecho contribuciones significativas al respecto.

Hay cuatro tipos de virus de gripe estacional (influenza): A, B, C y D, de los cuales los virus A y B son los causantes de las epidemias estacionales. El virus de la Influenza A se clasifica en subtipos en función de las combinaciones de dos proteínas que contienen en su superficie: hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N); aunque hay 18 subtipos H y 11 subtipos N, y por ello se les refiere a ellos como virus de influenza AH1N1, AH3N3, AH1N2, AH3N1, se han detectado más de 130 combinaciones, pero hasta el momento en los humanos solo circulan los subtipos AH1N1 y AH3N2; cabe mencionar que todas las pandemias conocidas han sido causadas por virus gripales o de influenza tipo A. Por otro lado, los virus de influenza tipo B no se clasifican en subtipos, pero se les divide en dos linajes conocidos como B/Yamagata y B/Victoria; el virus de influenza B se detectó por primera vez en 1940 y hasta antes de 1980 todos los virus de la gripe o influenza B pertenecían a un único linaje (variantes o virus relacionados desde el punto  de vista genético derivados de un ancestro común), pero en 1980 emergen estos dos nuevos linajes llamados B/Yamagata y B/Victoria. Los virus de la gripe o influenza C se detectan con menos frecuencia y suelen causar infecciones leves y los virus de influenza D afectan principalmente al ganado y no parece causar enfermedad en el humano.

Se calcula que las epidemias causan 3 a 5 millones de casos graves y 290 mil a 650 mil muertes anualmente. En Estados Unidos (EEUU) los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) recopilan la información sobre influenza y crean el llamado “FluView” un informe de vigilancia semanal que permite un análisis más profundo de los datos de vigilancia de la influenza. Durante la temporada de influenza o gripe estacional no solo circula o existe el virus de influenza sino otros más como los rinovirus (resfriado común), virus sincitial respiratorio (VSR), virus para influenza humana (HPIV), metapneumovirus humano (HMPV), adenovirus respiratorios y los coronavirus humanos, estos virus se monitorean en el llamado Sistema Nacional de Vigilancia de Virus Respiratorios y Entéricos (NREVSS).

El virus de Influenza se aisló por primera vez en 1933 y las primeras vacunas se autorizaron en 1945 en los Estados Unidos. Cada año en este temporada sale al mercado la vacuna contra la influenza, y cada año la vacuna es adicionada con las nuevas cepas que circulan e infectan a los humanos, es precisamente el GISRS quien emite recomendaciones sobre la composición de la vacuna contra la influenza, estas recomendaciones son usadas por las compañías farmacéuticas para desarrollar y producir las vacunas contra la influenza. La vacuna contra la influenza reduce el riesgo de infección, el riesgo de hospitalización y el riesgo de muerte por influenza. Estas vacunas hace que se desarrollen anticuerpos dos semanas después de habérsela aplicado y contienen las cepas que según los reportes y consensos tendrán más circulación en la temporada que inicia. Se sugiere aplicarse una vacuna tetravalente, esto quiere decir que la vacuna contenga cuatro cepas que generalmente incluyen un virus de influenza A (H1N1), un virus de influenza A (H3N2) y dos virus de influenza B.

Cada año se sugiere aplicar la vacuna de influenza por dos razones, una por que la protección inmunitaria de una persona disminuye con el tiempo, por lo cual es necesario vacunarse todos los años, y por otro lado, dado que los virus de influenza cambian todo el tiempo, la composición de la vacuna será diferente cada año, es decir, cada año la vacuna contiene nuevas cepas.

En EEUU se considera que el costo anual por pérdida de productividad (ausentismo laboral, hospitalizaciones, etc.) secundario a la influenza o gripe estacional ronda los 87 mil millones de dólares, de aquí la importancia de promover la vacunación contra la influenza en esta temporada que inicia, tanto para prevenir las formas graves de la influenza, como para disminuir el impacto en relación al ausentismo laboral.

En palabras de Durrenmatt Friedrich: “Uno está tan expuesto a la crítica como a la gripe”.

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