La boxeadora Alejandra ‘Tigre’ Jiménez Ayala ratificó este lunes 10 de octubre en instancias federales su demanda contra el Consejo Mundial del Boxeo (CMB) por discriminación, lesbofobia, misoginia y lo que resulte, tras asegurar que los argumentos utilizados para quitarle sus dos campeonatos mundiales han quedado descartados con pruebas científicas.
La boxeadora comentó que iniciará en los próximos días un movimiento nacional para garantizar la justicia y la equidad de las mujeres en el deporte, toda vez que de manera recurrente sufren de malos tratos y poca visibilización, en especial quienes tienen una orientación sexual distinta o cuentan con una expresión de género diverso, como es su caso.
La pugilista anunció su retiro por la violencia sistemática que ha sufrido desde 2016 con afectaciones físicas, económicas y emocionales por ignorancia o tabúes que todavía existen, en especial en contra de las mujeres que destacan en disciplinas deportivas y no cuentan con los cánones de apariencia femenina que marca el mercado.
“Han ensuciado mi carrera y mi trabajo, por eso me voy a dedicar a limpiar mi nombre y cambiar la estructura machista que tenemos”, apuntó.
Al respecto, recordó que ha sido excluida en promocionales, campañas mercadotécnicas y eventos diversos por no usar vestido y no tener el estándar de femineidad que en algún momento piden las empresas.
Asimismo, dijo, también ha sufrido el acoso por parte de algunas de sus contrincantes y medios deportivos que han cuestionado incluso si ella es hombre transgénero y de ahí sus múltiples éxitos.
‘La Tigre’ Jiménez es originaria de la Ciudad de México, debutó en 2014 en Cancún cuando noqueó en un solo round a la boxeadora Claudia Ramírez. Posteriormente en 2016 se impuso por decisión mayoritaria a Martha Salazar y obtuvo por primera vez para una mexicana el título de peso completo del CMB.
El caso por el que Alejandra Jiménez perdió sus campeonatos
En enero de 2020, en el Álamo Dome de San Antonio, Texas y luego de bajar más de 30 kilos, le disputó a la estadounidense Franchón Crews-Dezurn el título de peso supermediano del WBC y la derrotó por decisión dividida en un emotivo combate, para también apoderarse de dicho cetro que estaba vacante.
Sin embargo, ese mismo año tras adjudicarse el campeonato mundial de peso supermedio se le aplicaron pruebas de laboratorio en las que presuntamente salió positiva a una especie de esteroide, por lo que le fue retirado el título y suspendida por algunos meses que se convirtieron en dos años.
La atleta relató que en el lapso mencionado no hubo respuesta para recuperar su título y, además, en enero de este año se le aplicó un nuevo examen antidoping que resultó “positivo” a la ingesta de anfetaminas.
“Hubo muchas inconsistencias, todo mi esfuerzo y mi trabajo de bajar de peso (33 kilos) todo el trabajo de mi equipo, los sacrificios de todo lo estaban pateando, además de lo que yo me había ganado, se les hizo tan fácil decir: como eres andrógina, como eres masculina seguramente utilizas sustancias androgénicas ¿quién les da el derecho? Y aunque demostré lo contrario, adiós campeonato”, comentó.
Ante ello, la atleta de 35 años tomó la decisión de retirarse del boxeo, pues considera que no existen las condiciones para luchar abajo del ring contra toda una estructura misógina, machista, lesbófoba y discriminatoria en todos sentidos.
Lo importante, dijo, es hacer visible su caso y tal vez surjan más quejas similares y que esto pueda hacer conciencia.
Lamentó a la vez que se piense que para conseguir fortaleza física se requiere de la ayuda de algún fármaco o sustancia. “Siempre he sido andrógina pero me gusta verme fuerte, masculina, soy mujer, soy lesbiana y me encanta, entreno ocho horas diarias diferido en distintas disciplinas y el resultado a mí me encanta”.