Aideé García Galicia encontró en su momento más difícil una razón para salir adelante y ahora recibe a todos los visitantes del mercado José María Pino Suárez con su melodiosa voz
Por: Javier Hernández López
Villahermosa
Desde hace dos años con 8 meses, Aideé García Galicia, quien es originaria de Nacajuca, Tabasco, le da la bienvenida con su canto a las personas que llegan por sus compras al mercado, José María Pino Suárez.
Siempre trae una sonrisa dibujada en el rostro, aunque eso no implica que en ocasiones caiga en depresión, pues por causa de un accidente automovilístico sufrió fracturas múltiples en piernas, brazos, cadera y una fisura en el cráneo, pero gracias a su amiga Flor, quien le dijo que su casa está en el cielo y no en la tierra, es que ha podido salir adelante.
Sentada en una silla de rueda y custodiada por su herramienta de trabajo- un bafle-, Aideé García, “la vos que canta y encanta”, como la bautizaron cuando trabajaba en el ayuntamiento de Nacajuca, como primera voz del ballet, recuerda que gracias a Dios ha ido mejorando su situación y empieza a tener fuerza en las piernas y brazos.
“Trabaje en el ayuntamiento de Nacajuca como voz principal en la Casa de la Cultura, por tres años, aunque en la cantada llevo como 30 años, amenizaba en fiestas particulares”, aseguró en entrevista con Novedades de Tabasco.
¿Tu accidente fue de gravedad?
Sí, tardé internada dos meses con 15 días
Platícame tu encuentro con Flor
Tuve una anécdota muy bonita. Todas las noches me llegaban a darme medicamento para el dolor, antes de que cambiaran de turno y entraba la nueva guardia. Ese día tenía un dolor insoportable y para mitigar mi dolor por un momento, me puse a cantar, una canción de Lupita D’alesio.
¿Cuál era?
– Mentiras-, contesta entre risas
Estaba muy dolida por lo que me pasó, pero en ese momento llegó una enfermera y me hizo las preguntas cotidianas; ¿del uno al diez, que tan intenso es tu dolor? le contesté que ocho, y me dijo, ahorita te pongo el medicamento.
La piel se le enchina cuando recuerda a Flor -esto sucedió después de un mes de estar internada-, y recuerda lo que le dijo; Aidé, porqué sufres, porqué lloras, te recuerdo que tu casa y tu vida no es de este mundo, este es pasajero. Estuvimos hablando de Dios hasta que me empezó a dormir.
“Pero antes de irse me dijo: piensa lo que te dije y no te rindas, y se fue, yo me dormí, al día siguiente que me desperté le pregunté al jefe de enfermera, a Jorge; ¿y Flor? ¿Cuál Flor?, Florecita la que se quedó a noche.-Aideé, yo estuve solo anoche y me sorprendió que no me hayas pedido medicamento para el dolor- fue la respuesta que recibió. Aidé asegura que el medicamento se lo puso flor.
De baja de estatura, cabello rubio y tez blanca y quien portaba el uniforme de enfermera, es como Aidé describe a Flor, quien nunca existió para el encargado de la enfermería Jorge, quien esa noche estuvo solo en la guardia del Hospital Rovirosa.
Por más de un mes Aidé busco y nunca más volvió a saber de ella. Por eso cuando se siente deprimida la trae a sus recuerdos y espera algún día volver a verla.
“Como eran fracturas múltiples, los doctores tenían miedo que me diera un para cardíaco o me diera un derrame cerebral o estado vegetativo”
Aideé García
Aideé recuerda con mucho cariño a Flor, la enfermera que la ayudó a salir de su depresión