Emilio

Columna: Enfoque médico

Por: Dr. Elías Córdova Sastré

MERCADO NEGRO DE MEDICAMENTOS

Con cierto sentido de sorpresa, y en el fondo tristeza, he de reconocer que el mercado negro de medicamentos en México es un problema en crecimiento; sorpresa por que al formar parte del sistema de salud es realmente sorprendente saber que algo así existe, no alcanza uno a comprender como se puede lucrar con las necesidades de otros ya que cuando se le roba al sistema de salud lo que estaba destinado para un paciente, otro paciente padecerá la falta de este insumo o medicamento; y eso es lo que conlleva este sentimiento de tristeza, el saber que esto exista y perjudique a pacientes que están esperanzados en el buen funcionamiento del sistema de salud.

Según las cifras las ganancias de este mercado negro se traducen en casi 17 mil millones de pesos al año y representa casi el 10% del mercado de medicinas y fármacos en México (la cifra de este mercado ronda los 185 mil millones de pesos al año). México ocupa el sexto lugar en el mundo en cuanto a la venta de medicamentos ilegales, sólo detrás de China, Rusia, Estados Unidos, India y Brasil.

En México, más que la falsificación de medicamentos, se ha detectado el robo a farmacias, el robo a camiones con fármacos, el robo hormiga en establecimientos de salud y la sustracción consensuada en almacenes de medicamentos del sector salud. En los operativos realizados con este fin, los medicamentos que más se encuentran son analgésicos, antihistamínicos, antibióticos, medicamentos oncológicos, hemoderivados y vacunas. Muestras médicas, fármacos caducos, productos fraccionados, productos maltratados y adulterados del sector salud son parte de lo que suele comercializarse.

Aunado a estos robos masivos de medicamentos, existen otros tipos de comercialización ilegal donde el más conocido en el medio es “la del costal”, esto es, personas que compran directamente muestras médicas auténticas a representantes de laboratorios y médicos, ambos sin ética alguna. La mayor incidencia de robos se da en Jalisco, Michoacán, Puebla, Nuevo León y la Ciudad de México.

La demanda extraordinaria de algunos productos generada por la pandemia, sumado a la dinámica internacional en el suministro y abasto de medicamentos lo cual generó ciertos desabastos intermitentes, contribuyó en parte al crecimiento de este mercado en los últimos años.

Es por lo anterior que se ha añadido a la Ley General de Salud la sanción para la venta o comercialización de muestras médicas con penas que van de 1 a 9 años de prisión y multa equivalente a 20-50 mil días de salario mínimo general; por otro lado esto ha permitido contemplar igualmente reformas en las leyes con el objetivo de regular el desecho de medicamentos caducados y se pretende normar que no se tiren al drenaje o a la basura.

Este apartado de medicamentos caducos a diferencia de los adulterados, robados o falsos, amerita un apartado especial ya que al ser obtenidos por la incapacidad de establecer una cultura del manejo de desechos médicos, es un punto de atracción para grupos delincuenciales de bajo perfil, que no requieren de herramientas sofisticadas o grandes organizaciones.

Con base en ello algunas cámaras y organizaciones farmacéuticas como CANIFARMA, AMIIF y ANAFAM, tuvieron la iniciativa de crear el Sistema Nacional de Gestión de Residuos de Envases y Medicamentos A. C. (SINGREM), presentes en 25 Estados de la República Mexicana con alrededor de 4,600 contenedores para desecho de este material; y los Estados donde no existe presencia son Baja California Sur y Norte, Chihuahua, Chiapas, Sonora, Tabasco y Tamaulipas. Según el SINGREM en México sólo se procesa de forma correcta cerca del 30% de los medicamentos que se desechan, lo cual muestra la gran brecha que hay que cubrir. En países como España ningún laboratorio puede obtener un registro sanitario sin demostrar que tiene un plan de manejo de desechos, esto no sucede en México lo cual condiciona que no todos los laboratorios y cadenas de farmacias avalen el SINGREM.

El comercio ilegal de estos productos se da en tianguis, seudo farmacias, puestos callejeros, e incluso páginas electrónicas de dudosa procedencia, pero igual se da de forma directa cuando estas personas visitan directamente a los médicos para venta de vacunas o medicamentos a precios por debajo del mercado e incluso por debajo de los costos que las empresas estipulan como venta al público o al mayoreo.

La Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) emite frecuentemente alertas sanitarias que cualquier persona puede encontrar en sus paginas por internet, y continuamente avisan sobre la detección de productos falsificados; una alerta sanitaria es un comunicado de riesgo que se refiere a que un producto, competencia de la COFEPRIS, que es procesado, comercializado, distribuido, acondicionado o elaborado en México o en otros países, que por su uso o consumo representa un riesgo para la salud del consumidor mexicano, puede tener trascendencia social y frente a la cual hay que tomar medidas en salud pública de manera urgente y eficaz.

El riesgo al estar frente a un medicamento de esta naturaleza es mucho mayor ya que como sabemos, todos los medicamentos tienen de por si un riesgo implícito llamado efecto adverso, pero si a esto le suman que es de dudosa procedencia, que puede ser falsificado, que puede haberse perdido la cadena de suministro o red fría como en aquellos que requieren refrigeración como las vacunas u otros, o que fueron adulterados etc, el impacto en la salud que esto puede generar puede dar lugar a cuadros como los sucedidos en Durango en relación a los casos de meningitis o los de parálisis facial sucedidos en Guanajuato.

Puedes estar administrando un medicamento a un paciente y simplemente no tener el resultado esperado por que fue adquirido en el mercado negro y simplemente está adulterado y no funciona, lo cual hará que requieran otras medidas, encarece el servicio por más tiempo de estancia y sobre todo expone a mayores riesgos al paciente, y así se va generando una bola de nieve que crece y crece hasta ser un grave problema como los casos de Durango.

Tanto los médicos estamos expuestos como los pacientes están en riesgo cada vez que alguien, llámese administrativos de hospitales que compran a precios bajos, médicos que en consultorios adquieren vacunas o insumos de dudosa procedencia, o clínicas u hospitales que reciclan insumos.

Según el libro de Tobias en el “Antiguo Testamento”: Lo que no desees para ti, no lo hagas con los demás.

Dr. Elias Córdova Sastré          

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