El presidente Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se recogió este martes en el estadio del Santos ante el féretro abierto de Pelé, en el último adiós al «rey» del fútbol antes de su entierro. Acompañado de la primera dama, Janja, el mandatario llegó al estadio de Vila Belmiro y se dirigió al centro del césped donde desde el lunes están expuestos los restos del jugador, fallecido el 29 de diciembre, a los 82 años.
En presencia de la viuda de Pelé, Marcia Cibele Aoki, y los hijos del astro Edinho, Flavia y Kely, el recién investido mandatario asistió a una misa oficiada por un sacerdote que discurso sobre religión y fútbol.
«Pelé llamó a la puerta del cielo. Y Dios dijo: ‘¿Quién es usted?’. ‘El rey’. ‘Ok, aquí también será el rey pero yo soy el señor'», dijo el sacerdote, que también explicó que Pelé ahora podrá jugar un partido con otros astros fallecidos como Johan Cruyff y Alfredo Di Stefano.
El velorio de 24 horas empezó el lunes con el desfile de miles de personas, algunas de las cuales hicieron fila durante toda la noche. Katia Cruz, de 58 años y cuyo esposo se quedó en su casa en Santos porque estaba «inconsolable», hizo una fila de cuatro horas hasta acceder finalmente al féretro a la 01:30 de la mañana.