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En el inicio de una nueva semana de este mes, el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) presentó un círculo de reflexión en torno al cortometraje español “Entre la vida y la culpa”, que fue analizado y moderado por la nutrióloga clínica y colaboradora del instituto, Vanessa Fabiola Sotelo Turban.
El corto con una duración de 15 minutos, aborda la vida de una pareja que tiene problemas de comunicación, y en la que la mujer sufre violencia verbal y psicológica de parte de su esposo, quien le exige cumpla con sus deberes y le recrimina que no tengan hijos, que les traería mayor tranquilidad y se mejoraría su relación.
Sin embargo, y posiblemente como una escapatoria de su difícil realidad, se embaraza, pero el futuro bebé no es de su esposo. Desesperada, busca ayuda y habla con su mejor amiga, quien al no darle una respuesta que la tranquilice, la invita a que vaya a la Iglesia y hable con el sacerdote para que la aconseje.
“Escucha a tu corazón para decidir lo mejor”, le dice el Padre católico, y “Tere” –el nombre de la protagonista– decide irse de su casa y abandonar a su marido, “porque un hombre violento jamás lo dejará de ser”, y se va a refugiar a la casa de su madre, quien la acoge con el cariño que toda madre hace.
Al interactuar con las personas que participaron en el círculo de reflexión, transmitido este lunes por vía Zoom y la página de Facebook Live del instituto, Vanessa Fabiola Sotelo opinó que pese a que “Tere” se sentía culpable por embarazarse de otra persona que no era su marido, prefirió respetar la vida de su futuro bebé y abandonar a su pareja.
Consideró que el tema abordado en el cortometraje es un caso que enfrentan cientos de mujeres en el mundo, que viven en un techo en el que no hay felicidad y en el que predomina todo tipo de violencia, como física, verbal, psicológica, económica y que puede derivar hasta en casos graves, como el feminicidio.
La nutrióloga clínica señaló que, pese a que el cortometraje puede ser controversial, porque la mujer finalmente engaña a su esposo, se justifica al no sentirse feliz y sufrir malos tratos de su parte. “Esta es una historia real, que sucede en el día a día de infinidad de mujeres”, puntualizó.
El cortometraje “Entre la vida y la culpa” es un ejemplo claro de que la violencia contra las mujeres y niñas ocurre en todos los países y en todos los contextos. Según estudios, a nivel global, una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual, y en algunos países esta proporción aumenta a siete de cada diez.
Está documentado que, en nuestro país, 66.8 por ciento de mujeres ha sufrido al menos un incidente de violencia (emocional, económica, física, sexual o discriminación) en algún momento de su vida.
Una gran infinidad de películas o cortometrajes, como el analizado este lunes, abordan el problema de violencia que sufren las mujeres durante todos los días.
