En medio de proyecciones climáticas que advierten la imposibilidad de limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados centígrados y las visiones optimistas de que aún es posible alcanzarse ese objetivo, ayer inició la 58ª sesión del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático para concretar el Sexto Informe de Evaluación (AR6), a través de dos documentos: el Informe de Síntesis y el Resumen para responsables de políticas.
Más de 650 científicos y diplomáticos de 195 países, a partir de ayer y hasta el 17 de marzo, en Interlaken, Suiza, deberán realizar un análisis detallado de los hallazgos de las tres evaluaciones producidas en los últimos siete años por los tres grupos de trabajo (que conforman el AR6), así como de los tres Informes Especiales del IPCC.
El resultado de esta semana debe influir en las negociaciones de la COP28 a celebrarse en Dubái, del 30 de noviembre al 12 de diciembre próximos.
Hoesung Lee, presidente del IPCC, en el discurso de apertura indicó que el Informe de Síntesis será el documento fundamental sobre la política de acción climática para lo que resta de esta década crucial y, así, evitar los peores escenarios de la crisis climática.
Si bien sentenció: “No se equivoquen, la inacción y los retrasos no figuran como opciones”, lo cierto es que hay gobiernos y sus sociedades rezagados en la acción climática, ya sea por necesidad (pandemia de covid-19), negligencia o posturas ideológicas.
Los hechos son muy claros. El Grupo de Trabajo II del AR6 arrojó que el planeta ya se ha calentado 1.1 grados centígrados, pero en 2021 la temperatura promedio global se ubicó en 1.2°C por encima de los registros de la era preindustrial, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial.
A pesar de los esfuerzos realizados para abordar la crisis climática, como el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, los avances siguen siendo magros.
Y la ventana de tiempo para evitar los peores impactos del cambio climático está cerrándose rápidamente.
Los científicos en estos últimos dos años lo han advertido, la velocidad a la que aumentan las temperaturas es alarmante. El mismo IPCC alerta que la temperatura global seguirá subiendo en las próximas décadas incluso si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero.
Hay que repetirlo: el cambio climático es real y ocurre ahora. El calentamiento de 1.2 grados centígrados está causando impactos en todo el mundo, como olas de calor extremo, sequías, inundaciones y aumento del nivel del mar, que son especialmente graves para las personas más vulnerables, además de la pérdida de biodiversidad. Si esto no hace eco, ahí van unos datos que ayer subió a sus redes sociales el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), que son claros como el agua.
Con dos grados centígrados: habrá 2 mil 700 millones de personas expuestas a olas de calor; 410 millones de residentes urbanos expuestos a la sequía; 49 millones de personas afectadas por el aumento del nivel del mar para el 2100; veranos árticos sin hielo cada 10 años y pérdida de 99% de los arrecifes de coral.
¡Una verdadera catástrofe! Seguro que los mexicanos estamos incluidos en esas cifras, porque la ubicación geográfica del territorio nacional lo hace vulnerable a los impactos de la crisis climática. Además, el aumento de la temperatura promedio del país es de 1.6 grados centígrados.
El informe del Grupo de Trabajo II: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad, arrojó que son necesarias acciones como: implementación de políticas de energía limpia, mejora de la eficiencia energética, transición a sistemas alimentarios más sostenibles y protección y restauración de ecosistemas naturales. También destacó la importancia de la acción internacional coordinada para abordar el cambio climático de manera efectiva.
Pero esos cambios que debían hacerse rápido, de gran alcance y sin precedentes, no se han logrado.
Asimismo, recalcó la necesidad de financiamiento climático para apoyar a las naciones en desarrollo en sus esfuerzos para abordar la crisis climática.
Pero esa cooperación aún no se cristaliza.
Sin duda, António Guterres, secretario general de la ONU, es un optimista.
Ayer, en un videomensaje, urgió a los científicos a presentar “hechos puros y duros” para presionar a los gobiernos a tomar medidas que frenen la crisis climática antes de llegar al punto de no retorno.
“Nuestro mundo está en un punto de inflexión y nuestro planeta está en juego… Nos acercamos al punto de no retorno, de superar el límite internacional acordado de 1.5 grados Celsius de calentamiento global”.
Como señalé líneas antes, hay científicos que aseguran que el objetivo de 1.5 grados centígrados ya es historia. Si bien le va a la humanidad, quizá no se rebasen los dos grados Celsius.
Ojalá que el trabajo de esta semana, basado en el Sexto Informe de Evaluación del IPCC, sea, en verdad, una llamada de atención para los responsables políticos, las empresas y la gente para que tomen medidas urgentes. Sólo a través de un compromiso político y social a nivel global podrá abordarse la crisis climática y, así, proteger el futuro del planeta y de la humanidad.