Vianey Rodríguez, digna embajadora maya-chontal de la zona yokot’an

Historias que laten

En el año 2019 comenzó un proyecto llamado Yokok´uk para dar a conocer al mundo la gastronomía de su pueblo; por eso ha sido reconocida internacionalmente.

Villahermosa

La promotora de la lengua y cultura yokot’an, Vianey Rodríguez Torres, dice que a los jóvenes ya no les interesa preservar la identidad que los distingue por ser parte de una etnia indígena maya, sin embargo, ella lucha contracorriente para fortalecer y fomentar la lengua y las costumbres de sus ancestros.

Esta joven desde muy pequeña no fue igual a sus demás compañeras, ya que siempre buscó sobresalir y lo ha logrado debido a su gran lucha que busca el reconocimiento a los indígenas y la no discriminación.

Vianey Rodríguez Torres es una representante natural de su natal Tecoluta, en Nacajuca, donde en el año 2019 comenzó un proyecto llamado Yokok´uk para dar a conocer al mundo la gastronomía del pueblo maya-chontal y por eso ha sido reconocida internacionalmente.

Hace poco, en el marco de la conmemoración del ‘Día Internacional de la Mujer’, el Instituto Mexicano de Líderes por Excelencia la invistió con el grado de Doctor Honoris Causa’ en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En entrevista con Novedades de Tabasco, Vianey agradece a su madre, pues es una persona indígena que le enseñó a trabajar y esforzarse para hacer realidad sus sueños y anhelos.

“Mi mamá no me enseñó a estirar la mano para recibir todo fácil, ni a dar lastima, ni hacerle daño a mi prójimo; me enseño los valores de la bondad, justicia, respeto, solidaridad, responsabilidad y honestidad; entendí que la vida es una lucha constante, que se ríe, se sufre y porque además sin dolor, sin sacrificio, no hay ganador”, destacó.

“No lucho por reconocimiento ni por premios, sin embargo, me distinguieron por el trabajo y la lucha real que estamos haciendo cada día para mejorar nuestro entorno y aportar ideas, buscar el progreso desde nuestra trinchera para nuestro país México. Sufrí mucha discriminación y menosprecio, pero jamás me rendí ni me rendiré, mi reto fue decir que sí puedo y sí quiero lograr los objetivos que me proponga. Nací en mi amado pueblo Tecoluta, Nacajuca, Tabasco. Soy mujer yokot’an maya que en cualquier escenario y en el mundo”.

Reconocida. El Instituto Mexicano de Líderes por Excelencia la invistió con el grado de Doctor Honoris Causa.

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