A casi cuarenta años del asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, el ex agente de la DEA que puso contra las cuerdas al Cártel de Guadalajara y fue torturado en represalia, su caso será desempolvado y abierto de nuevo tras encontrarse que el FBI presentó evidencias poco sustentadas contra uno de los últimos sentenciados por el crimen.
El jueves 23 de marzo, el juez federal John A. Kronstadt dio la orden de reabrir el caso de Camarena bajo el argumento de que el juicio contra el ex policía judicial de Guadalajara, Raúl López Álvarez, no fue realizado con apego a la ley.
El proceso contra López Álvarez, llevado a cabo el 22 de agosto de 1988, y por el que se le condenó a cuatro sentencias consecutivas de 60 años, por cargos de conspiración para asesinar y secuestro, se sustentó en evidencias defectuosas presentadas por el entonces jefe de la Unidad de Pelos y Fibras del Laboratorio del FBI, Michael Malone.
Los argumentos que convencieron a las autoridades de aquel entonces sobre la culpabilidad de López Álvarez se sustentaron en los más de 200 objetos recabados en la casa donde fue torturado Camarena Salazar (cabellos, fibras de cuerda, alfombras y almohadas), así como en las propias declaraciones que hizo el ex agente Raúl López a un agente encubierto de la DEA, quien fingió buscar a un sicario para ejecutar a un funcionario estadounidense -según su propias palabras- al “Camarena Style”.
Sin embargo, 34 años después, el juez Krondstadt determinó que dichas declaraciones no eran veraces y que probablemente se trataron de “fanfarronerías”. Y es que Raúl López, cuando fue consultado por el agente encubierto para el “trabajo”, supuestamente afirmó que tenía experiencia en “levantones”, “choques eléctricos” y otras modalidades de tortura.
El juez federal desestimó esas declaraciones al afirmar que probablemente solo tenían el objetivo de “blofear”. El propio López reconoció hace algunos años que dichas habilidades que había presumido eran mentira y que en realidad las había leído en una revista que contenía información sobre asesinatos y modus operandi.
Asimismo, se llegó a la conclusión de que los supuestos cabellos de López Álvarez encontrados en la escena del crimen no podían basarse en evidencias “científicamente sostenibles”.
Lo que las autoridades sí tomaron por verdadero fueron los señalamientos contra el policía mexicano: lo señalaron como presunto colaborador de al menos dos líderes del Cártel de Guadalajara, concretamente Rafael Caro Quintero y Ernesto “Don Neto” Fonseca.
Sin embargo, su juicio, realizado en el marco del que fue calificado como el conflicto diplomático más grave que hayan tenido México y Estados Unidos, se basó en un “falso testimonio” y en evidencia que no pudo ser sustentada científicamente, y que por lo tanto probablemente afectó “el juicio del jurado”.
Las diez claves del Caso Camarena
1) Enrique Camarena Salazar, de nacionalidad estadounidense pero nacido en México el 26 de julio de 1947 en Mexicali, Baja California, fue el primer agente en la historia de la DEA en ser asesinado. Su caso suspuso la mayor crisis diplomática entre México y los Estados Unidos.
2) “Kiki”, como lo apodaban en la agencia, permaneció un año y medio en México. Otros agentes adscritos en el país que trabajaron de cerca con Camarena Salazar afirmaron que, como parte de sus investigaciones, logró reunirse con dos capos del Cártel de Guadalajara: Rafael Caro Quintero, “El Narco de Narcos”; y Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”.
3) Camarena fijó su atención particular en Caro Quintero, también conocido como “El Prínicipe”, quien se inició como campesino y se especializó en el cultivo de marihuana para exportar toneladas del enervante a Estados Unidos.
4) Gracias a los informes de Camarena y un piloto de la extinta Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos y exmilitar retirado, Alfredo Zavala Avelar, el gobierno del entonces presidente de México, Miguel de la Madrid, ordenó en noviembre de 1984 una operación antidrogas en el municipio de Allende, Chihuahua, donde se intervino el rancho el Búfalo, propiedad de Caro Quintero.
5) Ese operativo supuso un gran golpe para los narcos sinaloenses: más de 8 mil 500 toneladas de marihuana cosechada fueron destruidas. La merma millonaria llevó a que el Cártel de Guadalajara planeara su venganza contra la DEA en Jalisco, cuya presencia en ese momento en la capital tapatía era desconocida por muchos.
6) Días antes del cruento crimen, en febrero de 1985, el agente de la DEA fue secuestrado en Jalisco junto al piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar, por presuntos elementos de la entonces Dirección Federal de Seguridad, quienes supuestamente estaban relacionados a Caro Quintero. Ambos fueron sometidos a intensas golpizas e interrogatorios, los cuales quedaron registrados en cintas de audio.
7) El 9 de febrero de ese mismo año se registró el asesinato de Kiki Camarena y el piloto Alfredo Zavala. La causa de su muerte fue un traumatismo craneoencefálico, debido a que recibió un golpe directo en la cabeza.
8) No fue sino hasta un mes después, el 5 de marzo de 1985, las autoridades encontraron el cuerpo de Camarena y de Zavala con evidentes señales de tortura en una zonra rural de la localidad La Angostura, en el municipio de Vista Hermosa, Michoacán.
9) El asesinato obligó a que la DEA implementara el “Plan Leyenda”, con la finalidad de atrapar a los responsables de este asesinato. Esta estrategia -que incluso es mencionado en la serie de Netflix Narcos- culminó con la detención de Miguel Ángel Félix Gallardo en 1989.
10) Algunas de las personas que han sido detenidas por el secuestro y asesinato de Enrique Camarena fueron Ezequiel Godínez Cervantes y Javier Vázquez Velasco; los expolicías Francisco Tejeda Jaramillo y Raúl López Álvarez; Rubén Zuno Arce (cuñado del expresidente Luis Echeverría); José Manuel López Radón, Juan Rulfo Solorio, Víctor López Malo, Raúl López Álvarez y Gerardo Lepe; y los narcotraficantes Ernesto Fonseca Carrillo, Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo, entre otros.