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Denisse Mollinedo
Sin duda alguna para Denisse Mollinedo ser madre de Emiliano es una enorme bendición, porque llegó para enseñarle a vivir la maternidad desde otra perspectiva, donde los retos y logros son muy diferentes, pero igual de satisfactorios, el ya adolescente es un chavo lleno de luz que ilumina sus días y le enseña a ser mejor persona.
Emocionada nos cuenta que como familia su convivencia es completamente normal, “de repente me sorprendo siendo muy sobreprotectora, pero así soy con los dos niños, creo es algo muy mío. Emiliano y Sophia son mi vida”. Por lo que no fue complicado adaptarse.
El diagnóstico de Emi es TDAH, como tal no está considerada una discapacidad, él es un chavo neurodivergente, y nos cuenta que muy seguido acuden mamás a ella en busca de ayuda, información y consejos, “es impresionante como un padecimiento tan común cuente con tan poco apoyo e información, faltan instituciones que se dediquen a apoyar a jóvenes y niños de manera gratuita, afortunadamente a lo largo de nuestro camino hemos recibido todo el apoyo de su colegio, y de toda la familia. Hoy puede llevar una vida completamente normal, pero si hace falta apoyo”, comenta enérgica.
Pero también está la parte satisfactoria, porque a pesar de las dificultades, está la parte que la llena de vida como mamá, pues su día a día es una felicidad enorme, porque lo ve crecer, ser un joven bueno, educado, con valores, “cuando somos madres y pasamos por una situación de este tipo pensamos mucho en su futuro y verlo ser un adolescente con una vida común como la de los otros jóvenes, es mi más grande satisfacción en la vida es como un sueño hecho realidad, y por ello doy gracias a Dios”. Para Denisse su hijo mayor es un ángel que Dios le prestó para hacerla mejor persona, llenar de luz a su familia y bendecirla.
