Lucía Guevara Licona
Fotos: JT Victorino Zurita/NT
“Es una locura ser mamá de cuatro niñas, pero soy feliz, estoy hecha para esto, creo que Dios me preparó para que, entre mis hijas, llegará Ana Lucía con su condición: síndrome de West, que es la ausencia a nivel neurológico, en su caso, del hemisferio izquierdo total”, nos platica Lucía Guevara Licona, quien lleva muy bien el rol de mamá, con optimismo, alegría y la mejor actitud ante la vida, de la mano de su esposo Arturo Durán.
“Ser mamá de Ana Lucía es sentir la presencia de Dios en mi hogar, en mi familia. Cuando llegó, comprendí que todo lo que había pasado en la vida fue un entrenamiento arduo para un día recibir a un ser extraordinario, y le dije al de arriba: ahora entiendo todo”.
Lucía siempre quiso tener muchos hijos, así es que debutó como mamá con Vannia, después llegó Ana Lucía, seguida por Abril, y Aria, quienes actualmente tienen 22, 13, 4 y 2 años, respectivamente. Por eso, su vida es estructurada, pero muy dinámica, cumpliendo con cada compromiso y responsabilidad como madre y esposa.
“Con varios hijos sí dejas de hacer tus cosas, especialmente teniendo a Ani, porque al principio fue un tomarnos la pastilla de la aceptación, cuando supimos su diagnóstico, investigamos y de ahí decidimos que la trataríamos como una niña normal y no marcaríamos diferencia alguna; vivimos etapas y son los primeros años, de ahí va fluyendo todo, porque las niñas tuvieron que adaptarse al ritmo de vida y en esa locura es en la que andamos”, afirma.
Lucía se caracteriza por ser una mujer fuerte. “Siempre hay que sacar el lado positivo a las cosas; creo que a mí me dio Dios a Ana Lucía, porque a las 18 semanas de mi embarazo me dijeron que lo interrumpiera y no lo hice, y yo creo que por eso la dejó”.
Apoyada incondicionalmente por su familia de sangre y la familia por elección, Lucía comenta que respecto a su pequeña, su respaldo han sido las escuelas que han abierto no solo sus puertas, sino su corazón al aceptarla, y por ello considera eso como un gran paso para la inclusión de los niños con alguna discapacidad. “Ani ha sido inmensamente feliz en su paso por cada una de las escuelas”.
En el sentido del apoyo para niños que requieren atención especializada dice, “sí hace falta un Teletón en Tabasco, mi hija nunca ha recibido atención en alguna institución así, porque es un proceso y hay niños con un caso más extremo que el de tu niño y te ponen en una lista de espera y en esto no puedes esperar, tienes que ponerte la pila, poner de tu parte”.
Y agrega que hace falta como sociedad hacer más conscientes a las generaciones que vienen, “porque los niños con discapacidad siempre quieren que los volteen a ver, que les digas ¡hola!, que los toques, que los tomes en cuenta, porque se dan cuenta de todo, perciben todo y tienen desarrollado un sentido que nosotros no tenemos, y eso es la diferencia para ellos”.
Lucía agradece al creador la bendición de ser madre, “el nacimiento de cada una, sin duda, es de las experiencias más bonitas que pude tener, darles la bienvenida a este mundo, sentir su olor, besarlas, tocarlas, ese primer contacto no se compara con nada”.
“Cuando tienes un hijo con una discapacidad, tu mundo se transforma, y en ti está convertirlo en un infierno o en un paraíso”.
Lucía Guevara Licona
“El apoyo del esposo es fundamental en estos casos, porque se convierte en tu mejor aliado, es importante hacerlo partícipe de todo, ya que el hijo es de ambos, y el cuidado y la responsabilidad debe ser compartida”.
Lucía Guevara Licona