Entre los 10 y los 12 mil pesos era la ganancia diaria que obtenían los implicados en la fabricación del refresco apócrifo en la Ciudad de México que se decía era Coca Cola.
Según el vocero de la Fiscalía General de Justicia capitalina por día se lograban comerciar de 50 a 60 cajas del producto, por lo normal comerciado en puestos ambulantes. Su producción según la misma fuente se refiere a productos reutilizados de la empresa que sostiene la patente.
De acuerdo con las investigaciones realizadas los envases eran adquiridos y una vez vaciados eran rellenados con el producto adulterado, para sellarlos recurrieron a conseguir, a través de pepenadores, las tapas, por lo demás el proceso de sellado era realizado en una bodega ubicada la colonia de Santa Martha Acatitla Norte, Iztapalapa.
¿Qué daños a la salud genera un refresco pirata?
Las condiciones para la producción y competitividad no solo se encontraban fuera de la ley, sino también fuera de las normas de sanitarias que regulan la producción de bebidas y el envasado de productos, su elaboración es capaz de producir severos daños a la salud que van desde intoxicaciones hasta la muerte, así lo sostuvo la María del Refugio Torres Vitela, Profesora investigadora del Departamento de Farmacobiología del CUCEI.
“Hay peligros químicos y biológicos, en el aspecto químico por las sustancias que están utilizando, pueden ser tóxicas y venenosas en un momento dado, y pueden causar muertes o unas intoxicaciones agudas, por otro lado, hay riesgos microbiólogos que pueden haber por la falta de higiene, bacterias patógenas que puedan ingerirse y pueden causar problemas gastrointestinales, y eso hablo de lo más sencillo que pudieran causar.Va a depender del tipo de patógeno presente la consecuencia que pueda tener, entonces hablamos de riesgos químicos y riesgos biológicos para la salud que ambos pueden ser de la de diferente intensidad de gravedad y esto es muy delicado para cualquier producto que esté destinado para el consumo humano por ello debe ser rigurosamente controlado y vigilado a fin de de garantizar la salud pública”, explicó.
Por mencionar algunas normas que vigilan la producción de este tipo de productos encontramos la NOM 218 SSA1 2011 que establece las disposiciones y especificaciones sanitarias que deben cumplir las bebidas saborizadas no alcohólicas y la NOM 173 SCFI 2009 que señala las características y especificaciones mínimas que los productos, procesados y preenvasados deben cumplir.
“Hablamos de gente que no está haciendo las cosas con cuidado, por lo tanto todo lo que haga en el proceso a la hora de formular, a la hora de preparar, a la hora de envasar, lo está haciendo descuidadamente, por lo tanto estamos sumando peligros. Aquí se suman los peligros, además de la mala calidad de materias primas, los peligros de la manipulación, de las maniobras, fuentes de contaminación que pueden ser de cualquier tipo hasta el producto final. En ese caso de los productos, que son irregulares, no tienen ninguna vigilancia, entonces hablamos de un riesgo más grave”, añadió.
Torres Vitela aseguró que en este caso lo incierto de la fabricación del producto es lo inseguro, el proceso empleado por los implicados es, hasta el momento, desconocido como la fórmula patentada de la compañía refresquera y por lo tanto los contaminantes pueden ser múltiples en los productos clonados, de los cuales solo se ha dado garantía de haber y usado agua de la llave, la cual ya cuenta con muchos riesgos en su empleo.
Aunque la situación y el acontecer de los hechos han ocurrido en otra urbanidad apartada de la zona metropolitana de Guadalajara es seguro que no es el primer intento y que tampoco es el único producto que ha sido adulterado, por ello la investigadora ha recomendado las siguientes indicaciones:
“Es necesario fijarse, leer las etiquetas y saber que se está consumiendo, si leyeran las etiquetas de los productos, de estos apócrifos, revisar el número de lote, su caducidad, su fecha y hora de elaboración, Todos estos logos son muy difíciles de estarse reproduciendo” dijo.
Otras acciones que puedes realizar para garantizar la calidad del producto es revisar su imagen y presentación, verificar que no esté adulterada y bien sellada, una vez abierta comprueba su color, olor y sabor, si distingues algo diferente lo mejor es no animarse a consumir el producto.
En la actualidad México es el primer consumidor de refrescos en el mundo, con un promedio de 163 litros por persona al año, de acuerdo con La Gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México, la bebida es un complemento en las comidas de las personas y eventos familiares, por lo que es conveniente verificar siempre el buen estado de lo que se consume.