“Hay una crítica social enorme detrás del personaje de Cantinflas, hay un cuestionamiento a las autoridades, a la iglesia, a la política, a los poderosos que se creen intocables…Cantinflas enfrenta a todo ellos con el arma de su voz”, expresa en entrevista José Ignacio Valenzuela a propósito del libro infantil “Conoce a Mario Moreno Cantinflas”, de la colección Personajes del Mundo Hispánico.
La obra, ilustrada por Manuel Monroy y editada por Alfaguara, narra cómo Mario Moreno se trasformó en Cantinflas, cómo creó sus famosos protagonistas del séptimo arte y cuáles fueron sus triunfos, todo ello motivado por un único deseo: ser libre.
“Es un personaje que ya pasó a formar parte de la historia mexicana, pero también es cierto que hay una nueva generación de personas en Chile, en Estados Unidos e incluso en México, niños y niñas que tienen 8 y 13 años, que no saben quién es Cantinflas, a lo mejor les sonará de referencia el nombre, pero no conocen su historia ni porqué llegó a ser lo que fue”, indica.
Valenzuela, autor de origen chileno, mantiene una unión emocional con este personaje.
“Crecí en Chile en los años 80, durante la dictadura, en ese momento durante todos los fines de semana pasaban una película de Cantinflas y yo me juntaba con mis papás, obviamente no había internet, no había nada, entonces uno veía tele. Fui creciendo con Cantinflas y me fui dando cuenta del peso del personaje, empecé a escuchar lo que decía y dice me di cuenta que hay una crítica social”, platica.
Cantinflas insertaba en los espectadores una semilla de pensamiento crítico, una semilla de cuestionamiento a la autoridad, añade. “Eso es algo muy valioso y que se ha ido perdiendo con el paso del tiempo porque cada vez hay menos artistas dispuestos a tomar partido por una posición ideológica, política e incluso de vida”.
El autor también destaca los lugares culturales que ocupó y que abrió Mario Moreno. “Me gustan los transgresores, los que se toman espacios que por lugar de nacimiento, por situación económica o por lo que quieras, no le pertenecen desde un inicio”.
Esto es, agrega, “ver a una persona que probó muchas cosas, que se dio la posibilidad de reinventarse, primero era torero, después zapatero, después payaso y se reinventaba y reinventaba hasta que se sintió cómodo en su propio pellejo y triunfó sin necesidad de nada más que él mismo”.
“Cantinflas terminó ocupando un espacio en la Real Academia Española ya que esta institución incorporó sus palabras, las cuales no existían, que son deformaciones de lenguaje o giros de lenguaje”, detalla.
La palabra más significativa es cantinflear que significa hablar o actuar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia. “Por eso es tan valioso porque es alguien que hizo mucho simplemente con las armas que tenía en mano: su inteligencia, su humor y su capacidad para hablar de una manera como nadie había hablado hasta ese momento”.
¿Cómo definirías su humor?
Hoy en día la audiencia está muy segmentada y eso tiene que ver con que la gente ve televisión en su celular, entonces no tienen por qué compartir lo que ven con su abuela o con su hermano. Además, hoy está bien que puedas escribir una historia solamente para mujeres solteras entre 25 y 45 porque el mercado lo aguanta, pero en la época de Cantinflas no funcionaba así.
En las casas había una televisión, estaba en la sala, entonces había que convocar a toda la familia, no tenías la posibilidad de hacer una película únicamente para hombres o para mujeres, y su humor convocaba a todos, no asustaba a nadie, lo podían escuchar los niños de seis años, jóvenes de 13, padres de 40 y los abuelos de 70 años. Cantinflas tenía la particularidad de que hacía reír a todos al mismo tiempo porque trabaja por capas.
VOZ DE CANTINFLAS
Para adquirir la voz de Cantinflas, el autor José Ignacio Valenzuela hizo una investigación de casi un año, tiempo en el que revisó todas las entrevistas que dio Mario Moreno, revisó programas especiales y vio cerca de 20 películas, gracias a ello, el libro retoma diálogos inolvidables de este personaje, así como palabras que inventó, es el ejemplo de trastapujo, la palabra favorita del autor.