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Situada en la colonia Nueva Villahermosa, está en peligro de convertirse en un foco de infección que perjudicaría aún más a los vecinos de esa zona.
Villahermosa
La laguna El Jícaro presenta falta de oxigenación y la proliferación de algas verdosas que le genera un color putrefacto, además, la contaminación con basura y descargas de aguas negras, están matando este manto lagunar.
Azolvado por los sedimentos, basura y contaminación que arrastran los escurrimientos de la calle Cerrada de Cuitláhuac, así como descargas de aguas negras de la colonia Nueva Villahermosa, este afluente lagunar rodeado por el parque El Jícaro, se extingue.
El cuerpo de agua se ha convertido en una fosa séptica gigante que está siendo devorado por las algas marinas –verdosas-, que surgen por la falta de lluvias y poco oxígeno, es por ello que las algas se alimentan de los nutrientes presentes en las aguas negras descargadas en dicho lugar.
EXPERTO
Por su parte el biólogo José Guadalupe Hernández de la Cruz señala, “la contaminación, el cambio de temperatura en el agua y la falta de lluvias, han provocado que el agua de la laguna El Jícaro se haya vuelto verdosa, lo que habría ocasionado la proliferación de algas verdosas”.
A consecuencia de las altas temperaturas y el descenso en el nivel del agua, la laguna registra la proliferación de materia orgánica conocida como algas verdosas o azules lo que provocaría un problema ambiental y de salud pública, porque este cuerpo de agua se encuentra muy cerca de una zona habitada, y el olor putrefacto podría ocasionar problemas de infección respiratorias.
Además, vecinos han tomado como basurero el lugar afectando aún más el parque ecológico que es una reserva donde existen flora y fauna, así como un pequeño santuario de garzas blancas.
Zona. El afluente lagunar es hábitat de garzas blancas, lagartos y peces.
Peligro. El agua de la laguna se ha tornado verde por la falta de oxigenación.
