«Es realmente asombroso que luego de tan poca actividad oficial de Amado Nervo en Uruguay, su muerte haya provocado la explosión de sentimiento y solidaridad que produjo y la manifestación espontanea de cariño y de dolor de todo un pueblo y su gobierno. La explicación solo puede encontrarse en la nombradía intelectual que Nervo poseía, en el sentimiento que su poesía provocaba en la élite cultural del país, en la tristeza por una muerte tan rápida e inesperada y en la reacción de ‘latinoamericanismo’ militante que México provocaba en esos momentos después de las intervenciones estadounidenses de que había sido objeto y que emocionaron el corazón de una América indignada y humillada»
Héctor Gros Espiell
Diplomático, penalista internacional y político uruguayo Canciller de la República de 1990 a 1993. Asimismo, desempeñó diversos cargos en el ámbito multilateral, principalmente en la Organización de las Naciones Unidas, así como en la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El Congreso de ese país lo designó:
“príncipe de los poetas continentales”
Amado Nervo poeta, diplomático y literato, autor de novelas y ensayos reconocido en Latinoamérica y otros países del mundo. Nació el 27 de agosto de 1870 en Tepic, Nayarit, México y falleció un 24 de mayo de 1919 en Montevideo, Uruguay. Figura central en la poesía hispanoamericana y considerado uno de los máximos exponentes del Modernismo. Su temprana vocación literaria y poética precedió en algunos años a la actividad diplomática: Secretario desde 1904 de la Legación de México en Madrid, en 1916 reingresó al servicio diplomático mexicano como Secretario encargado de negocios en España, designado dos años después en agosto de 1918 Ministro Plenipotenciario ante los Gobiernos de la Argentina y del Uruguay[.
La actividad literaria de Nervo se inicia en 1892, vinculada con el periodismo al ingresar al “El Correo de la Tarde” de Mazatlán, donde escribía poemas, crónicas y ensayos, labor que combinaba con su trabajo en un despacho de abogados. En 1894, se trasladó a la Ciudad de México donde comienza sus innumerables colaboraciones en revistas y periódicos, así como también la publicación de sus primeras obras; conoce a Manuel Gutiérrez Nájera quien le anima a colaborar en la “Revista Azul” y a participar en las tertulias literarias que se producen en torno a la revista y en el café de la Concordia, donde se relaciona con los principales colaboradores mexicanos como Luis G. Urbina, Tablada, Dávalos, y con algunos extranjeros como José Santos Chocan, Campoamor y Rubén Darío poeta, escritor y periodista nicaragüense y máximo representante del modernismo literario. Participa en la redacción de diversos periódicos como “El Universal”, “El Nacional” y “El Mundo”, e incluso dirige un suplemento llamado “El Cómico”.
En 1900 Amado Nervo fue enviado por el periódico “El Imparcial” como corresponsal a la Exposición Internacional en París, Francia, experiencia que lo consolida como escritor y poeta. Durante su estancia en Europa, nuevamente se encontraría con Rubén Darío con quien cultiva una gran amistad, y también en este periodo conoció a una joven francesa llamada Ana Cecilia Luisa Dailliez, quien se convirtió en su compañera inseparable y secreta. Además de viajar por distintos países, Nervo publicó varios libros de poemas y algunas prosas que le dieron fama y reconocimiento, destacan “Poemas” y; la traducción al francés de su famosa novela publicada en 1895 “El Bachiller”; entre otras” .
Por cuestiones económicas, el periódico El Imparcial le canceló la corresponsalía y Amado Nervo se ve obligado a sobrevivir con sus propios ingresos como escritor. Sin embargo en México recibió el nombramiento como catedrático en la Escuela Nacional Preparatoria, y regresa a la Ciudad de México, siguiéndole al poco tiempo, Ana y su hija. En México se encarga junto a Jesús Valenzuela de dirigir La “Revista Moderna”, heredera de “Azul”, y gracias a Justo Sierra recibe el nombramiento de Inspector de Enseñanza de Literatura y se convierte en funcionario de la Secretaría de Educación Pública.
Un dato relevante de este extraordinario poeta es que, en 1906 publica “La última guerra”. un cuento considerado uno de los textos que inauguró la ciencia ficción en México. La historia se ubica en un futuro distópico en el que los animales, hartos de padecer la explotación del hombre, se rebelan contra los seres humanos, un argumento adelantado 42 años al de la historia del famoso libro “Rebelión en la granja”, de Orwell.
En 1905 aprobó las pruebas de ingreso en la carrera diplomática nombrado Segundo Secretario de la Legación en España, comisionado para que en Europa estudie los programas y métodos para la enseñanza de la lengua y la literatura y envíe informes precisos.
Cuando Amado Nervo ingresó a la carrera diplomática ya era un poeta conocido y apreciado; durante su estancia en España desarrollo una extensa actividad diplomática y literaria, que completó con su asidua asistencia a las tertulias de El Ateneo de Madrid, experiencias que alimentan sus escritos como corresponsal y cronista para periódicos y revistas de México y España y posteriormente cubanas y argentinas, además de continuar con la producción de sus mejores obras “En voz baja”, “Serenidad”, “La Amada Inmóvil”, “Elevación y “Plenitud, y la biografía “Juana de Asbaje” (1910). El éxito de sus gestiones le merece la promoción a Primer Secretario de la Legación de México en España.
La amplia relación que fomento Nervo con escritores españoles y catalanes reconocidos por el como “modernistas hispanoamericanos” lo lleva a referirse al Modernismo, en términos que reflejaban su apuesta por un movimiento comunitario, para continuar la renovación de las literaturas española y catalana; y a reconocer gradualmente las deplorables condiciones económicas y laborales de los escritores, por las leyes agresivas de la industrialización y el mercado, por la rapiña de editores y libreros. Encontrando como única alternativa gremial las mutualidades literarias para compensar la explotación económica de los escritores en cualquier lugar: Constituir Cooperativas Literarias. .
En sus informes diplomáticos enviaba noticias referentes a organismos culturales y artísticos que consideraba dignos de ser tomados como modelos, como la Universidad Popular, o el Teatro de Arte basado en el modelo fundado en París por Lugné Poe, y su Théâtre de L´Oeuvre.
En 1912, en Madrid Ana muere a causa del tifus, rompiendo la armonía de su vida íntima, Nervo impotente escribe el prólogo de “La amada inmóvil” sumido en una fuerte depresión que afecta a su labor política. Aunado a este hecho se suma la inestabilidad que surge de la Revolución Mexicana: el servicio diplomático, por el cambio de gobierno, se ve colapsado y le sitúa en una difícil situación económica.
En México el golpe de Estado encabezado por el General Victoriano Huerta en contra del Presidente Madero generó una crisis política insostenible en el país que culminó en un conflicto armado que marco la vida interna del país y tuvo una repercusión importante en la imagen de México al exterior y en el ejercicio de su política exterior. Esta crisis se dejó ver en la organización del Servicio Diplomático mexicano. Con la llegada de Venustiano Carranza, nombra a Isidro Fabela Encargado del Despacho de la Secretaría de Relaciones Exteriores en diciembre de 1913 encargándose del cese de funcionarios y de la posterior reorganización. Después del decreto, el gobierno únicamente había podido enviar agentes a Francia, Inglaterra, Estados Unidos y España. En esta última representación, se encontraba el Diplomático Amado Nervo[. Aunque para los constitucionalistas todos los diplomáticos quedaron destituidos en agosto, pasaron muchas semanas antes de que el conjunto de los afectados conociera la medida y algo más de dos años hasta que la totalidad de ellos dejara de desempeñar funciones oficiales. Los diplomáticos que permanecieron en el extranjero o salieron de México después de su cese vivieron en condiciones difíciles e, incluso, dramáticas, cuando menos en una etapa inicial. Desarrollaron una amplia gama de actividades vivieron del ejercicio de su profesión de abogado, otros obtuvieron empleos de gobiernos extranjeros; hubo quienes probaron suerte en el comercio, algunos completaron sus escasos recursos mediante préstamos y un grupo recurrió a la pluma y encontró acomodo en el periodismo y el mundo editorial. Amado Nervo no regresó a México tras su cese, aunque dejó de percibir sus salarios a partir de julio de 1914 al igual que todos los demás, ni por la crisis generada por la guerra que había iniciado en Europa. Sin embargo, la gestión de Amado Nervo como Primer Secretario Encargado de Negocios fue determinante, ya que gracias a él fue posible que se llevara a cabo en buen término la entrega de la Legación a Juan Sánchez Azcona, Enviado Extraordinario y Plenipotenciario de México en Europa Occidental del Presidente Carranza. El poeta tomó la decisión de dedicarse de tiempo completo a la literatura y vivir de lo que le generaran sus obras, por lo cual el diputado Luis Antón Olmet propone en las Cortes españolas, ante lo desesperado de su situación, que se le concedan a Nervo 7500 pesetas anuales, lo que es aceptado por unanimidad, pero Nervo rechaza, y escribe agradeciendo en una digna carta la cual no fue publicada hasta después de su muerte: “Si el amor que a España tengo no fuese ya, merced a su máxima y serena grandeza, incapaz de aumentar, crecería aun ante esta muestra de cordialidad incomparable”.
El 28 de julio de 1916 Carranza a petición de Juan Sánchez Azcona, reconociendo los servicios prestados y el aprecio del gobierno español hacia Nervo, lo nombra como Primer Secretario de la Legación en España para desempeñarse como Encargado de Negocios, terminando su encargo en agosto de 1917, el diplomático permanece en Madrid hasta mayo de 1918, cuando lo nombran el 13 de agosto Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de México en Argentina y Uruguay, en sustitución de Isidro Fabela.
Amado Nervo llegó primero a Buenos Aires. El 21 de marzo de 1919, presentó sus Cartas Credenciales ante el Presidente de Argentina, Hipólito Yrigoyen. Celebraron su llegada con efusivos festejos poéticos y musicales, y el XXI Consejo Nacional de Mujeres de la República Argentina ofreció Sesión Solemne en su honor. El 16 de mayo de 1919, Amado Nervo llegó a Montevideo ese mismo día hizo entrega de sus Cartas Credenciales. Durante su estancia, Nervo cumplía además, con la encomienda de presidir el Segundo Congreso Americano del Niño, antecedente directo del Instituto Interamericano del Niño, la Niña y Adolescentes de la OEA y que, en gran medida, fue una propuesta suya. El 18 de mayo, durante la reunión del Congreso, Amado Nervo tuvo una recaída de un severo y antiguo padecimiento, a partir de ese momento, la salud del diplomático comenzó a empeorar. Amado Nervo falleció el 24 de mayo de 1919 en Montevideo. A su lado se encontraban el escultor José Luis Zorrilla de San Martín, quien se encargó de hacer su mascarilla poco después del deceso. Su muerte provocó reacciones de enorme sentimiento en distintos países, principalmente en Uruguay, el Presidente Baltasar Brum Rodríguez, se dirigió al Congreso anunciando el fallecimiento como un duelo nacional no solo por su cargo, sino también por ser una de las más elevadas expresiones de la intelectualidad de la América Latina “Debemos rendirle, además de los honores correspondientes a su investidura, un homenaje excepcional que exteriorice los mismos sentimientos de solidaridad americana”. Se presentó Proyecto de Ley que establecía rendir honores militares de Ministro Secretario de Estado, izar las banderas a media asta el día del entierro, y se encargarían de la inhumación depositando los restos del poeta en el Panteón Nacional de Uruguay mientras se procedía al traslado a México. Por su parte el Poder ejecutivo de Argentina comunicaron también que la bandera de edificios públicos permanecería izada a media asta en señal de duelo, un Ministro asistiría a las exequias a depositar una corona de flores y pronunciaría un discurso.
El regreso a México de los restos de Amado Nervo fue un homenaje al “príncipe de los poetas continentales” Uruguay lo transportó en el crucero “Uruguay”, acompañado de una guardia especial de 33 cadetes de la Escuela Nacional, comandado por el capitán de fragata Tomás Rodríguez Luis, escoltado por el crucero “19 de Julio” de Argentina. Múltiples actos y ceremonias de homenaje se extendieron, al paso de la flotilla, en Brasil y Venezuela, en la Habana, Cuba. En cada país por el que pasaba dejaban sobre el féretro su bandera. La flotilla también fue custodiada por el crucero “Cuba”. Finalmente, después de varios meses de homenaje, con la fragata “Ignacio Zaragoza” el ejército mexicano recibió a la flotilla, que arribó al Puerto de Veracruz el 11 de noviembre de 1919. El poeta Bernardo Ortiz de Montellano escribió: “Ni héroe ni rey alguno, menos un poeta, han recibido tales honores”.
Las ceremonias finales de exhumación del aclamado «primer poeta de América», se llevaron a cabo en el Panteón de los Héroes, en la Rotonda de los Hombres Ilustres en la Ciudad de México el 14 de noviembre de 1919. Sin lugar a dudas, su paso por la diplomacia mexicana da cuenta de uno de los momentos más relevantes de una política latinoamericanista y de liderazgo de México de la cultura hispanoamericana. Su presencia en el extranjero formuló una diplomacia pública en ciernes para la imagen de México como potencia literaria y estableció las bases de un intercambio diplomático con Sudamérica cercano al ámbito cultural cuyo seguimiento lo darían, entre otros, personajes de la talla de Alfonso Reyes, Embajador de México en Argentina de 1927 a 1930.