Al menos 15 custodios del Centro Varonil de Rehabilitación Psicosocial (CEVAREPSI) fueron removidos de su cargo después de que Crónica dio a conocer los delitos que cometían en contra de un interno, como el acoso, agresiones extremas, violencia psicológica, negligencia médica y el soborno por protección especial. Al momento, la madre del preso se encuentra en espera de que la Subsecretaría de Sistema Penitenciario actúe en contra de la máxima autoridad de la cárcel.
Luego de que un diario de circulación nacional revelara los recibos de pago donde el guardia de seguridad José Ramón Acero Paredes extorsionaba a la madre de un interno para que a cambio de depósitos bancarios el preso recibiera «seguridad especial» exento de abusos sexuales, golpes y maltrato psicológico, las autoridades de la Subsecretaría del Sistema Penitenciario prescindieron de los servicios de más de una decena de custodios que tenían la encomienda de matar a la víctima, además de ejercer hacia él delitos como negligencia médica y sobredosis de medicamentos que no necesitaba.
Al inicio de las amenazas de Acero Paredes, la mujer denunció al empleado ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, sin embargo la única sanción que este sujeto obtuvo fue ser traslado a otro penal, para continuar trabajando en las mismas condiciones laborales.
A pesar de que el custodio dejó de laborar en el CEVAREPSI, los guardias Casados, Garay, Juanito y “El Vampiro” intentaron vengarse del castigo hacia Acero, por lo que todos los días, al recluso le robaban su comida, lo insultaban, engañaban y planeaban emboscadas en su contra para que su expediente estuviera repleto de cartas de mala conducta y archivos que perjudicaban sus antecedentes.
Las represalias hacia el hijo de la mujer extorsionada alcanzaron el punto más álgido cuando las autoridades del penal vulneraron su integridad física y mental, a pesar de que la familia del preso mostró documentación en la que se prohíbe administrar algunos medicamentos controlados, los doctores y psiquiatras del CEVAREPSI lo obligaban a tomárselo, torturándolo sin importar las consecuencias de ésta negligencia médica y las graves secuelas que su organismo presentaba, como párpados caídos, saliva en la boca y el sistema psicomotriz dañado por el exceso de Clonazepam.
El despido de los empleados fue debido a la exposición de los archivos en los que la madre del violentado solicitaba a los funcionarios del Gobierno capitalino su intervención para que detuvieran el acoso, además de la revelación de un monitor, quien relató el modus operandi de los custodios para que los demás presos atentaran en contra de la vida del afectado, sobornándolos con dulces y drogas que no deberían consumir, sobornos que tenían la finalidad de que algún recluso terminara con la vida del perjudicado.
Actualmente, la madre del recluso está recibiendo atención por parte de las autoridades de la cárcel, a partir de la última publicación de Crónica, las intimidaciones hacia ella por parte del director y de sus empleados se apaciguaron. En los próximos días, la Subsecretaría de Sistema Penitenciario de la Ciudad de México y la Jefatura de Gobierno de la capital responderán la solicitud de revisión de los casos de abuso y acoso que se viven dentro del CEVAREPSI.
Continuando con su lucha, la mujer está dispuesta a seguir el proceso legal para marcar un precedente a favor de los reclusos que aún son sujetos a irregularidades en el penal señalado, donde la mayoría se encuentran abandonados y sin representantes legales que valoren sus situaciones jurídicas. Aunque siente temor por las represalias que alguna autoridad pueda desempeñar en contra de su hijo, es mayor su inquietud por culminar la grave injusticia que se ejerce hacia personas discapacitadas.
«No quitamos el dedo del renglón, tal vez logremos más, sobre todo por los que ya tienen tiempo allí y los que estamos en espera de una sentencia. Sí tengo incertidumbre, pero ahora me siento con más fuerza para defender a mi hijo», dijo.