Al ser el entorno familiar una de las principales fuentes de factores que pueden llevar al suicidio, el paidosiquiatra Carlos de la Cruz Torres recomendó que los padres de familia no estigmaticen a los niños y adolescentes cuando manifiestan conductas que pueden alertar que desean quitarse la vida, y asuman la responsabilidad de hablar con ellos sobre sus problemas emocionales.
“Decir “eres egoísta”, eso es estigmatizar; otra manera de estigmatizar, “eres un llorón”. Otra forma de estigmatizar, “no estás viendo como yo sufro”. Eso es más una cuestión manipuladora. Todo lo que yo hago por ti y tú no ayudas en nada. Eso también es invalidante», precisó.
Sostuvo además que los familiares deben de informarse sobre los diversos factores de riesgo que pueden desatar trastornos mentales, por los que los niños y adolescentes requieren de atención psicológica o psiquiátrica, sin tampoco desestimar el tratamiento que se les proporcione, porque, remarcó, los fármacos que se les dosifica, como los antidepresivos, no son adictivos.
“Los fármacos de salud mental o los antidepresivos no ocasionan adicción. Eso sigue siendo desinformación que impide el acceso a la salud a sus hijos. Eso lo tienen que saber también. Entonces, lo peor que ocurre es que mejoran junto. Yo hasta ahorita no he visto a uno que se le haya tocado empeorar, mejoran los chicos. Tampoco conozco un chico que después de tomar fluoxetina (antidepresivo) un mes, se le haya antojado terriblemente ir a fumar piedra, tampoco ocurre; eso es desinformación e ignorancia”, comentó.
El especialista impartió la conferencia “Factores de riesgo y prevención de la conducta suicida en adolescentes”, a médicos residentes del Hospital de Salud Mental Villahermosa y público en general, desde el auditorio de ese nosocomio, a través de redes sociales.
Al describir el contexto nacional del suicidio, Carlos de la Cruz Torres expuso que de acuerdo con informes del INEGI del periodo 2010-2021, las tasas más altas de suicidio se presentaron en jóvenes, específicamente, y en particular, los hombres de edades comprendidas entre los 25 y 29 años triplican los decesos en comparación a los casos de mujeres.
El médico del Hospital de Salud Mental Villahermosa destacó que independientemente del género, el entorno de los problemas familiares es la principal causa del suicidio en jóvenes, con un rango del 50 por ciento, y en particular, los conflictos entre los padres desatan el 40 por ciento de los casos.
Por ello, recomendó que tanto las familias como las escuelas, asuman la responsabilidad de identificar los factores de riesgos en los niños y adolescentes, y con esa detección, proceder ya sea solicitar una intervención de expertos en salud mental en el espacio educativo o en el caso de los padres, tomar la decisión que llevar al hijo ante un especialista en psicología o psiquiatría.
“La búsqueda directa de casos entre estudiantes o pacientes de atención primaria, se hace en primer nivel de atención, en las escuelas primarias secundarias, hacen cribaje (detección oportuna), ponen escalas; empiezan a ver esto como un cedazo y observar quienes tienen cierto riesgo y a partir de ahí, hacer las primeras intervenciones”, expuso.
En el caso del entorno familiar, enfatizó que los padres sobretodo deben saber escuchar a los hijos sin juzgar ni estigmatizarlos, con paciencia y tolerancia a sus comentarios en los que advierten una desesperanza de vivir.
De la Cruz Torres insistió en que los padres una vez que identifican el problema familiar – en los que ellos pueden ser causa-, deben hablar del tema con los hijos, porque de lo contrario, remarcó, la situación del menor o del adolescente puede empeorar.
“Tenemos que hablar del conflicto. Ojo, no nos tiene que gustar. Tolerancia al malestar, simplemente hay que hacerlo, porque si no va a empeorar”, recalcó.
El especialista en trastornos mentales en niños y adolescentes aseguró que en virtud de que el fenómeno del suicidio es multifactorial, es un problema complejo para ser atendido, por lo que hay diversos enfoques de abordaje.
“No hay una sola causa efecto, es demasiado complejo, con múltiples vertientes y vías para llegar a la culminación del acto. No hay una sola manera. Hay muchas maneras de que las cosas salgan mal y que de esas cosas que salen mal me lleven como consecuencia a un intento suicida o a un suicidio consumado. Está relacionado a múltiples estresores personales, familiares, escolares, socioeconómicos, etcétera hasta políticos”, explicó.
Sin embargo, recalcó que es indispensable la participación de la sociedad en general, al ser un problema de salud pública, en el que es necesario la vigilancia al cumplimiento de derechos humanos.
“Se necesita involucrar a la población general, ya que es un problema de salud pública, de seguridad, cuando se emplean armas, incluso, de derechos humanos, cuando los mismos familiares le niegan la atención de salud mental a los menores”, advirtió.