Jueces forman mayoría para excluir a Bolsonaro de las elecciones hasta 2030

Los jueces han formado mayoría este viernes para condenar al líder de la derecha brasileña, el ultra Jair Bolsonaro, por abuso de poder, por usar su cargo cuando era presidente de Brasil para deslegitimar las elecciones. La pena son ocho años de inhabilitación, lo que en la práctica implica quedar excluido de las próximas contiendas electorales hasta 2030. La vista continúa en Brasilia, se emite en directo por YouTube. Tras el voto de cinco de los siete jueces del Tribunal Superior Electoral, el resultado está ahora en un 4-1. Quedan por votar dos magistrados. Cabe la posibilidad de que uno de ellos pida una pausa para analizar el caso con detenimiento, aunque es poco probable. El ultraderechista no asiste al juicio. Bolsonaro, que perdió las presidenciales de octubre frente a Luiz Inácio Lula da Silva por menos de dos puntos aunque logró 58 millones de votos, se declaraba inocente y ha dicho que pretende seguir en política.

La acusación principal de este caso, uno de los 16 que hay abiertos contra Bolsonaro, deriva de un encuentro al que convocó en su calidad de presidente de la república a buena parte del cuerpo diplomático extranjero. A tres meses de las elecciones, el ultraderechista y propagador de teorías de la conspiración los recibió en el palacio presidencial para pronunciar ante ellos un encendido discurso en el que arremetió sin piedad contra las autoridades electorales —las mismas que ahora lo juzgan— y contra la seguridad del sistema de votación.

El exmandatario minimizó, este miércoles ante la prensa, el calibre de las acusaciones: “Vi el resumen de algunos votos. Uno de ellos decía que interferí en el resultado de las elecciones. Si interferí, debería haber ganado, ¿no? ¿Qué interferencia hice durante la reunión con los embajadores? ¡Por el amor de Dios! Un presidente que reúne a embajadores para hablar sobre el sistema electoral, ¿eso es un delito capital?”, dijo en Río de Janeiro mientras en Brasilia los jueces decidían su futuro político y añadió en un símil futbolístico: “¿Tarjeta roja por reunirme con los embajadores?”.

El expresidente tiene múltiples frentes judiciales abiertos además de este. También es investigado por alentar el ataque más grave sufrido por la democracia brasileña desde el fin de la dictadura, en 1985. Miles de sus seguidores asaltaron a las bravas, ante la indiferencia de militares y policías, el corazón del poder político y judicial en Brasilia el 8 de enero, emulando el asalto al Capitolio de los trumpistas. Bolsonaro condenó la invasión pero existen fuertes indicios de que algo se gestaba en su círculo más íntimo. Tanto a su ayudante personal más cercano, un militar, como a su ministro de Justicia se les han incautado borradores de minutas para perpetrar un golpe de Estado. Ambos están en la cárcel.

También está en la mira de los tribunales por su gestión de la pandemia del coronavirus, que mató a más de 700.000 brasileños y en la que según dictaminó el Senado cometió crímenes contra la humanidad. También está acusado de manipular su cartilla de vacunación y de quedarse con unas valiosísimas joyas que regaladas por Arabia Saudí.

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