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Los mexicanos cada vez usan más celulares y menos computadoras para conectarse a internet, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2022, que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Al mismo tiempo, el desecho de teléfonos celulares y su impacto negativo en el medio ambiente ha aumentado aceleradamente, de acuerdo con la encuesta Conciencia del consumidor mexicano: Actitudes y comportamiento hacia el consumo responsable, realizada por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM).
Según datos de Naciones Unidas, se estima que cada año se generan 50 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos en todo el mundo, lo que la convierte en la basura que más rápido crece en la actualidad, entre un 16 y un 28 por ciento cada cinco años.
Si se analiza el impacto ambiental de los celulares, desde el punto de vista de su fabricación, un estudio de la Universidad McMaster, de Canadá, calculó que la producción de smartphones generó, sólo en el año 2019, casi 96 millones de toneladas de Dióxido de Carbono (CO2).
CONSUMO Y DESECHO
El teléfono celular es la tecnología con mayor uso entre la población. La ENDUTIH estimó que, en 2022, había 93.8 millones de personas usuarias de esta tecnología, 8.3 millones más que en 2019; alrededor de un 10 por ciento adicional.
La población de 6 años o más, usuaria de teléfono celular, pasó de 74.9 a 79.2 por ciento, lo que representó un incremento de 4.3 puntos porcentuales entre 2019 y 2022.
Estos datos sobre el mayor uso de teléfonos celulares se publicaron pocos días antes de la Encuesta sobre consumo, elaborada por la UVM, en la que se detalla que 38 por ciento de las personas encuestadas indicó haber cambiado su celular en un periodo de 2 a 3 años y 22 por ciento en periodos de uno a dos años, esto pese al costo para el medioambiente de producir un celular.
Los teléfonos móviles contienen alrededor de 40 materiales tóxicos, entre los que destacan elementos como el arsénico, antimonio, berilio, plomo, níquel y zinc, o metales pesados como el plomo, cadmio o el mercurio, entre otros. Pero el elemento más contaminante de un teléfono móvil es la batería. Según los expertos, los agentes contaminantes de una sola batería de Smartphone podrían contaminar 600 mil litros de agua.
El mismo estudio de la UVM informa que, aun cuando cada celular se reemplaza, 47 por ciento de los usuarios conserva durante un tiempo el teléfono anterior, 5 por ciento lo tiró a la basura y 3 por ciento lo llevó a un contenedor para productos de este tipo. 4 de cada diez aparatos fueron aprovechados al ser regalados (23 por ciento) o vendidos (18 por ciento).
Desechar estos artículos podría ser difícil si se desconoce cómo o dónde hacerlo. Sobre este punto, solo el 11 por ciento ubica en su colonia centros o contenedores para llevar celulares; un mayor porcentaje reporta centros de reciclaje o depósitos para plástico (36 por ciento), 33 por ciento de chatarra y metales, 31 por ciento de papel y cartón. Solo 6 por ciento conoce algún sitio donde llevar textil y calzado.
A pesar de que el teléfono móvil contiene materiales muy tóxicos, el 90 por ciento de sus componentes son reutilizables. La mitad de la composición de los dispositivos móviles es plástico, el 15 por ciento es vidrio y el 25 por ciento está compuesto de diferentes metales como el hierro, la plata, el cobre o incluso unos cuantos miligramos de oro.
Con 50 teléfonos celulares viejos, se podría reunir oro suficiente como para fabricar, por ejemplo, un anillo de boda. Otro material de gran valor y que se puede aprovechar de los smartphones es el coltán, un metal escaso que soporta cargas eléctricas elevadas.
