Cuatro camiones cargados con gigantescas boyas flotantes aguardan en la frontera del lado de Eagle Pass, en Texas, y su cercanía con Piedras Negras, en Coahuila, para ser colocadas en el Río Bravo por personal texano que extenderá este muro flotante como una de las medidas ordenadas por el gobernador republicano Greg Abbott, para contener el cruce de indocumentados desde México hacia Estados Unidos.
“Hoy comienza la instalación de una nueva barrera marina en el Río Grande”, escribió Abbott en su cuenta de Twitter al subrayar que el personal del Departamento de Seguridad Pública (DPS) de Texas supervisa el proyecto en Eagle Pass.
Al menos cuatro camiones trasladaron las enormes boyas color naranja que desde este sábado empezaron a ser colocadas en Río Bravo como una medida para “detener el flujo de migrantes” que desde México va en aumento, a pesar de las restricciones y advertencias lanzadas por los el gobierno del presidente Joe Biden y del gobernador republicano Abbott.
PLAN PILOTO
El gobierno de Greg Abbott no titubeó cuando advirtió que haría lo necesario para frenar el cruce de indocumentados que llegan desde México y puso en marcha la colocación de las enormes esferas gigantes que servirán de “muro flotante” y que será colocado en Río Bravo, una medida anunciada por el gobernador en junio pasado, cuando comenzó con algunas pruebas piloto de esta medida.
El republicano dijo que el plan piloto de junio pasado se trató de una barrera fronteriza experimental que podría convertirse ahora en una construcción de varios kilómetros.
“Hoy comienza la instalación de una nueva barrera marina en el Río Grande”, escribió Abbott.
Este es el último esfuerzo bajo el controvertido programa Operation Lone Star de Abbott, que utiliza el Departamento de Seguridad Pública del estado y las tropas de la Guardia Nacional para detener a los inmigrantes por cargos estatales de allanamiento de morada, entre otras tácticas para disuadirlos a cruzar desde México.