Los manglares son humedales costeros con una extraordinaria importancia ecológica y económica. Están clasificados como uno de los ecosistemas más productivos del planeta y brindan una gran variedad de servicios ambientales; son zonas de alimentación y refugio de crustáceos y peces, por lo que sostienen gran parte de la producción pesquera, y su distribución geográfica coincide con las regiones tropicales y subtropicales de nuestro planeta.
México ocupa el quinto lugar a nivel mundial en cuanto a superficies de manglares, que son parte fundamental de nuestra riqueza natural a lo largo de ambos litorales del territorio nacional, y constituyen también el hábitat y medio de vida de numerosas comunidades que viven en torno a ellos.
De las 54 especies de mangle que hay en el mundo, nuestro país cuenta con 4: mangle rojo, blanco, negro y botoncillo.
Entre otras de sus funciones destacan:
Son sistemas naturales de control de inundaciones en las costas y barreras contra los huracanes.
Sirven de refugio de flora y fauna silvestre.
Desempeñan un papel vital en el ciclo global del carbono; contienen grandes cantidades de materia orgánica y captan grandes cantidades de carbono en sus sedimentos.
Mejoran la calidad del agua al funcionar como filtro biológico.
Por el contrario, el deterioro de los manglares tiene un elevado costo ecológico, social y financiero y sus consecuencias son la contaminación, la declinación de la pesca y la erosión del litoral.
Considerando que los manglares son un ecosistema único, especial y vulnerable, la UNESCO acordó proclamar un “Día internacional de defensa del ecosistema de manglar” el 26 de julio de cada año. En nuestro país, desde el 2005 la CONABIO desarrolla el Sistema de Monitoreo de los Manglares de México para generar los conocimientos que incidan en una mejor planeación y manejo de este ecosistema a nivel nacional. Actualmente contamos con 142 humedales mexicanos de importancia internacional, con un área total de 8,643,581 ha.