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Villahermosa
La Casa de los Azulejos es uno de los pocos testimonios de la arquitectura señorial del siglo XIX tabasqueño y desde 1985 alberga al Museo de Historia de Tabasco; en la actualidad luce sucia y con problemas en el repello de fachada, por lo que ciudadanos piden su rescate.
Álvaro Trujillo, habitante del centro, pidió que den una “manita de gato” a este sitio, ya que está dando muy mal aspecto. “El edificio está sucio y el repello se le está cayendo”, expresó.
De acuerdo al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la casa fue construida en 1889 bajo el diseño del tenedor de obra Jacinto Cabrales, perteneció a don José María Graham McGregor, un comerciante tabasqueño que deseaba poseer la mejor y más elegante mansión del área.
Graham compró la casa a doña Ana Eugenia Niévez de Repetto, quien era albacea universal de su extinto padre don Victoriano Niévez Céspedes, célebre político, millonario y filántropo que fuera condecorado por la Emperatriz Carlota.
Al paso de los años, el edificio funcionó primero como casa-habitación, para después ser comercio, edificio de gobierno, hotel y casa de huéspedes. En el interior del edificio, se localizaba la farmacia “Manuel Ponz y Adrill”, la primera de la ciudad de Villahermosa y que estuvo ubicada en la esquina suroeste del edificio, donde actualmente funciona la librería del museo.
En 1985 se convierte en el Museo de Historia de Tabasco, con el objetivo de proteger, conservar y difundir los objetos, documentos y testimonios históricos del siglo XIV hasta el siglo XX, los cuales reflejan la memoria, los valores históricos y culturales del estado y la nación.
INAH. La casa fue construida en 1889 y perteneció a don José María Graham McGregor.
